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CONVOCATORIAS

CONVOCATORIAS

Martes 5 de noviembre
19,00 h.
Ateneo de Jerez
Encuentro literario hispano-marroquí. Lectura poética.
Poetas marroquíes:
Hassan Najmi, Mourad El Kadiri, Boudouik Benamar, Azrahai Aziz, Khalid Raissouni, Ahmed Lemsyeh, Jamal Ammache y Mohamed Arch.
Poetas gaditanos:
Josefa Parra, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Mercedes Escolano, Blanca Flores y Yolanda Aldón.
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24 de marzo de 2010

Domingo F. Faílde: lectura poética en la Biblioteca Municipal de Nueva Jarilla


Nada mejor que un rosco de los de antes y un café como mandan los cánones, no diré que para abrir el apetito sino para la puesta a punto de la cordialidad. El poeta también lo vio así y aceptó la propuesta de prescindir del protocolo, formulada por los organizadores del acto: Naturalmente –dijo-, aquí el protocolo no viene a cuento y solamente sirve para sembrar el tedio.    
Y si algo no hubo fue eso, tedio, sin duda el gran ausente de la lectura que el poeta Domingo F. Faílde ofreció esta tarde en la Biblioteca Municipal de Nueva Jarilla, llena hasta rebosar, pues incluso acudieron poetas y amigos de Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María y otras localidades vecinas.    
Faílde, que gusta preparar sus intervenciones y cuidar razonablemente su puesta en escena, clasificó sus poemas en varios bloques y dio comienzo por los de contenido metapoético, cuya lectura, para que no resultara farragosa, salpicó de comentarios, muchos de ellos en clave de humor, pasando después a un selecto muestrario de contenido amatorio, para aliviar la tensión, según él.    
Pero el grueso del recital estuvo protagonizado por los poemas existenciales, las reflexiones sobre la muerte y la poesía de la conciencia, tan necesaria en los tiempos que corren.    
Para cerrar el acto, reivindicó la figura, humana, poética, de Luis Rosales, dando lectura a varias creaciones suyas.    
Por último, Faílde sugirió que se abriera un coloqio, que resultó animado y fructífero.  
    
