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CONVOCATORIAS

CONVOCATORIAS

Martes 5 de noviembre
19,00 h.
Ateneo de Jerez
Encuentro literario hispano-marroquí. Lectura poética.
Poetas marroquíes:
Hassan Najmi, Mourad El Kadiri, Boudouik Benamar, Azrahai Aziz, Khalid Raissouni, Ahmed Lemsyeh, Jamal Ammache y Mohamed Arch.
Poetas gaditanos:
Josefa Parra, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Mercedes Escolano, Blanca Flores y Yolanda Aldón.
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24 de diciembre de 2012

Dolors Alberola presentó “Máquina” en la Universidad de Valencia. El libro había obtenido el Premio César Simón


Una leve mirada a nuestra historia es suficiente para darnos cuenta de que el hombre y la máquina son prácticamente consustanciales, si es que, en el fondo, no son la misma cosa. Allí adonde el hombre no alcanza, inventará una máquina, una especie de prótesis, que va desde el hacha de sílex hasta la última generación de robots, pasando por la palanca, el martillo o la locomotora. La máquina es, sin lugar a dudas, el complemento directo de la humanidad.
Las vanguardias, como el futurismo –que ya es pasado-, descubrieron esta realidad y la convirtieron en protagonista del arte. Fue un acto de justicia.
            Habría que preguntarse, sin embargo, si el hombre no es también una máquina; un robot más o menos perfecto, que algo o alguien moviese a su antojo, tal vez la misma vida, sin que sepamos nunca con qué fin, aunque sí conozcamos el nuestro, incapaces no obstante de leer ese código de barras, que algunos intuyeron como pecado original, otros como ADN y otros… pero eso es lo de menos. Importa, en cualquier caso, que, a lo largo de la historia, nuestras máquinas se han ido humanizando y nosotros, por el contrario, nos hemos deshumanizado, de manera que, a veces, casi llegamos a confundirnos, si no quedamos en franca desventaja.
Máquina, el libro que Dolors Alberola presentó en Valencia el pasado jueves, tras haber obtenido el IX Premio de Poesía César Simón, quiere ser una especie de visión cósmica de este suceso, desde una perspectiva que anula tiempo y espacio para apuntar al corazón del ser.       
Tiene la antigua Universidad de Valencia una bien pertrechada capilla que llaman de la Sapiencia, a causa de los latines que reproducen en el dintel una frase del Eclesiástico: Omnis sapientia a Domino Deo est, toda la sabiduría viene de Dios, no vayan a creer los estudiantillos que es lícito pensar sin la bula y venia de la Santa Madre Iglesia, por mucho que la estatua de Luis Vives presida el precioso patio central. Hoy, tan docto conjunto está consagrado al comercio y hasta algún bar de copas alberga en su interior, o tempora, o mores.      
En esta capilla, secularizada en la actualidad, se celebraron los fastos del premio; un recinto sin duda muy hermoso, decorado con cerámica de Manises y numerosos retablos barrocos, que dan cobijo a pinturas de estilo flamenco e italianizante de preciosa factura renacentista. Allí, en el presbiterio, a modo de altar mayor, instalaron la mesa donde tomaron asiento Dolors Alberola, Vicent Berenguer, responsable de la editorial, y Begonya Pozo, directora del Aula de Poesía de la Universidad, que presidió el acto y efectuó una breve glosa del libro, luego atinadamente ampliada por la autora, quien a su exposición añadió la lectura de cinco poemas. Luego, durante media hora interminable, estuvo firmando ejemplares del libro, excelentemente editado por Denes. El acto fue ágil y brillante.     

Redacción.-

19 de diciembre de 2012

Carmen Moreno y Ángel Muñoz presentaron “Moscú entre clavículas”


Emprendo la ocupación de un Moscú y de un páramo en el cual las clavículas no son sino misterios, descubriéndonos el dolor de ser hombres; clavículas propias, que se clavan ajenas y reverberan en la piel del otro y la del uno. Ya conocía yo el maravilloso hacer de Carmen Moreno desde que, de pequeña, con un cuaderno manuscrito tal vez en cada ojo y la ilusión tiñiéndole las manos, tal si fuera morita –perdónenme que no sea políticamente correcto este discurso o no me lo perdonen, da lo mismo, no voy a entrar en estupideces-, se acercaba a mi sombra y recogía papeles, papeles que venían manchados con mi sangre, porque ella, la diminuta y grande criatura de sed, bebía de la sangre de lo humano, reptaba por un mundo distinto al de sus sueños -nuestros sueños-, palpitaba con miedo fingiendo ser ausente de esta creación tan descreada. Luego se puso a alzar ciudades con sus versos, edificó un idioma religioso y urbano, paseó su palabra por cada boulevard y subió el adjetivo en grandes autobuses, donde todos vivían una pérdida de presente. Ella, ya entonces, supo que el presente derramaría sangre y se clavó el cuchillo del dolor, se hizo fuente, se condenó a un hambre que no podía saciarse en este zoo, se murió de repente y, al cabo de unos años, resucitó de nuevo y nos trajo una biblia de espejo hacia sí misma. Yo leí esos versículos y tuve aún más fe. Me dije: ésta es la voz y éste es el designio y aquí dentro la luz; y tantas cosas me dije que me quedé silente, absorta, bienquerida, entre tanta ginebra bien mezclada, tanto atún en la mar, tanto discurso ebrio, final, enmudecida, ante unas palabras que eran como palabras y no como esos tigres tibios, enfermos, malolientes que vemos en estantes y nos cobran encima la entrada a tanto circo.
Enamorada ya de su dolor y viendo que su mano de niña era aún de niña, que sus ojos bramaban como un ciclomotor que sube por la cuesta empinada y final del desespero, que su cuerpo cabía debajo del pezón de una madre sin velo… pensé: ahí su voz, el temblor, la perfidia abriendo en pus el mundo, la ternura. Pero no fue ahí donde moré por siempre; supe que volvería, que su voz un machete para abrir más camino en la espesura y aquí me ven, frente a esta clavícula, frente a este Moscú que tiene de los verbos toda la altitud, la claridad que da el sentido elevado de las cosas, la fluidez del aire que regresa al pasado y nos hermana en un grito común. En Moscú entre clavículas, Carmen, anula el tiempo y el espacio y, contraria su forma a la forma del mundo, memoriza con sangre la memoria de autores y de crímenes, de asesinatos, no sólo de la voz de otros, de intentos de callar la voz del que la tiene, de fulminar con tinta de fusil a las enredaderas, a las manos que saben lo que gritan, al amor que se escapa y vertido es más grande. Carmen cuenta su vida en esos poemas, como se cuenta a veces la vida de los niños, con más gramos de luz, de perdón y de lágrimas, creciendo en vez de ella, contra la superficie. La adulta Carmen, la ya fornida Carmen, la roca ya en el verso, la ahogada que deshizo su Storni y legó su Alfonsina para siempre a la historia. Una historia, señores, en la que ni ella ni yo creímos ningún día.
Ahora llego al páramo donde Ángel Muñoz nos muestra sus clavículas, las encierra en palabra que es al par filosofía y trueque, silencio donde decir lo mucho y esquivar lo banal, construcción destructivista, pues solamente el concepto, el puñal, la herida supurante con poquísimo hueco, el decir solamente lo que hay que decir. Ángel se atreve a penetrar palabras hasta llegar a su íntimo secreto con tan sólo el puñal de su propia palabra, que hace de las otras un territorio abierto, constriñendo su forma hasta abarcar el aire del lector que atraviesa por su páramo. Bien adoptado el nombre, pues la parquedad amplísima de su voz contiene ese misterio de pronunciar apenas lo que dentro de uno se hace mundo y llegar a sangrarnos con ese definitivo decir de que todo entonces se vaya a la mierda porque ya nos ha herido y ese dolor tan íntimo tardará una vida en olvidarse.
Con estas palabras, Dolors Alberola introdujo a los autores del libro, que anoche se presentó en El Guitarrón de San Pedro, en Jerez de la Frontera. Luego, Carmen Moreno y Ángel Muñoz leyeron sus poemas, en tanto la música de Paco Medina arropaba con su magia la fuerza lírica de los versos. Lo demás, como sucede siempre en estos casos, es inefable.

