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CONVOCATORIAS

CONVOCATORIAS

Martes 5 de noviembre
19,00 h.
Ateneo de Jerez
Encuentro literario hispano-marroquí. Lectura poética.
Poetas marroquíes:
Hassan Najmi, Mourad El Kadiri, Boudouik Benamar, Azrahai Aziz, Khalid Raissouni, Ahmed Lemsyeh, Jamal Ammache y Mohamed Arch.
Poetas gaditanos:
Josefa Parra, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Mercedes Escolano, Blanca Flores y Yolanda Aldón.
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27 de abril de 2013

Dolors Alberola: "Dasein", en la Feria del Libro de Jerez


                Dolors Alberola presentó Dasein en la Feria del Libro de Jerez. Unos pocos stands y una pequeña carpa con capacidad para medio centenar de personas, demasiadas acaso en un evento que, al menos en España, la España gris de hoy, difícilmente puede competir con el fútbol. No era el caso, a las seis de la tarde del sábado 27. Y, afuera, bulerías, el palmoteo desconsiderado de un pequeño grupo de visitantes, que, al parecer, carecen de hábitos cívicos.
                Éste es el ser-aquí-y-ahora de que hablara Heidegger, el río de Heráclito que, tras las últimas lluvias, pasa crecido por el cauce, demasiado frágil y estrecho, de nuestra existencia.
                Para contarla, para cantarla, para celebrarla y también  para denostarla, se alzó la voz de la poeta. Dolors Alberola, presentada por Cristóbal Serna y Domingo F. Faílde, contó, a través de su propia experiencia, la de todos los hombres y mujeres de su tiempo, de todos los tiempos, bajo un común denominador: somos seres para la muerte y por ello nos apasiona la vida, buscamos la belleza y nos arrojamos en brazos del amor a explorar los misterios de un mundo que intenta revelársenos en la ciencia, en la filosofía y, cómo no, en la poesía.
                Ella llenó la tarde, entre nublada, calurosa y húmeda, de este sábado triste y, por fuerza de la ruda realidad, sediento de esperanza. El acto fue breve y sobrio. No faltó nadie ni nadie sobró. Y la palabra abrió de par en par sus puertas.

Domingo F. Faílde presentó la "Obra dispersa e inédita" de Javier Egea


                En el palacio ducal de Medina Sidonia, en Sanlúcar de Barrameda y organizada por el Centro Andaluz de las Letras, tuvo lugar anoche la presentación del segundo volumen de las Obras completas de Javier Egea. El libro contiene la obra dispersa e inédita del autor, editada por Bartleby Editores.
                Tras las palabras de introducción, a cargo de Lilianne Dahlmann, anfitriona del evento, fue Domingo F. Faílde quien llevó a cabo la presentación de la obra. Su discurso fue extenso y ofreció a los oyentes cuantiosos datos sobre el poeta y su obra.
                Faílde, que conoció a Javier Egea en la Granada poética de 1968, pasó revista a su trayectoria, destacando dos hechos: su condición de epónimo de la corriente denominada otra sentimentalidad, coherente con su proyecto de crear una poesía netamente materialista, y su resolución de no unirse a la poesía de la experiencia, cuando ésta, vaciando el discurso de la primera, acabó reemplazándola, una actitud valiente, comprometida y ética, que le condujo a la marginalidad y, sin duda, al suicidio. Este rescate –dijo, citando a Felipe Alcaraz- salva al autor de una segunda muerte.
                El acto se cerró con una breve, aunque bien escogida, lectura de poemas, que comenzó con la famosa Poética del autor para continuar con sus Coplas a Carmen Romero y finalizar con varios sonetos de amor de distintas etapas.

