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CONVOCATORIAS

CONVOCATORIAS

Martes 5 de noviembre
19,00 h.
Ateneo de Jerez
Encuentro literario hispano-marroquí. Lectura poética.
Poetas marroquíes:
Hassan Najmi, Mourad El Kadiri, Boudouik Benamar, Azrahai Aziz, Khalid Raissouni, Ahmed Lemsyeh, Jamal Ammache y Mohamed Arch.
Poetas gaditanos:
Josefa Parra, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Mercedes Escolano, Blanca Flores y Yolanda Aldón.
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25 de noviembre de 2013

Lectura poética de Manuel Saborido en Puerto Real


                Manuel Saborido comenzó su lectura efectuando un breve periplo por su obra. El poeta, que se definió como un domador de utopías, recordó a García Lorca, expuso su visión de la realidad y criticó la injusticia, para conectar con sus Confesiones desde el laberinto, Voces de arena y el más reciente La luz que me ocupa: soy un poeta de sentimientos a lo palpable, dijo, un bohemio contrario a toda complacencia, que se mueve con comodidad por los misterios del verso libre y la retórica clásica, sin menoscabo de una dicción moderna, que tampoco desdeña la metáfora ni la incursión a lo surreal.
                Y procuró el autor que los poemas seleccionados implicasen también un recorrido por el universo de su infancia, que cerró con un homenaje a su madre. Llegó entonces el turno de los poemas inéditos, algunos de los cuales con vocación y previsión de libro, constituyen un canto a la naturaleza, cuya defensa, más que contemplación, asume la voz lírica, o al amor, siempre apasionado, hasta desembocar en el erotismo, un tema que Manuel Saborido aborda con ingenio y, desde luego, efectividad.
                El acto, celebrado el jueves día 21, en la librería El Aprendiz, de Puerto Real, fue brillante. Supo el poeta conectar con el auditorio y, casi en clave íntima, su voz, la poética, la personal, impregnó la atmósfera de la sala de una rara calidez. Sedujo y convenció. Es el prodigio de la poesía.

Redacción.-

12 de noviembre de 2013

Carlos Guerrero presentó su "Bosque de eucaliptos" en Madrid


                Carlos Guerrero, dijo Dolors Alberola en sus palabras de presentación, es un poeta de crecimiento rápido. Ayer puso la piedra primigenia –añadió, en referencia a sus primeros libros- y ya tenemos hecha toda la arquitectura. La coherencia y el rigor constructivo son nota distintiva de este autor, que, el pasado viernes, día 8, presentara en Madrid su más reciente obra. Bosque de eucaliptos salió oficialmente a la luz en el salón del Café Comercial, uno de los testigos con más solera de la actividad literaria de la capital del Estado.
                Pablo Méndez, poeta y editor, que abrió el acto, dijo que éste era el libro mejor y más profundo de Carlos Guerrero, un aserto que luego confirmó Dolors Alberola, al desplegar las claves del nuevo título: El poeta nos lleva a un espacio simbólico, una hermosa metáfora, que encubre en realidad una enorme añoranza; y, si antes nos condujo al mundo de su infancia, en un tríptico que bien pudiera calificarse de generacional, ahora nos transporta a ese marco esencial, en el que la memoria y la utopía se entrelazan, gracias a la magia del lenguaje y a su capacidad de conectar universos, crear atmósferas y nombrar lo inefable.
                Emplazado irremediablemente en la naturaleza, el hombre se perfila como una criatura indefensa ante las fuerzas que, de consuno, alimentan a toda gran poesía: el amor, por ejemplo, el dolor o la muerte; y, no obstante, este desvalimiento no le impide ejercer una acción destructiva contra el medio en que vive, mientras contradictoriamente purifica y perfuma su atmósfera. Nos hallamos, por tanto, ante una concepción dual de la existencia: nada es bueno ni malo en términos absolutos y, si el dolor del mundo nos alcanza, en él también reside el amor que nos salva, la palabra que nos redime y la luz que nos recuerda continuamente que estamos emplazados a la belleza, a la verdad y al bien.
                Pero, si el bosque de eucaliptos es un espacio simbólico, el tiempo adquiere dimensiones cósmicas y se erige en imagen visionaria para nombrar la historia y, dentro de ella, la vida. A este respecto, el propio autor declara: No creo en el futuro. Sólo en una sucesión continuada de presentes que, de improviso, pasan a ser pasado. Qué sería de nosotros sin la memoria, podemos preguntarnos. Ella pone los verbos en presente y aplaza la muerte o nos libera de su maldición, estableciendo puentes entre lo inevitable y ese anhelo de trascendencia que, más allá de lo efímero y tangible, Cernuda llamaba deseo y éste, recordando al genial Tennessee Williams, es un raro tranvía con parada en las estaciones de la mentira, aunque el fin de trayecto no sea otro que la verdad.
                Y Alberola cerró su intervención valorando la forma y el estilo del libro: En primera persona, la voz lírica asume dimensiones de especie y, desoyendo el canto de sirena del autobiografismo, conforma un personaje colectivo que, en palabras del autor, estaría formado por más de un personaje real, todos convergentes en la idea, pero nunca en el mismo momento de una existencia individual. Hondura, claridad, sencillez, cuidado de la forma y armonía completan el retablo de valores de Bosque de eucaliptos, en cuya estética hay bastantes enseñanzas de aquel profesor apócrifo, Juan de Mairena, por cuya boca hablaba Antonio Machado.
                Luego, Carlos Guerrero recorrió la estructura de su obra y se detuvo en cada uno de sus pilares, leyendo los poemas más significativos del libro; un libro en el que todo es matemática y enigma, hermosura y pincel, narración visionaria y, al tiempo, bosque puro que se deja palpar, oler, mirar, de modo que el acento, la coma, la sucesión fragante de figuras, la frase entrecortada y aún la estrofa toman forma y sacuden sus esporas, sus semillas, sus frutos por el aire y nos sacian de luz, había dicho Dolors Alberola. Razón no le faltaba y, verso a verso, el poeta lo revalidó.