Redacción.-

23 de marzo de 2010

Un año después: El vuelo del colibrí blanco



El colibrí rompió el cascaron una tarde de junio en Madrid, al calor de otros dos pájaros de cuenta: Miguel Ángel Zapata, fantástico microrrelatista granadino, y Carlos Salem, cuervo negro argeñol. Abrió los ojos allí, pero enseguida voló hacia la casa de sus padres, en Jerez de la Frontera, y se alojó en una bonita librería del centro. Hojas de bohemia fue el sitio elegido por EH Editores para su presentación. No pudieron elegir sitio mejor, ni mejor compañía que la que tuvo, alentado por un grupo de amigos del Sur que viven intensamente la literatura, entre los que se sintió reconfortado.     
Fueron las primeras satisfacciones que en su peregrinar, está obteniendo la novela. Novela, sí, no relato, como su autor lo bautizó. Los lectores que se han acercado a él, así lo califican y ya sabemos que lo que vale en estos casos es la palabra del lector.    
Desde entonces ha sobrevolado el mundo con su desenfrenado aleteo. Y digo bien, el mundo, porque consta a su autor que se ha leído en alguna universidad norteamericana y que en Argentina estuvo de paso.    
Después de aquel inicio en tierras de bodegas, como no podía ser de otra manera guiándose el pequeño colibrí blanco por el espíritu del vino, acudió esperanzado a su cita en Fuenlabrada. Tampoco salió defraudado de allí, ni del resto de presentaciones que hasta ahora ha realizado, posándose en los más acogedores ambientes literarios de León, Valencia, Plasencia o Benavente.    
Ha sido incluso materia de trabajo de los alumnos de narrativa de Miguel Ángel Martín en el Centro de Poesía José Hierro de Getafe y, a cada encuentro con sus lectores, su satisfacción no deja de crecer.   
Le gusta ahora exhibirse, después del temor inicial al devenir. Le gusta desentrañar sus secretos, la materia que lo forma, las técnicas con las que se construyó, la explicación de su esencialidad y su dificultoso caminar por el filo de la navaja de la objetividad en un asunto que ha generado y genera tanta ira y tanta maldad. Le gusta mostrar su esqueleto mínimo, la deconstrucción que sufrió en su creación y la influencia cinematográfica que lo amparó. No es extraño, ahora se entiende, que haya llegado a manos de un afamado director de cine español.    
Pero no es sólo porque el colibrí guste. También influye que no ha dejado de moverse, que ha acudido y acudirá allá donde lo llamen, donde lo quieran. Y aún eso no es suficiente, si no existe detrás una editorial, un equipo humano que en verdad vive la literatura, que lo muestra, que busca la máxima eficacia en su distribución, que quiere verlo expuesto en las librerías de toda España.     
Así que el relativo éxito del pequeño colibrí blanco, si lo hubiere, corresponde a todos los que desde el inicio de su gestación confiaron en él, lo empollaron, lo alimentaron y luego lo dejaron volar.    
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© Esteban Gutiérrez Gómez  
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Algunas reseñas de El colibrí blanco:  
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Lírica, entrañable, magnética y más que recomendable es la novela corta de Esteban Gutiérrez Gómez, El colibrí blanco (EH Editores, 2009), que debe leerse de un tirón y con una buena botella de vino cosechero al lado... Maquis, guardias civiles, exiliados, porrones, bodegas, guerrilleros, evadidos, zulos, catas, cubas y reencuentros dulces y amargos son los pilares de esta sorprendente narración, equilibrada y brillante como un buen vino. Vicente Muñoz Álvarez   
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Armada mediante una compleja y sutilísima arquitectura coral, El colibrí blanco revela la extraordinaria capacidad de Gutiérrez para el arriesgado equilibrio entre la elipsis y la revelación. Trabando magistralmente diferentes instancias temporales (la España rural durante el conflicto bélico, el penoso exilio y el goteo de los retornos en los albores de la democracia), el autor traza un escenario de espectros que recuerda a los osarios de Rulfo y Luis Mateo Díez. Sin embargo, y a diferencia de éstos, Esteban Gutiérrez huye de la concepción fantástica para penetrar en un singular sustrato realista (igualmente alejado del costumbrismo al uso) que se recrea en la existencia condenada de los personajes, vivos pero fatalmente zarandeados por el destino, fantasmales en su azaroso caminar. Miguel Ángel Zapata   
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El colibrí blanco carece de etiquetas, no podemos afirmar que se trate de una novela, ni de un cuento largo, sino que como él mismo confiesa, se trata de una mixtura donde el lector, debe terminar de hornear la masa en su cabeza. Así, se suceden saltos de tiempo, se inmiscuye como otro personaje más de la historia el género epistolar, encontramos informes policiales y muchas más sorpresas, que conforman un gran rompecabezas ciertamente exquisito. Sandra Rubio

19 de marzo de 2010

Lectura poética de Dolors Alberola en Conil de la Frontera


En la tarde de ayer, Dolors Alberola ofreció una lectura poética en la Biblioteca Pública Municipal de Conil de la Frontera, dentro del Circuito Literario Andaluz, que viene organizando el Centro Andaluz de las Letras (CAL).    
Alberola, conocida por los amantes de la poesía, que ya tuvieron ocasión de contactar con ella cuando, hace dos años, impartió en esta localidad gaditana un taller especializado, leyó poemas de diferentes etapas y registros, comenzando el recital con varios textos de su libro más reciente, Del lugar de las piedras, iniciando a continuación un recorrido en flash-back por su obra anterior, deteniéndose en El medidor de cosas, Historias de snack-bar, El don del unicornio y, sobre todo, Arte de perros, sin omitir por ello poemas tan emblemáticos como su Oda posterior a la última oda, que conjuga lirismo, historia y teatro, en torno a la trágica muerte de Federico García Lorca. La autora hizo hincapié en uno de sus temas favoritos: el horror que condujo al exterminio a miles de judíos, bajo la dictadura nazi.    
Para finalizar, leyó varios inéditos, procedentes de libros aún en preparación, todos ellos de rutilante belleza.    
Al acto asistió numeroso público, entre el que se encontraban algunos poetas, incluso procedentes de localidades vecinas, que arroparon con su afecto a Dolors Alberola.    
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Redacción.-