Redacción.-

24 de abril de 2013

Dolors Alberola presenta "Dasein" en la Fundación Rafael Alberti


                …Yo siempre he sostenido que Dolors Alberola no es una poeta esencialmente órfica, por cuanto su universo y la atmósfera que ella le ha creado resultan del emparejamiento de los contrarios, de manera que no hay luz sin sombra ni sombra sin luz, sin que esto implique nunca claroscuro, pues no gusta de términos medios y, como dijo Cernuda, un poema puede ser cálido o frío, pero tibio jamás. Nadie espere, por tanto, tibieza en Dasein ni frío ni calor, sino ese big-bang que, nunca mejor dicho, llaman los físicos singularidad. Y en ella se concentra la poesía que Dolors Alberola nos obsequia esta noche.
                Así concluyó Domingo F. Faílde sus palabras de presentación. Antes se había referido al pensamiento existencialista y establecido su relación con el libro que Dolors Alberola presentó anoche en el salón de actos de la Fundación Rafael Alberti, en El Puerto de Santa María.
                La aportación del pensamiento existencialista –había dicho- consiste en asumir nuestra incapacidad para trascender y, en definitiva, la imposibilidad de conocer los misterios más intrincados que constituyeron durante siglos el objeto de la filosofía. Así, los filósofos se plantean la existencia como problema, llegando a la conclusión de que la esencia del hombre es su existencia. Por este trayecto –añadió- llegamos al concepto de Dasein, formulado por Heidegger, para quien la esencia del hombre ya no es la existencia más menos abstracta, sino el momento, vivir aquí y ahora. he aquí el telón de fondo de este libro.
                Luego pasó Faílde revista a la poética de Dolors Alberola, situando sus rasgos fundamentales en la propia arquitectura de Dasein, un libro al que la crítica, aun siendo cicatera- empieza a valorar como el mejor de los suyos.
                Y, como el movimiento se demuestra andando, la autora, una vez más, desplegó los mejores argumentos del oficio, pues nada habla del mismo con mayor elocuencia que los poemas, breves los que eligió, que, en palabras de su presentador, componen una especie de antifonario en el que la celebración y su antítesis establecen un diálogo silencioso en torno a uno de los pilares del existencialismo: el hombre es un ser para la muerte. Solamente nos salva la palabra poética, como puente entre el misterio y la necesidad de desentrañarlo –eso piensa Alberola- para acceder a la luz.
                Con este acto, se clausuraron los que han vendido desarrollándose con motivo del Día del Libro en El Puerto de Santa María.

Redacción.-

23 de abril de 2013

Dolors Alberola: Lily Mae, también en Valencia


                El éxito, no su sombra, como a veces se dice a modo de metáfora modesta, sino la propia imagen y figura del éxito, perceptible y tangible, acompañó la gira valenciana de Dolors Alberola y, en honor a la verdad, a la más pura y constatable verdad, no por el hecho de jugar en casa –factor en contra, si damos crédito al tópico, según el cual nadie es profeta en su tierra-, sino a fuerza de exprimir las ubres de la belleza y crear, pese a quien pese –y muchos son los usurpadores- una obra profunda, coherente, hermosa e innovadora, que la ha convertido en una de las voces más altas de la poesía española actual.
                Así lo proclamó con encomiable rigor y admirable honestidad la poeta Pilar Verdú, que repitió como presentadora en la lectura que, el pasado domingo 21, tuvo lugar en Chez Lyon, exquisito restaurante de inspiración francesa, en pleno corazón de la capital valenciana. Dolors Alberola presentaba en esta ocasión La escopeta de Lily Mae y compartía escenario con Salvador Pliego, poeta mexicano, que deba a conocer su obra en España.
                La poesía, como dijo Celaya, es un arma cargada de futuro y, en palabras de Dolors Alberola, es el momento de dispararla: un tiro por la paz, leemos en un verso de este libro, cuya voz lírica engloba a diversos arquetipos femeninos, Lilith, la rebelde, y María, la sumisa; Lili Marlen y la mítica Mae West, configurando un mundo diferente, en el que la violencia ceda el paso al amor, la solidaridad y la justicia, en medio de un supuesto tiroteo sin otro proyectil que la palabra, esa palabra poética capaz de crear universos.
                Los poemas de Alberola llegaron y convencieron. Los lectores .también en este caso poetas, en su mayoría- comentaron en términos elogiosos los poemas del libro y la autora hizo un bis con muestras de Dasein y Meteoritos.
                Por su parte, Salvador Pliego, poeta de oficio y recursos, ofreció un recorrido por su obra y los distintos registros que comparecen en ella, siendo muy aplaudido.