Redacción.-

18 de diciembre de 2012

Víctor Alija presentó en Cádiz "Whoopita Bella y la historia del Niño de Piedra”


No es lo mismo soñar la vida que vivir un sueño. Sobre todo en estos tiempos tan difíciles que nos toca cruzar. Ya, con el primer volumen de Whoopita Bella, Víctor Alija nos dejó claro que hasta de la cárcel más honda se puede huir con la imaginación; y digo lo de cárcel por las muchas encerronas que la sociedad actual y sus teje-manejes nos tienen echadas. Ahora, un tiempo después, con Whoopita Bella y la Historia del Niño de Piedra, regresan estos pequeños seres de su mano, pero ya vienen preparados para el invierno y las dificultades que, sin duda, traerá en su equipaje. Vestiditos de seta y posteriormente de huevo, atraviesan las tres partes de esta magnífica historia en busca todavía de su papi, el que les fue arrebatado la noche del Río Sordo.
Con estas palabras, Dolors Alberola dio comienzo a su intervención como presentadora del libro, que anoche llenó la sala de Alejandría, en pleno centro de la capital gaditana. En el acto intervino además Neomar Bethencourt, moderándolo con acierto y propiciando la intervención del público.
El libro cuenta las fantásticas aventuras de un grupo de muñecos cabbage, en un entorno mágico donde todo es posible. Sin embargo, “Whoopita Bella y la Historia del Niño de Piedra” no es un libro de niños de tal a cual edad, es un libro sencilla y únicamente para niños, pero no solamente para esos niños que vemos en los parques o en los colegios o en las calles de la ciudad o en los campos; también para los que no vemos y están en los hospitales, los centros de la tercera edad, los juzgados, las cárceles, los mercados, las oficinas… “La Historia del Niño de Piedra” es para el niño que todos los seres humanos llevamos dentro. Es un signo de paz. Es un arma contra la destrucción. Es una señal de alianza. Imagínense un mundo en el que todos creyéramos en el sueño, en la utopía, en la belleza, en el amor. No habría tantas convulsiones y, a su modo, eso es lo que nos enseñan estas páginas. Cuerda son que saca hasta la superficie al niño que pudiera yacer más o menos asfixiado y le deja vivir de nuevo.
Según Alberola, la historia de Whoopita es un libro construido con ingenio, en el que cada parte, más aún: cada capítulo posee vida propia, con una doble intencionalidad, pues se trata, por una parte, de facilitar la lectura, sobre todo a los más pequeños, y, por otra, potenciar la capacidad de ensoñación del lector, que no tarda en sentirse atrapado por el relato y vivir en las carnes de su propia fantasía las aventuras más increíbles y portentosas. Cuando esto sucede, es imposible huir de este mundo fantástico o, dicho de otro modo, abandonar el libro. Víctor Alija lo sabe, cómo no, pues por eso ha sabido imprimir al relato un ritmo trepidante. Todo es acción en él, por más que en cada acto viaje un arsenal de ternura, contado todo ello con un lenguaje limpio, directo, joven y sugerente, que incita a la lectura y abre las puertas al conocimiento.
Luego, el autor refirió algunos pormenores de la creación del libro y respondió a las numerosas interpelaciones o simples preguntas de los asistentes, creando una dinámica participativa que enriqueció el acto. En los tiempos que corren –había dicho Alberola-, marcados por la prisa, la indiferencia y la inmediatez de las cosas prácticas y rentables, resulta sorprendente la imaginación del autor. Asombroso, este joven Verne actual, que nos lleva hábilmente de la mano por territorios inimaginables. Capítulo tras capítulo y casi página a página, Víctor Alija se nos saca de la chistera o de la bocamanga un universo nuevo, creado a la medida de sus sueños, que si no sustituye a la realidad, sí la embellece y eleva, hasta hacerla inocente como un niño y convencer al lector, cualquiera que sea su edad, de que es posible ennoblecer el mundo con unas gotas de magia, otras tantas de poesía y la mirada limpia de quien derrocha amor.