18 de marzo de 2010

Juan José Téllez: "La sociedad de la calle no se ve reflejada en los medios de comunicación"


El pasado 17 de marzo tuvo lugar en la Escuela de Hostelería de Jerez una nueva sesión del Aula de Periodismo, en esta ocasión a cargo de Juan José Téllez, poeta, escritor y periodista, que, bajo el epígrafe Diálogos en libertad, disertó sobre el tema Periodismo y minorías.     
Domingo F. Faílde, que dio la bienvenida a los asistentes, fue el encargado de presentar el acto. Innovación, rigor estético y ético, compromiso –dijo- son tres conceptos que resumen perfectamente la personalidad y trayectoria de Juan José Téllez, que, a continuación, pormenorizaría el también periodista Daniel Pérez en su breve e intensa semblanza.    
Luego, el ponente, con palabras precisas e ideas claras, demostró que, en efecto, dice lo que piensa, sin plegarse a ninguna línea editorial, arremetiendo contra el pensamiento único, sin caer en dogmatismos ni hacer concesiones a los parámetros oficiales de izquierda o derecha.    
Según Juan José Téllez, el ciudadano de hoy cree estar bien informado, por el hecho de disponer de numerosas fuentes y medios, así como de una gran cantidad de material informativo. Para que exista información no sólo será necesario que ofrezcamos noticias, sino además sus antecedentes y sus análisis. Sin embargo, los medios siempre abordan los mismos temas, ajenos casi siempre a la realidad y a las preocupaciones inmediatas de la mayoría, temas servidos por agencias, cada vez menos, y sesgados por los intereses, principalmente publicitarios, de los distintos periódicos, canales de televisión, etc., etc., de manera que la sociedad de la calle no se ve reflejada en los medios de comunicación. Esto se hace evidente al comprobar que colectivos como el de los extranjeros que residen en España no tienen cabida en los medios de comunicación, y que cuando se informa sobre ellos es casi siempre para asociarlos a malas noticias. Para Téllez, la inmigración es un fenómeno muy complejo y una realidad cada vez más creciente en España, y la sociedad es cada vez más plural por la llegada de estas personas; y sin embargo en los periódicos, televisiones, radios o medios de Internet no se cuenta esta realidad ni se da pie a que se produzca su integración.    
La intervención de María José Pacheco, presidenta de la Asociación de la Prensa de Jerez, dio paso un largo coloquio sobre los temas tratados.    
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Redacción.-

13 de marzo de 2010

I PREMIO DE POESÍA “HOJAS DE BOHEMIA”


La librería Hojas de Bohemia y la editorial EH Editores, con el fin de promocionar la poesía escrita por autores andaluces, convocan el I Premio de Poesía “HOJAS DE BOHEMIA”, que ha de regirse por las siguientes