Redacción.-

Domingo F. Faílde y "La mala letra", en Valencia


La presentación de La mala letra en Valencia alcanzó un notable éxito literario, que si no fue mayor no hay más remedio que atribuirlo a la deficiente publicidad del evento y al mediocre nivel de asistencia registrado el pasado día 19 en la pequeña sala de Bibliocafé.
                El acto, desde luego, hubiese merecido mucha más proyección. El poeta valenciano Pere Bessó, a cuyo cargo corrió el comentario crítico del libro, pronunció una soberbia lección magistral, analizando, una a una, las claves de la obra y la difícil relación existente entre la forma y el contenido: cincuenta y siete minutos de altísima teoría literaria, aplicada a La mala letra, sin concesión alguna al auditorio. Una genialidad.
                Según Pere Bessó, la hermenéutica del título nos sugiere una idea de malditismo, que coloca al autor en la heterodoxia: Fray Luis de león, Quevedo, Unamuno, Machado, Cernuda, Octavio Paz, Vallejo… afloran en los poemas más ácidos, ya mediante alusión o intertextualidad, apoyando al autor en su denostación de un mundo que no le gusta. La ironía e incluso el sarcasmo asoman sus colmillos con frecuencia y planea la sátira, como una sombra oculta en el lirismo de estos poemas, cuyo tono varía en cada una de las partes del libro. Así, en Epígrafes, la primera, predomina el expresionismo, mientras en Merodeos el tono es más salmódico, frente al descriptivismo que predomina en Enigmas, aun cuando el último poema de esta parte, que cierra también la obra, regresa a la salmodia.
                Con estos hilos teje Domingo F. Faílde su discurso sobre el fracaso de la vida humana y, en consecuencia, sobre la literatura como opción de fracaso, hiriendo las entrañas del posible lector, en un alegato contra la indiferencia, que es mal de nuestros días.
                Dictum verbum irrevocabile volat, dijo Virgilio, y así debió de entenderlo el autor de La mala letra. Domingo F. Faílde fue breve, conciso y certero en una lectura que cerró Rosa Iglesias, prestando voz y acento al ya aludido Lluvias.  Después, hubo preguntas y respuestas, firma de algún que otro ejemplar y, en los confines más gozosos de Valencia, aquel vaso de bon vino cantado por Berceo: el placer como broche áureo de una espléndida velada.

Redacción.-

Dolors Alberola presentó "Dasein" en Valencia


                En el salón de actod de la SGAE –una preciosa sala, por cierto- fue la poeta Pilar Verdú quien tomó la palabra para presentar Dasein a los lectores de Valencia, también poetas en su mayoría, como suele ocurrir en este tipo de eventos.
                Y Verdú, al hilo del propio título, que, no obstante su condición de tecnicismo filosófico, es totalmente explícito, conecto con el más genuino Heidegger y, descorriendo el velo del misterio, desentrañó la metáfora de la autora. El concepto de ser, aquí y ahora actúa como un puente metafísico entre el orbe de lo ideal y la experiencia, tanto personal como colectiva, de la poeta y su contexto humano, fundidos en la certeza fundamental del pensamiento existencialista: el hombre es un ser para la muerte.
                No se detuvo la presentadora en la glosa de estos conceptos. Su empeño primordial consistía, como antes se dijo, en descorrer los velos y desvelar los misterios del libro. Poco a poco, el lenguaje poético fue adquiriendo protagonismo y habló Pilar Verdú de métrica y recursos, de la bien gobernada música del poema y de los juegos y aliteraciones que tan gratos resultan a la autora. El discurso, de excelente factura, transcurrió en todo instante  con brillantez y, cumpliendo con acierto su función, dejó el campo abonado para que Dolors Alberola sembrara sus versos.
                Así lo hizo y, siguiendo su propia costumbre, dio lectura a los textos más representativos de Dasein y, sin duda también, muy hermosos. Sobria estuvo Dolors Alberola, sin incurrir jamás en gestos ni impostaciones, atenta solamente a subrayar con absoluta naturalidad la emoción estética contenida en cada palabra o sintagma, demostrando su dominio del signo lingüístico. Rosa Iglesias, poeta y rapsoda, pondría el punto final con la lectura del último poema.
                Después, se entabló un breve aunque interesante coloquio y la autora firmó ejemplares del libro.