Redacción.-

Cádiz, Día de la Lectura y homenaje a Rafael Alberti


                El pasado domingo, con ocasión del Día de la Lectura en Andalucía, tuvo lugar en Cádiz una lectura de poemas de Rafael Alberti, a quien por este motivo y coincidiendo con su centésimo décimo aniversario se rindió un homenaje literario. El acto, que se desarrolló en el oratorio de San Felipe Neri, estaba organizado por el Centro Andaluz de las Letras.
                Juan José Téllez, poeta, narrador, periodista y actual responsable del CAL, fue el maestro de ceremonias, que, con mano firme y guante de seda, logró encauzar un acto en el que tomaron parte cuarenta personas, entre poetas, narradores, músicos y otros artistas, que prestaron su voz –la voz física, claro- a la palabra hermosa, inteligente y comprometida de Rafael Alberti, en medio de ingeniosos comentarios que imprimieron al evento un saludable tono festivo, sin menoscabo de la dignidad inherente al hecho poético.
                Hilda Martín, Fernando Lobo, Pablo Guerrero, Alejandro Pérez Guillén, Amaya Zulueta, Ana Sofía Pérez Bustamante, Amalia Vilches, Felipe Benítez Reyes, José Mª. García López, Magdalena González, Nono García, Inmaculada Márquez, David Franco, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Selu García Cossío, Antonio Martínez Ares, Inmaculada Moreno, Javier Vela, Jesús Fernández Palacios, Fernando Polavieja, Rafael Román, Jesús Maeso, José manuel Benítez Ariza, Daniel Heredia, Luis García Gil,  Pasión Vega, Pilar Paz Pasamar, Rosario Troncoso, Rafael Marín, Antonio Anasagasti, Pepe Maestro, José Manuel García Gil, Manuel Francisco Reina, Blanca Flores, Paloma García Suero, Josefa Parra, Ana Rodríguez Tenorio, Eduardo del Pino, Antonio Serrano Cueto, Carlos Cabre y Carmen de la Jara, compusieron –salvo inevitable omisión- la  nómina de participantes, que dieron vida y sentido al que muchos denominaron templo de la libertad, pues fue en aquella iglesia donde se proclamó la Constitución de 1812.

Redacción.-

14 de diciembre de 2012

Domingo F. Faílde: lectura en La Qarmita y presentación de “La mala letra” en Granada


Una visión pesimista de la historia y del destino de la humanidad, así como el sinsentido de la existencia, constituyen los tres grandes ejes temáticos de la poesía de Domingo F. Faílde, en torno a los cuales despliega el autor los asuntos que suelen comparecer en su obra poética, tanto aquellos que se reputan eternos (amor, dolor, tiempo, muerte), como los que derivan del momento y las circunstancias: la soledad interna del individuo y, en contraposición, su compromiso con la sociedad, junto a las numerosas contradicciones que genera su inserción en el devenir, sin que falten las reflexiones, bastante frecuentes, acerca de la poesía, su naturaleza e historia y la propia condición de poeta.
                Con estas credenciales, compareció el autor en La Qarmita el pasado día 13, y allí ofreció una lectura poética, con dos centros de interés: por una parte, la presentación en Granada de su libro La mala letra, publicado por Vitruvio recientemente, y por otra una ajustada selección de inéditos, procedentes de otros volúmenes de próxima aparición.
                Fueron, unos y otros, muy celebrados por el público que, en breve coloquio, elogió la ironía de Faílde, su voluntad transgresora y, desde luego, la pulcritud estética de sus composiciones, rasgos éstos que destacó el poeta Víctor Alija en sus palabras de introducción.
                Respecto a La mala letra, Domingo F.Faílde insistió en la poética que él denomina de fase terminal y que se caracteriza, sobre todo, por su expresión desnuda, cruda incluso, liberada de prejuicios teóricos y no exenta de malditismo, compatible sin embargo  con la ternura y el intento de comprensión de un mundo sin sentido, que no logra entender. Ante el fracaso de la vida humana, la poesía nos tiende su lenguaje como herramienta para escrutar las sombras, en busca de una utópica esperanza y un poco de luz.
                Al final, el poeta tuvo que realizar varios bis y la velada se cerró con firma de ejemplares, buen vino y el mejor hacer de los responsables de La Qarmita.
                Con este acto se clausuraba el II Ciclo de Poesía Bendito Qarma, dirigido por Víctor Alija y organizada por su sello editorial Compañía de Versos Anónimos.

Redacción.-

5 de diciembre de 2012

Versos en plenilunio, despedida y cierre


                Durante casi año medio –dijo Domingo F. Faílde al presentar el acto-, Versos en Plenilunio ha mantenido su cita semanal con los amantes de la poesía, que han disfrutado con los poemas de numerosos autores, manteniendo un notable nivel de calidad; unos, ya avalados por su trayectoria, y otros, los más jóvenes, por su propia pasión creadora. Todos tuvieron aquí un foro amable y cálido y un  público entregado a la belleza. Hoy, el ciclo llega a su fin, tras una andadura que nos iguala a otros similares, como los que vienen celebrándose en los Diablos Azules, de Madrid. Lograr esto en Jerez, sin subvenciones ni apoyos de ninguna índole, es una proeza de la que podemos sentirnos orgullosos. Pero es necesario acabar, pues lo que permanece demasiado puede esclerotizarse, caer en la rutina y perder el encanto. Conviene, pues, darse un tiempo para reflexionar y, si responde a la necesidad, volver a las andadas frescos y renovados.
                Y el acto de clausura dio comienzo seguidamente. Al recital acudieron Dolors Alberola, Álvaro Caputto, Domingo F. Faílde, Carlos Guerrero, Chencho Ríos, Carmen Sáiz Neupaver y Maribel Tejero, que leyeron sus poemas ante los numerosos amigos que quisieron acompañarles, poniendo un bello broche a la actividad.