Redacción.-

10 de noviembre de 2013

Encuentro de poetas hispano-marroquí


                El encuentro de poetas hispano-marroquí, organizado por el Centro Andaluz de las Letras y otras instituciones culturales de uno y otro lado del Estrecho, llegó el  pasado martes a Jerez, a dos velocidades –eso parece, al menos-, siguiendo la tendencia dominante en la Unión Europea y en Cádiz, cómo no. El Callejón del Gato sabe lo que se dice y aquí deja la piedra, sin esconder la mano.
                Pero, aparte suspicacias, noticias sobre enjuagues –ajenos al evento- y presuntas conspiraciones –que son sal de la vida literaria-, importa que se mueva la palabra, como la tierra de Galilei, que fluya la poesía y que, sin veleidades competitivas, gane siempre el equipo de lo bello, juegue en campo contrario o en el propio.
                Cuando se alza la voz de los poetas, las murallas se desmoronan. Las de Jerez cayeron gracias a los autores que, traducidos por Khalid  Raissouni o encriptados en nuestro castellano, no fueran a entenderse más allá del local auditorio, iluminaron la tarde:  Hassan Najmi, Mourad El Kadiri, Boudouik Benamar, Azrahai Aziz, Khalid Raissouni, Ahmed Lemsyeh, Jamal Ammache y Mohamed Arch, por el lado marroquí; Josefa Parra, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Paloma Fernández Gomá, Patricio González, Blanca Flores y Yolanda Aldón, por el andaluz. Hubo algunas ausencias. Ellas sabrán por qué.
Redacción.-

29 de octubre de 2013

Dolors Alberola: lectura poética en El Gastor


                Los caminos inextricables de la poesía condujeron a Dolors Alberola a El Gastor, pequeña y pintoresca localidad de la sierra gaditana, allí donde limita la provincia con su vecina Málaga, vía Ronda.
                En medio de un paisaje espectacularmente hermoso, la diligencia abrió su portezuela y bajaron los versos, rumbo a la biblioteca municipal.
                Dije bien: diligencia y no porque corriese con deseable ímpetu ni pretendiese puntualidad, sino por el zigzagueante recorrido, entre urbano e interurbano, de aquí para allá, de uno a otro pueblo, invirtiendo, retraso incluido, dos horas y media en cubrir la distancia que separa El Gastor de Jerez. Todo un récord tercermundista para la empresa concesionaria.
                Y estalló la poesía, que aseguran es mágica. Lo fue, naturalmente, y en qué grado, pues consiguió llenar el auditorio, a despecho de algún eurovegas comunitario, un tea party vecinal y otros eventos para pasar las horas, no se sabe si haciendo caminos o soñando la mar.
                El resto de la historia no es difícil imaginarlo: la palabra poética de Dolors Alberola cumplió su cometido y sedujo. Tras derretir el hielo de la tarde, prematuramente sombría, el ritmo de sus versos se apoderó del aire y hasta chispas saltaron al leer los poemas que, como dijo Josela Maturana, no defraudan jamás. Cernuda y Federico recibieron de nuevo el homenaje de la poeta, que supo contenerse para imprimir vigor a sus temas característicos.
                Luego, la tarde se fue diluyendo y la palabra, cuentan, habitó a nuestro lado.