Redacción.-

18 de abril de 2013

Domingo F. Faílde presentó "La mala letra" en la Biblioteca Provincial de Cádiz


                En la tarde de ayer tuvo lugar la presentación de La mala letra en la Biblioteca Pública Provincial de Cádiz. El acto se inscribía en el programa Letras Capitales, del CAL.
                Fue Josela Maturana la encargada de comentar el libro, lo que hizo con rigor y brillantez, analizando su estructura y pasando revista a los temas abordados por el autor. Dividido en tres partes, la primera, Epígrafes, constituye una reflexión sobre la naturaleza y el sentido de la poesía, así como su conexión y relación con la vida, cuyos misterios esenciales comparecen en la segunda Merodeos, un título que, según luego aclaró Faílde, está inspirado en Séneca, quien confesaba su costumbre de merodear por la obra de los filósofos, a fin de contrastar sus conocimientos. La tercera, Enigmas, alude a la experiencia interior del poeta, como trasunto de su propia generación.
                Domingo F. Faílde leyó a continuación diez poemas del libro, que comentó brevemente y, terminado el acto, firmó ejemplares.

Redacción.-

14 de abril de 2013

Dolors Alberola presentó "Meteoritos" en Madrid, publicado por Vitruvio


En la introducción a la primera edición de Astrolabio, un libro inolvidable de Antonio Colinas, el autor se refiere a la poesía como testimonio entre las piedras, por cuanto ellas encierran las respuestas a las grandes preguntas del hombre. Quien conozca la obra de Dolors Alberola, habrá observado sin duda que, a partir de El ojo y el tiempo, publicado por Vitruvio en 2007, la presencia de la piedra, que ya aparece en Cementerio de nadas, su primer libro, crece y se multiplica, tanto en sus inéditos como otras entregas posteriores, caso del espléndido Del lugar de las piedras (2009) y Meteoritos. No es casualidad que el resumen antológico de su obra anterior a 2006 se titule precisamente De piedra y sombra.
                Con estos precedentes, no sería arriesgado afirmar que la piedra es para la autora una especie de talismán y si, por una parte, nos proporciona documentación y conocimiento, por otra es portadora de cualidades mágicas, que la convierten en médium entre uno y otro lado de esa línea  que separa o, en este caso, une el hoy y el ayer. La piedra, por tanto, simboliza la unidad del tiempo y el espacio, una de las constantes, sin duda la más significativa, de su obra poética. Se ha dicho con razón que la escritura de Dolors Alberola intenta prescindir del espacio y el tiempo como marcos o coordenadas de la experiencia, partiendo del supuesto de que todos los sucesos  acontecen en sincronía. Algo similar sucedería con el espacio.
                La piedra es más longeva que el hombre y siempre nos rodea, nos acompaña, es parte de esta química del carbono en la que nos movemos. No podemos dejar de lado lo que es nuestro. Igual que no podríamos borrar ese deseo de perduración que llevamos inscrito en nuestros genes, aunque cada vez más el desarrollo de la historia se empeñe en restarle credibilidad. La luz está ahí, la energía está ahí y no desaparece, también en la piedra está inscrito el hombre, en esa redondez de lo planetario.
Meteoritos es esto: un libro construido con imágenes que, a modo de flash, van dejando piedras en todos los poemas. Una lluvia de piedras que mueva la conciencia, a ser posible, dice la autora, a quien siempre ha interesado la anulación de tiempo y espacio en su obra, pero también la fusión de la tecnología, la matemática, las ciencias, las demás artes en la poesía. ‘Meteoritos’ es un balancearse en la belleza. La piedra y la palabra son acaso la clave de nuestros sueños de inmortalidad.
Como llovidas del cielo, certificando que la materia es la misma en todos los rincones del Universo, las piedras toman tierra, dejando tras sí una estela de luz.  Pero también de sombra, desde luego, pues Dolors Alberola no es órfica; es decir, no celebra la claridad de un mundo que se presume perfecto, sino el extraño resplandor que se desprende del choque o enfrentamiento entre los contrarios, sin por ello dejar que la sombra se adueñe del mundo y mucho menos de su palabra, esa palabra que está inoculándonos sus mundos para disimular un poco el hachazo de la muerte. De ahí que, con frecuencia, los contrarios comparezcan emparejados y, a pesar de su podredumbre, de vez en cuando el mundo se inventa entre sus signos una rosa.
Huyendo de caminos transitados, la autora, en este libro, ha apostado por el poema en prosa, que poco o nada tiene que ver con la prosa poética: no olvidemos que, mientras la prosa ordena enunciados, el poema ordena sintagmas, independientemente de su disposición en el espacio textual, algo que ya demostrara magistralmente Juan Ramón Jiménez. Comparten, eso sí, la poesía, que no es poco precisamente. Pero además sucede que el verso es como un río, cuyo cauce contienen los diques de la métrica. A veces, sin embargo, el caudal y la corriente son de tal magnitud que el río se desborda y los versos se salen de sus moldes, invadiendo el territorio de la prosa. El poema de verso corto –dice Dolors Alberola- está tan visto como la propia caligrafía, llegando -para mí- a parecer obsoleto. Acercar el poema al edificio de la prosa es obra de ingeniería más actual; hemos de arquitectar las cosas como requiera el tiempo, sobre todo si ese tiempo nos es inherente y nos empuja a tales edificios.
Domingo F. Faílde fue el encargado de glosar el libro, en el acto oficial de presentación, celebrado el día 12 en los salones del Café Comercial, de Madrid, en el que también intervino el editor, Pablo Méndez. Dolors Alberola leyó seguidamente poemas de Meteoritos, para acabar firmando ejemplares del mismo.