Redacción.-

28 de noviembre de 2012

Lectura poética: Josela Maturana y su luz guardada


                No era la primera vez que Versos en plenilunio recibía a Josela Maturana, una de las poetas más carismáticas, profundas y elegantes de nuestra literatura, con una trayectoria larga y fecunda, que se concreta en libros como La vida inédita (1977), Oficio del regreso (1999), La soledad y el mundo (2000), No podrá suceder (2007), Lugares de orfandad (2008),  Principio de la desolación y Para entrar en la nieve.
            En sus palabras de presentación, Domingo F. Faílde destacó, como rasgos característicos de la poética de esta autora, su capacidad de metaforización, sentido de la musicalidad y poder de emoción; todas estas cualidades –dijo- se han ido depurando conforme la poeta, en cada libro, ha intentado –con éxito- ese salto hacia adelante que caracteriza a la gran poesía. Su obra sintetiza la mirada hacia lo presente y la memoria de lo pasado, componiendo con ellas una singular visión de la realidad. Con estas herramientas, más allá de clichés y arquetipos gastados, Josela Maturana se enfrenta a los misterios que alimentan a la propia naturaleza de la poesía. Hablamos, entre otras cosas, del paso del tiempo, las sucesivas pérdidas que el existir comporta, el amor, el desamor, la soledad y, cómo no, la decadencia de nuestra civilización y la progresiva ruina del mundo, tratando siempre de despejar incógnitas y hallando en la palabra un viático infalible para seguir haciendo camino.
            Josela Maturana, que no teme a lo inédito, regaló a su auditorio la primicia de un nuevo proyecto, bajo el título La luz guardada, dando lectura a una interesante selección, compuesta por quince poemas significativos, a los que definió como poemas sobre la mirada, pues tratan de retratar la realidad a través de esa cámara subjetiva que es la mirada de cada uno, a modo de fotografías hechas con las palabras, en las que es evidente la influencia del cine, que convive con imágenes de la intimidad de la autora y del mundo que le ha tocado vivir.
            El significado de la poesía dentro del propio poema, el naufragio histórico y social que estamos viviendo, el mundo que habitamos algún día, lo vivo inerte, los paisajes urbanos en contraposición al referente natural que todos llevamos dentro, la función del poeta en la existencia, el amor, la amistad, la pérdida y la virtualidad de los nuevos soportes comparecieron en esta muestra, a modo de retablo, crudo aunque hermoso, de nuestro tiempo.
            En el plano formal, se apreció una mayor densidad expresiva, apuntando la autora a un discurso sin duda más desnudo y directo, que sigue encontrando en el lenguaje un aliado ductil de su ansia de belleza.

Redacción.-


25 de noviembre de 2012

Mariano Rivera presentó su novela "El acoso de la difunta"


                El viernes pasado, día 23, en el salón de actos de la Fundación Rafael Alberti, tuvo lugar la presentación de El acoso de la difunta, novela de Mariano Rivera Cross, editada por El Boletín. El acto reunió en torno al escritor a numerosos colegas suyos, artistas y público en general. Tras las palabras del editor, fueron Julio Rivera y Domingo F. Faílde los encargados de glosar el libro, cometido que realizaron exhaustivamente.
                El acoso de la difunta muestra, de entrada, una amplia galería de personajes, todos ellos procedentes  de las clases acomodadas gaditanas, que, tras una juventud de ensoñaciones románticas, acaban resignándose a la mediocridad de sus empleos, mucho mejor remunerados que las aspiraciones literarias y demás veleidades de la época. Los protagonistas, Carmelo y Teresa, viven felices su prejubilación hasta que la mujer, víctima de un cáncer de mama, fallece. Antes de morir, comunica a Carmelo su última voluntad: que elija nueva esposa entre una terna que ella misma ha dispuesto y que cuente la vida de ambos, siguiendo la novela que ella misma ha comenzado. Pero ésta no aparece, sin embargo, el viudo se verá envuelto en una serie de aventuras al intentar localizarla. Entonces se da cuenta de que su esposa, después de muerta, intenta dirigirle la existencia. Las pesquisas del protagonista le conducen no sólo al manuscrito, sino a las intenciones de Teresa y, al escribir los capítulos que restan, entablará una lucha con ella, que acaba dando forma a la novela. Una nueva aventura, ahora la de la publicación  del libro, pone al desnudo los entresijos del ámbito literario, sus farsas y corruptelas.
         Se diría, en principio, que una novela negra, si por tal entendemos una trama detectivesca, en la que un personaje trata de descubrir al autor de un delito y esclarecer un crimen. Sin embargo, en El acoso de la difunta, no hay crimen ni delito de ningún género ni más detective que un Carmelo poco o nada detectivesco, que, para colmo, ha de vérselas con un investigador privado que resulta ser un perfecto inútil.
                Mariano Rivera, de quien ya conocemos  su extensa obra poética, tiene en su haber otras tress importantes novelas, Dulce virus de la transición, La parrilla invertida y Sofonisba Anguissola, una pintora italiana en la corte de Felipe II, ambientadas las últimas en la corte de aquel monarca español y pertenecientes al subgénero histórico, que lo han consagrado como un excelente narrador. El acoso de la difunta interrumpe, al menos de momento, el ciclo histórico para acercarse a la realidad contemporánea con el mismo rigor narrativo y un bien administrado toque de humor, cualidades que garantizan la amenidad del libro y su evidente calidad literaria.