B A S E S  


1. Podrán participar en el certamen todos aquellos autores nacidos en la Comunidad Autónoma de Andalucía o residentes en la misma, con trabajos originales, inéditos en cualquier clase de soporte, que no hayan sido premiados con anterioridad ni estén pendientes de fallo en otros concursos. Sólo se admitirá una obra por autor.    
2. Las obras estarán escritas en castellano.  
3. El tema será libre, así como la forma del trabajo, cuya extensión estará comprendida entre los 500 y 700 versos.    
4. Los trabajos habrán de presentarse mecanografiados o procesados por ordenador, en caracteres Times New Roman de 12 puntos, a 1,5 espacios, por una sola cara y en formato DIN A4, debidamente cosidos o encuadernados. En la portada únicamente figurará el título de los mismos.    
5. Las obras se enviarán por quintuplicado a la Escuela de Hostelería de Jerez, C/ Einstein, 5. Parque empresarial, 11407- Jerez de la Frontera. Cádiz, figurando en el sobre la inscripción “I PREMIO DE POESÍA “HOJAS DE BOHEMIA”.    
6. Cada trabajo incluirá un sobre en el que figurará el mismo título que en la portada, dentro del cual habrá una plica con el nombre y apellidos del autor, así como su firma literaria, si fuese distinta de aquellos, su domicilio fiscal y teléfono de contacto, incluyendo además documento acreditativo de ser natural o residir en la Comunidad Autónoma Andaluza, así como un breve currículum.    
7. El plazo de presentación queda abierto con la publicación de estas bases y concluirá el 15 de septiembre de 2010, siendo referencia para los trabajos presentados por correo el matasellos correspondiente. Las obras presentadas serán sometidas al examen de una comisión lectora, que propondrá al jurado las que por su calidad merezcan especial consideración para el fallo final.    
8. El premio de esta convocatoria consistirá en la publicación de la obra en la editorial EH Editores. El poeta galardonado recibirá 200 ejemplares, en concepto de derechos de autor.    
9. El fallo del jurado, que será inapelable, se emitirá a mediados del mes de octubre de 2010, comunicándose al ganador personalmente e informando a los medios.    
10. Es condición indispensable para recibir el premio, asistir al acto de entrega y presentación del libro. La editorial EH Editores y la Librería Hojas de Bohemia facilitarán la estancia al galardonado, en aquellos casos en que sea necesario.    
11. El premio podrá ser declarado desierto, si estimase el jurado que ninguno de los trabajos participantes posee la suficiente calidad.    
12. Los trabajos no premiados no serán devueltos a sus autores, procediéndose inmediatamente a su destrucción sin abrir las plicas.    
13. Los miembros del jurado, el personal del Grupo Romero Caballero, EH Editores y Librería “Hojas de Bohemia”, sus respectivos familiares y los autores de libros publicados en esta editorial, no podrán tomar parte en el certamen.    
14. La participación en el certamen implica la plena aceptación de estas bases.

Jerez de la Frontera, 11 de marzo de 2010

12 de marzo de 2010

Juana Castro y Ana Rosetti clausuraron con una lectura poética el acto de entrega de premios del X Certamen de Relato corto y Poesía "Pilar Paz Pasamar"


Una lectura poética, a cargo de Juana Castro y Ana Rosetti, cerró brillantemente el acto literario de entrega de premios del X Certamen “Pilar Paz Pasamar”. La entidad convocante quiso, de esta manera, celebrar el décimo aniversario de la convocatoria y rendir homenaje, una vez más, a la veterana poeta que le ha dado nombre, reconocida como una de las madres de la poesía andaluza, en palabras de Juana Castro.    
Antes, tras los discursos protocolarios y demás parabienes oficiales, las autoras premiadas o personas en quienes delegaron recogieron sus galardones que, en esta edición, habían recaído sobre la argentina Julieta Pinasco, la malagueña Herminia Luque y la jerezana M. Carmen Vargas Breval, en la modalidad de relato breve, y sobre la colombiana Beatriz Vanegas, la sevillana Carmen Camacho y la navarra María Aoiz Monreal, en la de poesía. Según la Delegación de Igualdad y Salud del Ayuntamiento de Jerez participado 193 obras, procedentes de España y otros países. El jurado había estado compuesto por Pilar Paz Pasamar, las poetas Pepa Parra y Dolors Alberola, la librera Natividad Montaño, la empresaria Anunciación Rivelot y la jefa del Departamento de la Mujer de la Delegación de Igualdad, Maribel Alconchel.  
El acto finalizó con las emocionadas palabras de Pilar Paz, que recitó uno de sus poemas más conocidos.
          