Redacción.-

27 de octubre de 2013

Sit terra tibi levis: murió Manuel Urbano


El pasado viernes, día 24, cuando el sol del otoño se escondía en los cerros que rodean Jaén, el cáncer se llevó a Manuel Urbano. Murió con la misma humilde grandeza con que había vivido, levantando casi en silencio una obra inmensa y cultivando tantos géneros y temas que, a sus setenta y tres, puede ser considerado, si no acaso por edad, sí por inspiración e intensidad, decano de la poesía jiennense y, desde luego, el gran polígrafo de la provincia de Jaén, cuya historia, leyenda, costumbres, tradiciones, folklore y vicisitudes estudió con rigor y difundió por el ámbito del idioma, contribuyendo a que aquel viejo hondón, preterido e ignorado, sea en la actualidad, tal vez no el paraíso interior que pregona la industria turística, pero sí una provincia conocida, no sólo por sus latifundios olivareros, sus caciques irreductibles y la pobreza de sus habitantes, sino también y sobre todo por su cultura, sus poetas y, en definitiva, su gente.
Y los poetas, sin lugar a dudas, tenemos una deuda de gratitud con él, por su imparcial labor de publicista, por su preocupación por la voz y la palabra con denominación de origen.
Excelente conversador, amante de deleites gastronómicos y acérrimo vitalista, sus pasiones –literatura aparte- fueron la vida y, en consecuencia, la libertad.
Tuvo muchos amigos, que hoy deploramos su pérdida. Nos queda su obra y el recuerdo imborrable de su luminosa humanidad.

Domingo F. Faílde.-

Carmen Sáiz Neupaver presentó su libro "Estado de conjeturas"

 
Hablar de la poesía de Carmen Sáiz es observar el aire y visualizar una bandada de metáforas que siempre van a dar al acierto más rotundo. Ella mira, aprehende el significado más hondo de las cosas, lo purifica aún y lo engalana con sobria desmedida, pues la belleza al fin no se puede metrar ni aún encasillar, es un hondo remedo de eternidad alcanzable y, como tal sin medición posible.
                Con estas palabras, abría Dolors Alberola el acto de presentación de Estado de conjeturas, de Carmen Sáiz Neupaver, celebrado en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Puerto Real. En opinión de su presentadora, el libro es resultado del talento envidiable de la autora, que siempre es capaz de sorprender e innovar. la palabra poética tiene que conmover al lector, no le puede dejar indiferente, ha de tocarle, en fin, las fibras de la conciencia, arrancarlo de la molicie y echarlo a volar. Ése es el hechizo de los que nunca mueren de frío, según la propia poeta, que, en el primer poema de este libro, con decir sigiloso y tan suyo, identifica la palabra creadora –el célebre Hágase! de la Biblia- con el primer poema. El mundo nace, pues, con la poesía, es la propia poesía, en una especie de panteísmo cósmico, que trasluce desde el principio la visión de Carmen Sáiz y la línea esencial de su poética.
                He aquí su conjetura, sus conjeturas, que se van esparciendo por todo el libro. Fiel a esta idea la poeta despliega su mirada, quiere romper la cáscara que envuelve la realidad y entrar en el recinto sagrado de las cosas. Podría haberlo hecho desde una posición de certeza. También desde la duda, tan socorrida en la literatura. Pero ella ha preferido el indicio, tributario de la experiencia, que tiene la ventaja de descubrir lo oculto y, por este camino, alcanzar el misterio que subyace en toda materia.
                En este apasionante marco conceptual, va fluyendo la vida y, poco a poco, vamos descubriendo cómo ésta se convierte en palabra y cómo la palabra se hace vida, alumbrando la esencia de todo lo nombrado, que es simultáneamente lo creado. Cuando abrimos el libro, surge el mundo y no tardamos en percibir su luminosa globalidad a través de pequeños indicios del vivir cotidiano: allí el amor y el desamor, allí la pulsión erótica del deseo, allí la búsqueda del conocimiento, el ramalazo de la sabiduría, el milagro de la inspiración, las trampas del silencio, la pasión y sus dédalos, el dolor que nos clava la injusticia, el filo tenebroso de la mentira, la soledad, el fracaso y, cómo no, la muerte, sin que falten salidas de emergencia en momentos de máximo voltaje y uno se dé de bruces con la infancia, pongamos por caso, que es la reminiscencia de un paraíso perdido y un indicio de todos esos sueños que acaban casi siempre por romperse.
                Y Carmen Sáiz Neupaver, que estuvo en estado de alta gracia poética durante el devenir de la muy brillante velada, leyó y comentó una cuidada selección de poemas del libro. Ella suele elegir y anotar sus poemas, en un gesto encomiable de rigor y solvencia intelectual, aun cuando inyecta ingenio a la inevitable improvisación y entrañable amenidad al diálogo con sus presuntos lectores. Con su palabra hermosa, la precisión constructiva de sus versos e indudable dominio del idioma, protagonizó un memorable evento literario. Como dijo Dolors Alberola, Carmen Sáiz Neupaver está gozosamente condenada a contar en el número de las grandes.