Redacción.-

Carmen Sáiz Neupaver presentó "Asignaturas del aire" en Puerto Real

 
                El salón de plenos del Ayuntamiento de Puerto Real, a la sazón con su aforo totalmente ocupado, fue el lugar donde Carmen Sáiz Neupaver presentó su libro en aquella localidad.
               Asignaturas del aire, según Domingo F. Faílde, que pronunció las palabras de presentación, es un libro que creció poco a poco, casi con mimo, al margen de esa prisa que ha malogrado a muchos autores jóvenes, hundiéndolos en el caos o precipitándolos en el oscuro resplandor de lo efímero, como flores de un día. Ella, no. Carmen Sáiz es poeta de lenta elaboración o, dicho de otro modo, para que quede claro, exigente; una autora incapaz de perderse en banalidades y que encuentra en la forma un arsenal de ingenios para la perfección.
            Carmen Sáiz se examina en cada verso y les exige que den todo de sí, empezando quizás por lo más importante, la armonía, la música, el ritmo inconfundible que es firma de la autora y que obliga al lector a acompasar la lectura, acaso pretendiendo que su propia dicción lata al unísono con el corazón del que escucha. Su ritmo acentual subraya las palabras necesarias, atempera la emoción, enfatiza lo hermoso; es el heraldo de su pensamiento, que navega, sereno en su intensidad, por ese cauce o partitura lírica creados para él.
Carmen es arquitecta de palabras. Para ella, el poema no es una mera concatenación de palabras, reunidas casi al azar, sino un edificio perfecto, cuyos elementos interactúan y constituyen un todo homogéneo, compacto, una unidad significativa, un signo lingüístico preciso y precioso, que capta, una vez más, la atención del lector, atrayéndolo a la diana de la idea. A esto llama la crítica rigor constructivo y constituye una cualidad distintiva de los grandes maestros.
Que busca la belleza, es evidente. Que no se queda en ella, haciendo del poema un objeto vacío, también es verdad. Entre fondo y contenido, el equilibrio es siempre lo que conduce el verso, lo que guía el sentido profundo del poema, la suprema razón de unos significantes que indagan en el texto la voz de la autora, desechando los ecos, los ruidos, pero también los dulces halagos con que, a veces, la forma se convierte en canto de sirena.
La lectura, por parte de la autora, de una cuidada selección de poemas del libro alternó con la voz y la música de Paco Medina.
Una velada hermosa, en la que la poesía, como es debido, ocupó su lugar.

Redacción.-



21 de noviembre de 2012

Lectura poética de Jesús Cárdenas y Manuel Guerrero


                Los poetas Jesús Cárdenas (Alcalá de Guadaíra, Sevilla, 1973) y Manuel Guerrero (Lucena, Córdoba, 1980) ofrecieron anoche una lectura poética en Damajuana. El acto se inscribe en el ciclo Versos en plenilunio, que ya está llegando a su fin.
                Los autores, que habían preparado el recital a conciencia, dividieron en tres bloques sus respectivas intervenciones, alternándolas sucesivamente. Ambos comparten una estética afín  y, sin menoscabo de su singularidad, leyeron a dúo algunos poemas y sus voces, deliberadamente, se fundieron, sin confundirse.
                Si los bloques primero y tercero estaban constituidos, respectivamente, por poemas antiguos y recientes e inéditos, el segundo y central tomaba como eje cronológico y estético los libros que, en ambos casos, ha publicado Ediciones en Huida: Loco afán (2011), de Manuel Guerrero y La luz entre los cipreses (2012), de Jesús Cárdenas.
                El punto de partida de uno y otro se halla en la poesía de la experiencia y, como corresponde, ambos tratan de superar los lugares comunes de aquella tendencia, introduciendo cotas de mayor lirismo e intensas reflexiones sobre la realidad, salpicadas a veces de fina ironía y una indiscutible imaginación.
                Pero lo más notable en ambos casos es el ansia de perfección que persiguen al escribir. Tanto Cárdenas como Guerrero son profesores de literatura y, aunque se guardan de incurrir en los alardes profesorales que han arruinado a más de un autor, su conocimiento de teoría y técnica deja huella en el discurso y contribuye a comunicar bellamente su poderoso aliento poético.

Redacción.-

17 de noviembre de 2012

"La escopeta de Lily Mae". Dolors Alberola presenta su libro en Jerez


                Dolors Alberola presentó La escopeta de Lily Mae el pasado jueves , día 15. El acto tuvo lugar en la Fundación Caballero Bonald, de Jerez y en el mismo intervinieron, además de la autora, las poetas Josefa Parra y Josela Maturana.
                Como ya sucediera en Granada, un audiovisual realizado por Rosa Iglesias preparó a los asistentes, que contemplaron sobrecogidos las imágenes de un mundo en descomposición, frente al que la poeta alza la voz y el verso. A continuación, Josefa Parra presentó a la autora, destacando su larga trayectoria y su brillante aportación a la poesía española contemporánea.
                La introducción al libro presentado corrió a cargo de Josela Maturana, que entró a saco en el mismo y desglosó sus claves hermenéuticas en una verdadera lección magistral. A partir de Lilith, la primera mujer, que se negó a someterse, y María, que personifica la sumisión, Dolors Alberola crea una nueva mitología, diseñando una voz lírica que se rebela contra un mundo injusto, pero que sin embargo renuncia a la violencia. Por eso, según Maturana, la escopeta que empuña el personaje no es un arma convencional, sino la más poderosa de todas y, al mismo tiempo, la más pacífica: la palabra. Con ella denuncia, reflexiona, apuesta por la utopía y, como en un ejercicio de exorcismo, tratará de borrar de la historia contemporánea todo el dolor, todo el horror, a los que parece estuviésemos abocados irremediablemente. La palabra se vuelve contra el mundo, tratando de vencer la sinrazón, la injusticia y la muerte. No estamos, sin embargo, ante un discurso coyuntural, pues la mirada de la autora siempre apunta más lejos y, como dice en el prólogo Katy Parra, La escopeta de Lily Mae es una obra poética intemporal, un libro trazado desde la inteligencia más sublime, la ironía. Estos poemas seguirán disparando su rabia, su verdad, su fuerza y su amor, hoy, mañana y después de unos años o de varias generaciones.
Por último, Dolors Alberola  leyó nueve poemas, previamente seleccionados, precedidos del comentario justo, con una sobriedad tan sobrecogedora como el audiovisual que abrió plaza. Luego, firmó ejemplares y terminó la fiesta literaria con una copa de vino.