Redacción.-

9 de marzo de 2010

Juana Castro presentó en Córdoba “La Bámbola”. El acto se celebró en el Rectorado de la Universidad


En una ocasión decliné hablar sobre Juana Castro, porque cierto temor me impulsaba ante una voz tan firme. No quiero en la presente, entrar a releer su libro que conozco magnífico, sino que para la magia se precisa la magia y ella deseo hable a través de mis verbos.   
Leí el poemario de nuestra poeta llamado Los cuerpos oscuros y quedé atrapada ante la fuerza, el dolor, el inmenso cariño y la delicadeza que motiva su pluma. Latía en todo una terrible hermosura, una llaga que supuraba y, simultáneamente, el delirio se apoderaba de una, una quemazón inmensa que no quería paliar y que me conminaba a seguir leyendo.  
Esos versos no eran de mujer –no entiendan que hable de género-, eran versos angélicos, versos que se vertían hacia el más profundo yo y rebotaban en el alma o lo que en su lugar nos habite. Eran puñales, eran corzos saltando, sangrantes de dolor, eran la más tremenda de todas las bellezas. Me impregné con su sangre, todavía me fluye.    
Más tarde, la escuché y confirmé que, si existe una voz, ella es la voz; si existe la potencia, ella la posee; si existe la magia de lo diario, ella lo eleva a sobrenatural, porque nunca estuve más cerca de la mística que cuando le escuché recitar un poema que narra cómo una niña mea en el campo. Mear no era sinónimo de elevarse hasta que Juana Castro lo decidió en sus versos. Desde entonces, no existe más acto que el que eternizó en su tinta.     
Evidentemente, alguien capaz de conseguir que la palabra regrese al origen de su pureza, ha de ser una persona consecuente, en toda su existencia, con ese sentir gigante; tiene que ser, por tanto, comprometida; una mujer con todas las mayúsculas cruzándole el pecho como barcas blanquísimas, una poeta defensora de su visión preclara y, al mismo tiempo, de esa posición desde donde las mujeres contemplamos la vida, la historia, la realidad profunda, que es capaz de imponerse por encima de precintos o normas o discursos. 
Una mujer que defienda a verso y uña a la mujer, como sucede en tantos de sus textos y también en este poemario que hoy les presentamos. Poemario que se adelanta al tiempo, siendo el tiempo y, al tiempo, no dejándolo transcurrir en su intimidad que, a modo de computadora, guarda en los archivos nuestro grito enervado.   
Y, así, a la poesía de Juana se regresa continuamente. Ése es el privilegio de las obras imprescindibles. Las leemos un día y, al cabo de los años, cogemos el volumen de su correspondiente anaquel, lo abrimos con nostalgia de lo leído y, una vez más, experimentamos el hondo escalofrío de la belleza virgen y la sorpresa del descubrimiento.    
Así es su palabra: siempre nueva. Pasear por Narcisia, Paranoia en otoño, Fisterra o Arte de cetrería nos transporta a la aurora de un mundo que ha parido su propia realidad; un mundo femenino que, en el espacio de la conciencia poética de la autora, nos propone un conocimiento y nos induce a una nueva visión, derribando prejuicios y añejas mitologías, reescribiendo la historia, sumándole las páginas que, milenio a milenio y siglo a siglo, se escribieron con la tinta del silencio: Juana Castro les devolvió la voz.    
En La Bámbola. Intrusos en la red, Juana se desnuda ante el vidrio de los ojos y no le importa atravesar la voz, siendo más voz, más materia, más ángel carnal a toda giga. Ella pasa el ratón sobre su tiempo y abre el documento de Word de una realidad que la trasciende, la eleva y la conserva en su memoria. Tiene la fecha cambiada y bien lo sabe, porque no mira ni siente por su naturaleza, sino por esa deferencia de los sueños que la habitan de día, por esa certidumbre de la espada que no corta, porque lucha, por ese ser que, cuando es, es justamente cuando se funde con otro ser, sin otra realidad que la utopía.    
Así, nos llega hoy una conversación entre mujer y máquina, que bien podrá servir en un futuro, y aparece sin fecha de retraso, a pesar de estar escrito hace ya algunos años. El tiempo no es problema para la gran poesía y ahí se ve, ahí está, ahí se diviniza la mano del poeta, capaz de aniquilar el tiempo y el espacio y llegarnos tan fresca como esa agua clara con que el cielo nos riega el pensamiento.    
Con estas palabras efectuó Dolors Alberola su personal y hermosa aproximación a La Bámbola. Antes, habían intervenido Mª. Ángeles Hermosilla Álvarez, en nombre de la cátedra Leonor de Guzmán, de la Universidad de Córdoba, y la poeta Balbina Prior, como autora del prólogo, que, en la línea del mismo, expuso los avatares de la obra hasta el momento de su publicación y resumió sus características más importantes. Finalmente, tomó la palabra el también poeta Álvaro Quintero Mejía, como representante de la editorial EH, quien mostró su satisfacción por haber contribuido al conocimiento de este libro.   
El acto se celebró en el aula magna de la antigua facultad de Veterinaria, hoy rectorado de la Universidad cordobesa, y, al término del mismo, se obsequió a los presentes con un espléndido aperitivo.    
    