Redacción.-

10 de abril de 2013

Lectura poética en El Guitarrón


                Con esta fotografía, robada impunemente a Sergio Álvarez –a despecho de Sinde, Wert y otros especimenes de su calaña-, queremos dejar constancia de la lectura poética celebrada en El Guitarrón de San Pedro, en pleno corazón de Jerez, el pasado lunes, día 8.
                La lectura fue rica, intensa y diversa. En ella intervinieron los poetas que aparecen en la imagen: María Rodríguez, Álvaro Caputto, Domingo F. Faílde, Julio Rivera Cross, Dolors Alberola, Mariano Rivera Cross, Carmen Sáiz Neupaver, Luciano Rodríguez, Fernando Sabido (llegado a tal efecto desde Madrid) y Carlos Guerrero (que se desplazó desde Sabinillas, en la Costa del Sol). Hubo también ausencias, justificadas, eso sí, caso de Maribel Tejero y Miguel A. Lebrero: la salud tiene siempre la última palabra.
                Un acto muy hermoso, que contó con la asistencia de numeroso público, ajeno a la tertulia que se viene desarrollando en El Guitarrón. Algunos acudieron nada más y nada menos que desde México.

Redacción.-

7 de abril de 2013

Domingo F. Faílde presentó "La mala letra" en Sevilla. El acto tuvo lugar en La Carbonería