Redacción.-

15 de noviembre de 2012

"Creado a partir del polvo de la tierra". Chencho Ríos presenta su libro


                 Gregorio Morales escribió en El cadáver de Balzac una definición de poesía, que ha hecho fortuna: misterio más diferencia. Y añadía al respecto: Amo la diferencia antes que lo gregario; busco el misterio antes que la exégesis. La literatura de Chencho Ríos y su poesía, en particular, encajan perfectamente en esta fórmula; tanto y tan bien, que resulta inclasificable, si por tal entendemos  la imposibilidad de ajustarla a las habituales taxonomías, cuanto más a marbetes y demás etiquetas con que suele envasarse, hoy en día, cualquier producto apto para el consumo, incluyendo a la literatura.
                Hay, pues, en Chencho Ríos un rechazo del canon tradicional u ortodoxo, aunque posiblemente, dicho canon prescinde del poeta por pura y evidente incompatibilidad. Chencho Ríos se divorcia del canon, renuncia a sus pompas, obras y vanidades, desdeña las consignas de la moderna industria cultural y entra a saco en la preceptiva y demás catecismos del oficio, resulto a desaprender lo aprendido, olvidar ecuaciones y arquitecturas y, en suma, desnudar al poema a su modo, personal e intransferible, canalla y primitivo posiblemente, pero ante todo auténtico.
                Con estas credenciales, nos trajo el pasado martes un libro de poemas singular, diferente, un libro de poesía Chencho –como él mismo dice-, un milagro –para unos-, una profanación –para otros- y, para casi todos, una provocación, sin que el poeta sea capaz de explicarlo y recurra a una suerte de determinismo, que en parte nos remite a la Grecia clásica y en parte, sobre todo, al pensamiento de Jung.
                Creado a partir del polvo de la tierra es el título, absolutamente revelador, de este libro, mágico y visionario, que Chencho nos invita a transitar. Un libro, pues, adánico, que nos remite al Génesis (véase 2,7), donde dice: Entonces Yavéh Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. El poeta, que es un pequeño dios, como dijo Vicente Huidobro, amasa sus poemas con un barro peculiar: el lenguaje, las palabras; y en el núcleo esencial del poema esas palabras van formando un mundo, un espacio textual donde la idea, caótica al principio o, como dice el autor, casi surrealista, va adquiriendo la forma deseada hasta ser finalmente cuerpo de lo creado  o –también en palabras de Chencho- objeto final.
                Y ese objeto final atrapa en su materia la realidad de un mundo convulso pero simple, áspero pero amable, cruel pero clemente, a veces inhumano y a veces divino, donde cabe el amor, el dolor, la esperanza, la guerra, la paz, la razón y la sinrazón, habitado por seres que confluyen en uno, el hombre, una pequeña criatura condenada a la libertad y abocada a buscar respuesta a sus anhelos. Como dice Pedro Sánchez Sanz –el autor del prólogo -, los poemas de este libro, Creado a partir del polvo de la tierra, se me antojan la narración de una génesis, las palabras del primer hombre sobre la tierra, la voz de un ángel caído que, aún aturdido por el golpe, da la bienvenida a la luz. Volvemos así al principio. Estaríamos ante la descripción de un mundo nuevo. Al fin y al cabo la misión más íntima del poeta es la de construirse un mundo a su medida.
                El autor, que fue presentado por Domingo F. Faílde, delegó la lectura de poemas del libro en voluntarios del público, propiciando así un acto participativo e intenso.

Redacción.-

13 de noviembre de 2012

Letras peregrinas: "Poetas y viajeras" en El Guitarrón, de Jerez


                Las poetas Carmen Sáiz Neupaver, Isabel de Rueda, Maribel Tejero, Dolors Alberola y Josefa Parra, que organizó el evento, se dieron cita anoche en El Guitarrón –otro bar jerezano, que incorpora la literatura a su actividad- y ofrecieron una lectura titulada Poetas y viajeras, dentro del ciclo Letras peregrinas, que tiene como finalidad llevar la literatura a ámbitos más alternativos, más cercanos a la ciudadanía, como locales de restauración, asociaciones, colegios, e incluso espacios públicos. Millye y Luna pusieron música al acto, que giró en torno a un tema recurrente, el viaje, un concepto sugestivo y amplio, susceptible de ser interpretado como metáfora existencial o en su acepción estrictamente denotativa, generalmente gozosa, trasladando al auditorio, muy numeroso por cierto, a países, ciudades y otros emplazamientos reales o imaginarios, donde perderse o encontrarse, evadirse de la realidad o topársela en una esquina. Todo con la palabra como vehículo esencial de la experiencia humana y, desde luego, de la imaginación.
                La lectura fue breve o, al menos, supo a poco. Buena señal, sobre todo en los tiempos que corren:  a mal tiempo, magnífica poesía, podríamos decir al cierre de la sesión, tras haber escuchado a las autoras y oído los comentarios del público; alta poesía, sin duda, intensa y apasionada, que gustó y convenció. Nadie podrá negar a estas alturas la aportación de nuestras poetas a la literatura ni los muchos quilates de su voz lírica.
                Al principio de todo fue el largo viaje, escribió en un poema el griego Yorgos Seferis. Éste, el de la palabra viajera, comienza a cada instante.  

Redacción.-

7 de noviembre de 2012

"Huidas imposibles": Predro Sánchez Sanz presenta sus relatos


Sabido es que El Buscón, del inefable don Francisco de Quevedo y Villegas, concluye el relato de sus correrías con una frase, entre cínica y demoledora, que dice así, exactamente:  Y fueme peor, como vuesa merced verá en la segunda parte, pues nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar, y no de vida y costumbres. Éste, a pesar de su longitud, podría ser el lema de Huidas imposibles, el libro de relatos que Pedro Sánchez Sanz (Sevilla, 1970) presentó anoche en Damajuana, ante un auditorio de irreductibles –hay que serlo, con la que está cayendo y ahora, además, de las nubes-que oponen al mal tiempo la buena cara de la literatura.
Y buena, desde luego, la que anoche exhibió, por obra y gracia de este autor sevillano, residente en Jerez de la Frontera, profesor y poeta, que compareció ante sus presuntos lectores con un magnífico libro, exponente sin duda del arte de bien narrar. El editor, Jesús Moracho, tenía que haber venido a presentarlo, pero lo hicieron en su lugar unos folios, que el propio autor leyó y gracias a los cuales nos enteramos del proyecto editorial del citado y su ajustada opinión sobre el libro, entre cuyos relatos se encuentra el galardonado con el Premio Internacional Platero 2011, El Indiano.
De éste leería un fragmento significativo, no sólo por espléndida factura narrativa, sino porque conecta perfectamente con la idea central del conjunto y esa cita quevedesca con que se inicia esta crónica: todos huimos continuamente, no sólo de nuestras obras; también y sobre todo de nuestros propios miedos, a cuya cabecera habría que emplazar al temor de encontrarnos a nosotros mismos, alejados de un punto posible de retorno en la brevedad de la vida.
Los diecinueve relatos que integran el volumen se articulan en torno a esta idea e inciden en la imposibilidad de escapar. Es el caso del protagonista de El Indiano, el célebre Antón Pirulero de las coplas infantiles, que marcha al virreinato del Perú en busca de fortuna, hace un mal casamiento y, tratando de escapar a su mala estrella, se encontrará con su destino trágico.
Con este nuevo libro, no traiciona el poeta a la poesía. Pedro Sánchez Sanz, que ya nos tenía acostumbrados al verso, da un salto hacia adelante, rompe barreras de género y demuestra que, en todo lo que toca la palabra, habita, cómo no, la magia de la creación.