© Dolors Alberola, del texto en cursiva.   
          
Redacción.-

Poesía para la reconstrucción. Un festival poético para ayudar a los damnificados por el terremoto que asoló Chile



Parece ser que el mundo, en su conjunto, como por obra y gracia de la tan traída y llevada globalización, se ha convertido en zona catastrófica y, hostil con los escuálidos progresos del bienestar de la mayoría, se ceba con los débiles y derrama sus dádivas, en forma de dividendos, sobre los responsables del cambio climático, la deforestación del planeta, la contaminación de los elementos, el hambre, la miseria y la gripe porcina. Por no hacer mudanza en su costumbre, que escribió Garcilaso.  
Antes fueron Italia y Haití –lejos, no obstante, de encabezar la nómina- y ahora le tocó a Chile. Mañana –porque hoy le ha tocado a Turquía- no sabemos a quiénes el destino tiene en su lista negra.  
Para paliar el sufrimiento de nuestros hermanos chilenos, se están llevando a cabo diversas iniciativas. Al abrir el correo, he encontrado un mensaje de los poetas Benjamín León y Sara Castelar Lorca, convocándonos a una lectura poética que, bajo el título Poesía para la reconstrucción, tendrá lugar en Sevilla, el próximo día 12, a las 20,30 h.  
El acto se celebrará en La Carbonería (calle Levíes, 18), con el programa siguiente:    
1.- Recital simultáneo. Jam Session. Los poetas se apuntarán en una lista, irán siendo llamados por orden de llegada para que lean sus poemas o de otros autores, según estimen.    
2.- Tormenta lírica (Lyric Storm), donde cada asistente escribirá un verso que será parte un poema colectivo.     
3.- Vídeos con reportajes o imágenes del terremoto y lectura de testimonios reales de autores chilenos que se encuentran en la zona del desastre.    
4.- Música a cargo de grupo chileno (por confirmar).    
Los autores pueden traer sus libros en donación para su venta, la recaudación irá a la misma cuenta a favor de los damnificados que tiene abierta la embajada de Chile en España en el Banco Santander.    
Habrá una urna para que los asistentes depositen su donación que igualmente será ingresada en la mencionada cuenta.    
Los interesados que deseen ponerse en contacto con los organizadores, podrán hacerlo por correo electrónico, a la dirección poesíaparalareconstrucción@gmail.com    
  