                En el coloquio que siguió a la presentación de La mala letra, una joven lectora, que empieza ya a ensayar su paso a la escritura, preguntó a Domingo F. Faílde cómo había surgido este libro. El autor respondió que haciéndose preguntas sobre el sentido de todo cuanto le rodea, incluyendo la propia poesía y, desde luego, la imposibilidad de encontrarles una respuesta. Luego, a instancias de Lola Crespo, maestra de ceremonias imprescindible y brillante presentadora, explicó, una vez más, su concepto de poesía en fase terminal. Es la expresión de un estado de rebeldía –dijo, entre otras cosas-, la del reo de muerte que, sabiéndolo todo perdido, se siente más libre que nunca y se manifiesta con total libertad, sin prejuicios de ninguna clase, sin temores, sin intereses que cultivar ni defender.
                Así resumía el espíritu de La mala letra, cuyos pormenores y entresijos acababa de glosar Lola Crespo, que condujo con mágica autoridad una velada espléndida, propiciando un encuentro tête-à-tête entre el autor y un público compuesto mayoritariamente por poetas, cuya intervención dispensó a Domingo F. Faílde de efectuar la consabida lectura de poemas y, a cambio, le mostró cuáles eran los preferidos de cuantos previamente se habían acercado a su obra: Elena y Carmen, Ana Isabel Alvea, Carmen Herrera, Jesús Cárdenas, Lorenzo Ortega, Francisco Basallote, Lola Almeyda y la propia Dolors Alberola fueron los prestatarios de la voz, que hicieron sonar los versos de Faílde, quien, antes de cerrar el acto con la lectura de dos poemas del libro, agradeció el gesto y, citando al Machado de Juan de Mairena y a Rafael Alberti, recordó a los presentes que un poeta no logra la verdadera consagración hasta que los lectores  se apropian de sus versos. Lo ocurrido esta tarde –dijo- me engrandece, pese a no merecerlo.
                La lectura de los poemas, algunos intermedios y el broche final contó con la aportación musical del pianista y compositor David Postigo, cuya actuación constituyó un auténtico lujo estético.
                El acto se celebró en La Carbonería, uno de los más grandes santuarios literarios de Sevilla. Tardará mucho tiempo en olvidarse.

Redacción.-

6 de abril de 2013

"El eco de las plazas": Mariano Rivera presentó su último libro de poesía


                En La guarida del ángel, Mariano Rivera presentó anoche El eco de las plazas, un libro de poesía recientemente publicado por Huerga & Fierro. El autor estuvo arropado por el público y los poetas Fernando Sabido y Domingo F. Faílde, que glosaron la obra presentada.
                Fernando Sabido, que intervino en primer lugar, efectuó un análisis riguroso del contexto del libro, la visión, unas veces doliente y otras esperanzada, de un mundo dominado por el gran capital, insensible al sufrimiento humano y pendiente tan sólo de acaparar riqueza, a costa de sumir en la pobreza a la gran mayoría, sin que el clamor de los desheredados parezca importar a nadie. El poeta, naturalmente, no puede ignorar esta realidad, que acaba impregnando sus versos e implicando al autor en una lucha que tan sólo persigue la supervivencia de todos.
                En cualquier caso, Mariano Rivera no es, al uso, un poeta social. En esto coincidieron los dos presentadores y Domingo F. Faílde lo definió como un poeta de la conciencia. Su palabra –dijo- no está al servicio de ninguna idea pero sube el volumen  y añade decibelios a esa especie de egrégor o pensamiento colectivo que, impulsado por la agresión del capitalismo más salvaje que ha padecido la humanidad, ha venido aflorando desde, al menos, la década de los noventa, para estallar en esas primaveras –o supuestas primaveras-que han arrojado a calles y plazas a la multitud descontenta, en demanda de democracia, trabajo, justicia y dignidad.
                Y, en efecto,  Mariano Rivera se ha hecho eco de la voz de estas plazas, prestando su discurso a la denuncia de los males que nos aquejan, reflexionando sobre la raíz y evolución de los mismos y, sobre todo, sumándose a esta marea de hombres y mujeres conscientes de su realidad, de nuestra realidad.
                Se equivoca, no obstante, quien piense que El eco de las plazas vendría a ser un panfleto más o menos al uso. Todo lo contrario. Hace ya muchas décadas, en los albores de aquella que se denominó transición, el gran dramaturgo Alfonso Sastre – recordó Faílde-escribió que, actualmente, escribir al más alto nivel político implicaba escribir al más alto nivel estético. Y es eso justamente lo que hace Mariano Rivera, empeñado en las aventura de crear un lenguaje poético adecuado a las nuevas realidades y capaz de nombrar las situaciones, emociones y aspiraciones de un mundo globalizado que, entre sombras amenazantes, está acaso alumbrando una nueva civilización. Sus poemas, discursivos o narrativos, rehúyen, hasta donde es posible, el enunciado plano de los hechos, esa especie de registro informativo que ha desvirtuado en ocasiones la naturaleza de la poesía, para reivindicar y rescatar la potencia extrañadora del idioma y, como dijo Jorge Riechmann, proponer una percepción superadora de la tensión o conflicto entre la claridad performativa materialista y la deconstrucción lingüística.
                Cerró el acto el propio Mariano Rivera, que dio lectura a una amplia selección de poemas del libro. Fue una lectura intensa y emotiva, rubricada por el aplauso del público, que interrumpió al autor varias veces.

