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CONVOCATORIAS

CONVOCATORIAS

Martes 5 de noviembre
19,00 h.
Ateneo de Jerez
Encuentro literario hispano-marroquí. Lectura poética.
Poetas marroquíes:
Hassan Najmi, Mourad El Kadiri, Boudouik Benamar, Azrahai Aziz, Khalid Raissouni, Ahmed Lemsyeh, Jamal Ammache y Mohamed Arch.
Poetas gaditanos:
Josefa Parra, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Mercedes Escolano, Blanca Flores y Yolanda Aldón.
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23 de abril de 2013

Domingo F. Faílde y "La mala letra", en Valencia


La presentación de La mala letra en Valencia alcanzó un notable éxito literario, que si no fue mayor no hay más remedio que atribuirlo a la deficiente publicidad del evento y al mediocre nivel de asistencia registrado el pasado día 19 en la pequeña sala de Bibliocafé.
                El acto, desde luego, hubiese merecido mucha más proyección. El poeta valenciano Pere Bessó, a cuyo cargo corrió el comentario crítico del libro, pronunció una soberbia lección magistral, analizando, una a una, las claves de la obra y la difícil relación existente entre la forma y el contenido: cincuenta y siete minutos de altísima teoría literaria, aplicada a La mala letra, sin concesión alguna al auditorio. Una genialidad.
                Según Pere Bessó, la hermenéutica del título nos sugiere una idea de malditismo, que coloca al autor en la heterodoxia: Fray Luis de león, Quevedo, Unamuno, Machado, Cernuda, Octavio Paz, Vallejo… afloran en los poemas más ácidos, ya mediante alusión o intertextualidad, apoyando al autor en su denostación de un mundo que no le gusta. La ironía e incluso el sarcasmo asoman sus colmillos con frecuencia y planea la sátira, como una sombra oculta en el lirismo de estos poemas, cuyo tono varía en cada una de las partes del libro. Así, en Epígrafes, la primera, predomina el expresionismo, mientras en Merodeos el tono es más salmódico, frente al descriptivismo que predomina en Enigmas, aun cuando el último poema de esta parte, que cierra también la obra, regresa a la salmodia.
                Con estos hilos teje Domingo F. Faílde su discurso sobre el fracaso de la vida humana y, en consecuencia, sobre la literatura como opción de fracaso, hiriendo las entrañas del posible lector, en un alegato contra la indiferencia, que es mal de nuestros días.
                Dictum verbum irrevocabile volat, dijo Virgilio, y así debió de entenderlo el autor de La mala letra. Domingo F. Faílde fue breve, conciso y certero en una lectura que cerró Rosa Iglesias, prestando voz y acento al ya aludido Lluvias.  Después, hubo preguntas y respuestas, firma de algún que otro ejemplar y, en los confines más gozosos de Valencia, aquel vaso de bon vino cantado por Berceo: el placer como broche áureo de una espléndida velada.

Redacción.-