Redacción.-

6 de octubre de 2013

"Juego de imanes": Dolors Alberola gana el premio Ramón de Campoamor


                En los imanes, como en la vida, como en la forma esférica que se atribuye al mundo, siempre hay dos polos. Todo indica, por tanto, que el ser es dual. Nos hallamos ante una de las leyes fundamentales de la dialéctica: la oposición de los contrarios, que, quizá, como dijo Antonio Machado, sean, en el fondo, complementarios. Realidad y utopía, bien y mal, día y noche, saber e ignorancia, luz y sombra, placer y dolor, amor y odio, vida y muerte… ilustran este aserto, que certifica el movimiento de lo existente y también su destino.
                Esta metáfora, magnética y atractiva, conforma los poemas de Juego de imanes, el libro con que Dolors Alberola acaba de ganar el premio de poesía Ramón de Campoamor, en la tierra natal del poeta. A través de las tres partes en que se estructura, Alberola realiza una profunda reflexión sobre la dualidad del hombre, en la que mezcla experiencia y conocimiento, en versos de gran densidad, lenguaje sencillo y tono confidencial.
                En la primera parte, titulada Astrolabio, la autora mira al mundo, constatando aquella polaridad que se erige en motor de la obra. La naturaleza asoma a sus versos a manera de marco imprescindible, nimbada sin embargo por una sombra casi imperceptible, que acecha el devenir de las criaturas. A su esplendor opone la ceniza, auténtica anagnórisis de la historia de la humanidad.
 A contracarne, la segunda, nos conduce a la esfera de la emotividad, de los sueños, del amor y el deseo como tabla de salvación: una isla, en medio de lo oscuro, donde fuera posible escapar  de la muete.
Por último, Insistencia en la noche, con su juego de luces y sombras, nos conduce al gran drama de la existencia y un destino que acaso tenga también su contradicción. Somos hijos de la noche, afirma la poeta, que, en una intensa y bien escalada enumeración,  busca a duras penas la luz en la palabra,/ la única, el venero, la hacedora de mundos tan distintos,/ la precursora, el todo, la verdad, el alimento ebrio del poema.