Redacción.-

5 de abril de 2013

Mariano Rivera presentó "El acoso de la difunta" en el Ateneo de Cádiz


Anoche se presentó en el Ateneo de Cádiz El asedio de la difunta, novela de Mariano Rivera Cross, publicada por El Boletín, editorial gaditana que está realizando una excelente labor. En el acto intervinieron, además del novelista, Julio Rivera Cross y Domingo F. Faílde.
Los dos presentadores hacían doblete, pues ya aportaron sus respectivos puntos de vista en la presentación oficial del libro, celebrada en El Puerto de Santa María el pasado 23 de noviembre. Ahora, como entonces, incidieron en destacar la trayectoria del autor como novelista histórico, que cuenta en su haber con dos excelentes obras de este género. La parrilla invertida y Sofonisba Anguissola, una pintora italiana en la corte de Felipe II. Rivera, sin embargo, se despega del género con El acoso de la difunta, que constituye una incursión en el género negro, rehuyendo al mismo tiempo todos los tópicos que lo configuran. Es una novela gris plata, afirma Rivera, como el mar de Cádiz, ciudad en la que está ambientada.
Sin embargo, no hay crímenes ni, desde luego, policías para investigar los indicios que la difunta esposa del protagonista ha dejado por todas partes para obligar a su viudo a escribir una novela sobre su vida y, desde luego, sobre las estrategias diseñadas para obligarlo a ello, lo cual la convierte en protagonista de la misma, omnipresente a pesar de su ausencia.
Obra un tanto disparatada y divertida, El acoso de la difunta encierra importantes sorpresas, que van desde la sátira sobre el género negro a la reflexión metaliteraria, sin olvidar el análisis sociológico o el análisis y denuncia de los numerosos problemas que aquejan a la sociedad contemporánea. Todo ello como ingredientes de un discurso narrativo riguroso, brillante, ágil y ameno.

Redacción.-

4 de abril de 2013

Dolors Alberola presentó en Cádiz su libro "Dasein"


                Ayer, en Cádiz, Dolors Alberola celebró un encuentro poético en la Biblioteca Pública Provincial, al que siguió, en el salón de actos de la misma, la presentación de su libro Dasein. Ambas actividades estaban enmarcadas en el programa Letras Capitales, que viene desarrollando el Centro Andaluz de las Letras.
                La presentación de Dasein resultó como se esperaba: brillante. Josela Maturana realizó una magnífica disección del libro, señalando el camino que media entre la metafísica como conocimiento del ser  y la experiencia de este mismo ser como protagonista de la vida, en el tiempo y en el espacio; un camino que, en el caso de este libro, posee una naturaleza muy peculiar: es poesía, que Dolors Alberola conduce sabiamente a través de sus propias obsesiones y los hechos que fueron generándolas, hasta elaborar un discurso bellísimo en torno a los mismos. La figura del padre, el territorio de la infancia, el descubrimiento temprano de la muerte, la presencia amenazante y continua de ésta, el amor y otros temas son el pistoletazo de salida de una serie de reflexiones, intensamente líricas, cuyo común denominador es la existencia .
                Y Dolors Alberola escogió diez o doce poemas, que leyó como en tiempos pasados las piadosas escuelas aconsejaban orar: bien pronunciado, creído y obrado, que decía el tristemente célebre catecismo del P. Ripalda. Es decir, con firmeza y convicción, que la poeta y su presentadora  contagiaron a un auditorio que, en realidad, ya estaba convencido y siguió la lectura con devoción, en un silencio sobrecogedor.
                Un acto, en fin, hermoso, que tuvo el colofón acostumbrado de la firma de algunos ejemplares. Y, cómo no, el vaso de bon vino, imprescindible en casos como éste, desde que hace ocho siglos así lo demandase Gonzalo de Berceo.

Redacción.-