Redacción.-

1 de noviembre de 2012

Lectura poética de Julia Bellido


                El pasado martes,  a pesar de las inclemencias meteorológicas y el tifón futbolero de todos los días, Julia Bellido ofreció una lectura poética a los muchos irreductibles que a la misma asistieron. Le acompañó, con sonidos lorquianos y exquisita pureza, Manuel Fernández Moneo, un guitarrista de dinastía, que envolvió los poemas de la autora en la seda de sus arpegios.
                La lectura fue bella, intensa y, sobre todo, emotiva, articulada en torno a los poemas, inéditos aún, del libro que lleva por título De las inadvertidas mariposas, al que la propia Julia Bellido definió como un libro diferente, más maduro y a la vez más sencillo, más humilde, que, alejado totalmente del erotismo y la sensualidad, ahonda en emociones más profundas y hace un canto a la vida, a la maternidad, a la muerte, a la soledad, a la belleza de las cosas cotidianas, la pérdida, el dolor... Las mariposas son una metáfora, que revolotea en torno a mis hijos y a la poesía. Son un símbolo de cambio, de transformación, ésa que se ha producido en mi trayectoria desde que decidí dedicarme a lo que verdaderamente siento: la poesía.
               Ganadora del  Premio Victoria Kent en el 2009, ha publicado sendas biografías de Pablo de Tarso y de San Juan Grande, hace casi 20 años. También ha participado en la edición de libros y colaborado con Ediciones Azagaya y EJE. El año pasado, realizó varios talleres de poesía en Puerto III, con los reclusos del módulo terapéutico, para introducir la poesía en las cárceles, una experiencia que considera  enriquecedora.

Redacción.-

29 de octubre de 2012

Dolors Alberola gana el XXXI Premio Leonor de poesía con su libro "Dasein"


Un jurado compuesto por la poeta Beatriz Herranz y los catedráticos Luis Martínez Falero (Universidad Complutense) y Antonio Chicharro Chamorro (Universidad de Granada), coordinados por el crítico literario Santos Sanz Villanueva, ha concedido el  XXXI Premio de Poesía Leonor, que convoca la Diputación de Soria, a Dolors Alberola, por el libro titulado Dasein.  Dicho jurado destaca en su fallo, emitido por unanimidad, la poderosa capacidad imaginativa del discurso, aunada a una concepción de su estructura y composición que lo llena de coherente belleza, así como su alto nivel de perfección formal y gran hondura lírica.
                El libro de Alberola fue elegido de entre los 244 trabajos participantes, procedentes de España, Alemania, Argentina, Australia, Bolivia, Canadá, Chile, Colombia, Cuba, Estados Unidos, Francia, Israel, México, Perú, Suecia y Venezuela, todos ellos de gran calidad, según declaró Antonio Pardo, presidente de la Institución.
                En palabras de la propia autora, Dasein se articula en seis partes, a través de las cuales la voz lírica va desgranando lo que es nuestra existencia, una enorme tragedia, un ser para la muerte. Todo esto no implica ninguna falta de interés hacia la estética, sino que la utiliza como próxima salvación e intento de exorcismo hacia la nada. Un ver si la poesía es áncora de salvación y portadora de la más entrañable deidad. Preguntada -¡cómo no!- sobre lo que para ella  significa  haber ganado este premio y cómo se sintió al ser informada de ello, respondió: Ser la ganadora significa confiar de nuevo en la limpieza de los premios, ilusionarse aún más con la literatura y abrir de nuevo la palabra hacia el exterior. Cuando me enteré, por medio de la llamada teléfonica de una amiga, pues regresaba de viaje literario, me sentí inmensamente feliz y con nuevas fuerzas para comunicar mis sueños.

Redacción.-

28 de octubre de 2012

Origami desembarca en Madrid


En los tiempos que corren de involución carcunda, no sabemos si tiene emperatriz Lavapiés, como cupiera deducir de una célebre copla- o si, en mejores épocas. cada mujer fue reina de su espacio, tejedora de sueños o musa literaria, mientras el oleaje de la vida llenaba calles y plazas de restaurantes indios, chinos y mexicanos, que echaron de su casa al sabroso cocido o impregnaron los callos de sabores espurios, a mayor gloria de la velocidad que, en casos como éste, no se confunde con el tocino.
                Allí, al final de la calle empinada que del barrio recibe su nombre o viceversa, hay uno de esos sitios, llenos de luz y magia, donde los libros, la cerveza, el vino y la inteligente conversación conviven en creativa armonía, recibiendo y proyectando la palabra que viene de fuera y la que allí florece, vital y asilvestrada, con el frescor naciente de lo auténtico. Hablo de El dinosaurio todavía estaba allí, a la sombra de un conocido microrrelato, una pequeña librería, con mostrador y mesas de taberna, que, el sábado pasado, acogió la presentación de Origami, ante una treintena de personas, jóvenes en su mayoría.
                Antonio Huertas, editor y, en esta circunstancia, maestro de ceremonias, habló de su proyecto con las palabras justas y mostró a sus presentes el tangible catálogo de sus publicaciones. Allí estaban los libros de, entre otros, Jacob Iglesias, Ángel Fernández Fernández, Antonio Sánchez, Carmen Sáiz Neupaver, Dolors Alberola y el propio Antonio, cuyas voces, salvo alguna ausencia, alternaron con las de otros autores, que se sumaron a un acto emotivo, intenso y esperanzador. Entre los asistentes, Esteban Gutiérrez Gómez, un magnífico narrador.
                No hubo música ni performances y la palabra compareció desnuda, pues en literatura el texto es la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, sin que sea preciso jurarlo sobre la Biblia. Si hablamos de nivel, habrá que señalar algunos escalones, como en toda apuesta de riesgo, sobre todo cuando se trata de construir el futuro, pero el saldo, sin duda, arrojó superávit, con creces.
                Quedó constancia. Ahora, el tiempo dirá.