Redacción.-

4 de marzo de 2010

El eros, la locura: Lectura poética de Álvaro Quintero Mejía y Dolors Alberola


La lluvia no impidió que, a la hora prevista, la noche del miércoles se llenara de versos, una vez más, en torno a la locura y el erotismo, ahora a cargo de los poetas Álvaro Quintero y Dolors Alberola, que desgranaron los suyos, inéditos en su mayoría, ante el público que, no obstante las inclemencias meteorológicas, se dio cita en este acto.    
Domingo F. Faílde sería el encargado de efectuar la presentación, con palabras que anticiparon al auditorio lo que, seguidamente, escuchó:    
Diría que fue ayer cuando tuve el honor de inaugurar este ciclo y resulta que hoy, después de algunos hitos importantes –recordemos el paso de Jesús Serrano, Francesco Policastro y Josela Maturana por esta tribuna-, me cabe el honor, aún más alto, de ser por tiempo efímero, que es lo suyo, introductor de embajadores; y lo digo, que conste, sin hipérbole, sabiendo que esta corte literaria es la mejor, sin duda, en muchas leguas a la redonda y que Álvaro Quintero y Dolors Alberola, embajadores de la mejor poesía, vienen a presentarles sus credenciales, a sílabas contadas o en el verso más libre y libertino que, gracias a la lluvia jupiterina, ha germinado en el jardín prohibido, arado y abonado previamente por ese jardinero portentoso que llamamos talento.    
Yo creo que la poesía es transgresión. Transgresión, desde luego, del lenguaje, que entra convencional en el horno y sale de la mano del poeta, convertido en materia diferente y forma distinta, para nombrar lo único, lo exacto, que es, simultáneamente, lo múltiple, lo ambiguo. El poema, en efecto, es artefacto de contravención; y si, por una parte, se alimenta de normas y paradigmas, por otra los fulmina, para alumbrar lo hermoso y mostrar a los seres humanos el camino de la libertad.    
Faílde, tras resumir las claves fundamentales de ambas poéticas, se refirió a Quintero, definiéndolo como un especialista en sumergirse en las aguas oscuras de Hécate y, tras yacer con ella, regresar con las prendas de su victoria para ponerles música y dejarnos un salmo con las claves del más oculto conocimiento.    
Y por eso nos hablará de locura –continuó-, sabiéndose perdido de antemano, que es la manera trágica y perfecta de encontrarse consigo mismo. Eso debió ocurrirles a nuestros míticos padres, Adán y Eva, mucho antes de que el griego Eurípides descubriera la fórmula del destino que aguarda al hombre sabio: "a quien los dioses quieren perder, primero lo vuelven loco".    
La locura, no obstante, descartando tal vez sus manifestaciones más sórdidas, suele revelarse como una forma extrema de lucidez, capaz de abrir al conocimiento del hombre los muros más espesos, las más secretas puertas, los espejos y laberintos más engañosos e intrincados de la conciencia. Y cuanto más perdidos, más libres, por más nuestros, los humanos.    
Tras la lectura de Álvaro Quintero, que fue poderosa y brillante, le llegó el turno a Dolors Alberola, en cuyos poemas, según opinión de Faílde, encontramos, desde luego, la metáfora sorprendente, las figuras de dicción, los juegos conceptuales, con el sello indeleble de la firma, con una buena dosis de ironía, que ha venido a esconderse en las zonas más lúdicas del poema para reivindicar la enorme pureza de lo impuro y el triunfo de la carne, como expresión, por raro que parezca, de nuestra propia interioridad.   
No estamos, sin embargo –había dicho Faílde-, ante un erotismo de cuño intelectual. El lenguaje, directo en ocasiones y refinado siempre, nos conduce al común territorio de la experiencia, eso sí, trascendida por el irrenunciable ejercicio de la razón, sin la cual el placer no sería posible ni, desde luego, humano. Irrumpe de este modo el peculiar sentido del humanismo que, en la obra de Dolors Alberola, ilumina poemas y poemas.   
Y cuando, deslenguándose, descorre la cortina de lo obsceno, es decir, de lo que queda fuera del ruin escenario políticamente correcto, aparece desnuda la libertad, cogiendo nuevamente la manzana del árbol e invitándonos a comerla.    
Finalizado el acto, se sirvió una copa de vino de Jerez.    
     
Redacción.-