Redacción.-

Dolors Alberola, en La Qarmita (Granada), a la sombra de Lily Mae


Tensa, intensa, extensa, la mejor lectura a que he asistido en mucho tiempo  Con estas palabras, el poeta granadino Juan Carlos Friebe definía la que ofreció Dolors Alberola en La Qarmita, la noche del jueves pasado.
La Qarmita es un establecimiento singular en pleno corazón de Granada, una mezcla seductora de librería, biblioteca pública, cafetería y barra de bar, envueltos en una atmósfera confortable, entre lúdica y culta, propicia a la meditación silenciosa y la más chispeante e inteligente conversación, pues sus espacios conviven sin revolverse y el encanto de sus propietarios deviene contagioso.
La presentación de la autora, cuya lectura se inscribía en el II Ciclo de Poesía Bendito Qarma, organizado por la editorial Compañía de Versos Anónimos, corrió a cargo de su titular.  Víctor Alija sorprende siempre. De su gozosa juventud no se espera el acierto intelectual que acompaña a sus intervenciones. Puede llegar muy lejos. Es, poéticamente, un abierto a todas horas, que caza al vuelo a las Musas y pone los puntos sobre las íes. Alija, una vez más, hizo hincapié en la metáfora que da vida al libro: Lily Mae es la persona que defiende su dignidad, con la única escopeta posible, aquella que dispara la palabra, dijo.
                Dolors Alberola leyó poemas de La escopeta de Lily Mae, recientemente presentado en la capital granadina, algunos de Todos los trenes mueren en línea recta y una selección antológica muy cuidada de su obra anterior, dejando cumplida muestra de su quehacer.
                Un acto sumamente entrañable, que reunió a numerosas personas, a pesar del diluvio que, durante toda la tarde, cayó sobre la ciudad, jóvenes en su gran mayoría y otros no tanto, que acreditaron en todo momento un alto nivel de sensibilidad.

Redacción.-

21 de octubre de 2012

Dolors Alberola presentó en Granada “La escopeta de Lily Mae”


                Un impactante vídeo, realizado por Rosa Iglesias, fue la tarjeta de presentación de Dolors Alberola en Granada y una magnífica introducción a su libro más reciente, La escopeta de Lily Mae, que en la noche del viernes se asomaba a las librerías, editado por CVA (Compañía de Versos Anónimos), con sede en aquella capital.
                No se omitió detalle y Rosa Iglesias tradujo en imágenes, música y versos de la autora la visión apocalíptica y escatológica de un mundo en descomposición, que camina hacia el infierno de las peores pesadillas.
                Víctor Alija, editor y poeta, sería el encargado de explicarlo y recomponer en su glosa un discurso pulverizado tras la última y definitiva explosión. Sus palabras, afables y generosas, no restaron rigor ni vigor a su análisis de este libro, que ya desde la portada anticipa el misterio de la voz lírica y la munición que se dispone a disparar. El diseño, en efecto, nos recuerda a las viejas novelas del Oeste y, ya en el interior, donde épica y lírica parecen enlazarse, nos acerca a un Far-West generalizado, donde la ley y el orden bailan en el Saloom con sus contrarios y el caos parece dominar la escena. Es aquí donde irrumpe la heroína con el arma cargada de metáforas, cargada de recursos, cargada de armonía; cargada, en fin de palabras, que avancen hacia la luz.
                Luego, en el breve coloquio, Ginés López, propietario de la excelente Sala Cultural y Librería Nueva Gala, preguntó a la poeta quién era en realidad Lily Mae y la autora respondió que cualquiera que se sintiese identificado con el personaje, aunque admitió que, en el acto de la escritura, era ella misma quien disparaba…
                Y disparó sus versos en la breve lectura que ofreció a los presentes, alcanzándoles en el centro del corazón, un corazón despierto, que  –como escribió en el prólogo Katy Parra- es siempre un arma arrojadiza, capaz de adivinar desde donde proyectará la noche su coartada.
                Hubo vino después y rosas y esos raros portentos hermosísimos que brotan de la amistad y el compartido don  de la poesía.
 
Redacción.-

18 de octubre de 2012

"La mala letra", nuevo libro de Domingo F. Faílde


                Acaba de salir a la luz La mala letra, de Domingo F. Faílde, que publica Vitruvio y será presentado dentro de breves días en Madrid, Jerez, Cádiz y otras ciudades españolas.
                El libro, en palabras del propio autor,  se inscribe en los supuestos del ciclo que él denomina poesía en fase terminal. El poeta, nos dice, es un enfermo crónico, mordido por un virus pertinaz del que nunca conseguirá deshacerse. Ahora, por razones de edad y trayectoria, la dolencia se precipita hacia su desenlace natural. Es la fase terminal, cuyos síntomas evidentes son dos: la expresión, más que desnudarse, pierde la piel, se queda en carne viva y exhibe sin pudor sus muñones, mientras, por otra parte, el poeta se acerca a la sombra y explora desde ella su experiencia vital, en un itinerario que va desde el sarcasmo a la ternura, pasando por el cinismo, la ironía y un sano escepticismo, capaz de disparar su mirada más crítica hacia la realidad de un mundo sin sentido, que no logra entender.
                Estaríamos ante un discurso sobre el fracaso de la vida humana, enfocado a través de la propia literatura, que es, al fin y al cabo, una visión del mundo. Y, en los tiempos que corren, el espectáculo no puede ser más desolador. Ante ello, la poesía nos tiende su lenguaje para escrutar las sombras, tratar de entenderlas y buscar la luz.
                En una conversación con Dolors Alberola y con el contrapunto de la opinión de otros escritores, Domingo F. Faílde habla del libro, de la literatura y de su propia actitud ante el mundo y la poesía. El hombre escribe poesía porque es infeliz, asegura.

Redacción.-