Redacción.-

20 de septiembre de 2013

Mariano Rivera: "El eco de las plazas", en Ronda


                El Palacio de Congresos, junto al Tajo de Ronda, es uno de los mejores equipamientos culturales con que cuenta aquella ciudad y en dicho espacio hay una pequeña y acogedora sala, marco idóneo de encuentros literarios, lecturas poéticas y presentaciones de libros, unos actos que nunca fueron, son ni serán de masas, por más que cuenten con un público adicto, que los siguen con devoción. Esa sala, prácticamente llena, albergó ayer por la tarde la presentación de El eco de las plazas, de Mariano Rivera Cross, que allí recalaba, tras haberlo dado a conocer en Madrid, El Escorial, Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María, Cádiz y otras localidades, donde el libro sorprendió por la originalidad del tratamiento formal, por la oportunidad del tema abordado y, desde luego, por la sinceridad y valentía del autor, que denuncia, en clave lírica, pero con tono épico, la criminal injusticia de un sistema, que no halla en su agonía otra salida que provocar la miseria, el hambre y la muerte de millones de seres humanos.
                Su protesta, su clamor, llena las plazas del mundo y no sólo la célebre Sintagma, de Atenas, o la madrileña Puerta del Sol, sino otras más próximas y entrañables. Lo de menos es el lugar, lo importante es el eco de concentraciones y algaradas, que esparce por los cuatro puntos cardinales la voz de hombres y pueblos con hambre y sed de justicia, abocados a un destino miserable y cruel. Pero como no sólo de pan vive el hombre, el poeta, lejos de ceñirse a la reivindicación de lo material, señala también a aquellas coordenadas donde hacen aguas los valores morales, que siempre tienen algo que ver con las demás carencias.
                Mariano Rivera, poeta veterano  y catedrático emérito de literatura, no da palos de ciego en esta entrega. Rechaza el dogmatismo, las consignas gastadas y huye del panfleto, que suele degradar la expresión poética, para zambullirse en aguas, no menos procelosas, pero más transparentes. No es un poeta social, advierte siempre, y soslaya la poética periclitada de los años cincuenta, consecuencia de otras circunstancias y expresión de otra época, optando en cualquier caso por la denominada poesía de la conciencia, más acorde con la actual realidad y, desde luego, con su propio talante: tengo el corazón a la izquierda, pero mi voz es libre como yo, acostumbra a decir.
                Presentó y presidió el evento la delegada local de cultura, Sra. Zarzavilla (PA), que realizó su papel con encomiable sobriedad, no obstante algún fallo de protocolo –el autor debía haber sido emplazado a su diestra-, que estimamos involuntario. Luego, la poeta rondeña Antonia Toscano efectuó una breve introducción al libro presentado, cuyas claves esenciales reveló al auditorio con claridad expresiva y rigor técnico. Por su parte, el autor también estuvo breve y usó en sus comentarios un tono ameno y didáctico, que cautivó a sus oyentes. Finalizado el acto, lo vimos firmar ejemplares.
                Siguiendo una moda, que parece imponerse, la música haría acto de presencia, a cargo de un joven pianista,  José Sánchez  Corrales, quién a sus dieciséis años, se mueve entre las teclas con admirable soltura.

Redacción.-

16 de septiembre de 2013

Maribel Tejero: lectura poética, con "Deshacer la memoria" al fondo y un poema inédito


La Sala Paul, de Jerez, se llenó de literatura esta tarde. La protagonista, Maribel Tejero, logró reunir a un buen número de poetas, artistas, lectores y amigos en torno a su libro Deshacer la memoria, con el que ha recorrido ciudades y auditorios, desde el propio Jerez a Segovia o Valladolid, pasando por Cádiz y El Puerto de Santa María, que han podido apreciar la cordialidad y el vigor emotivo de sus versos, llenos de tensión lírica y escritos en lenguaje sencillo, a veces coloquial y siempre culto. Únicamente la banalidad está ausente de ellos, pues la autora ha tejido un discurso de hondura, jalonado por reflexiones sobre la vida, la muerte, la tierra, el paisaje, etc., tutelados por la naturaleza, una naturaleza que también se hace oír y sentir.
                Y la memoria, claro está, en unos poemas que brotan del dolor de su pérdida, en la persona de la madre de la propia poeta, lo cual le da pie a componer una primera parte de tono elegíaco, en la que el sufrimiento de la enfermedad  alterna con pensamientos sobre la memoria como elemento vertebrador de la existencia humana.
                El enfermo de Alzheimer, diría Domingo F. Faílde en sus palabras de introducción, no sólo pierde su memoria, sino que priva a las personas de su entorno de recuerdos que le atañen. Este principio parece inspirar los poemas terrenales de Tejero. En su afán de recuperar los  recuerdos perdidos, vuelve los ojos al mundo feliz y rural de su infancia, en una bella glosa, no exenta tampoco de tintes elegíacos, al deplorar la destrucción del medio en nombre de un progreso que, muchas veces,  enmascara ambiciones inconfesables, injusticias y daños irreparables.
La autora, que ha cedido los derechos de autor de este libro a la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer, leyó magistralmente sus poemas, entre ellos un inédito, y firmó numerosos ejemplares. Estuvo arropada en varios intermedios por los músicos de la Orquesta Joven de Jerez A. Beigbeder, que tuvieron una actuación sobresaliente.

Redacción.-

7 de agosto de 2013

"Bosque de eucaliptos", nuevo libro de Carlos Guerrero. Será presentado en otoño


Digan lo que digan los adoradores de la primavera, que son muchos y están en su derecho, el otoño es la época más adecuada para sacar un libro a la luz pública; y allí donde se caen, ya marchitas, las hojas de los árboles, aparecen en todo su esplendor las de los libros, esos objetos cada vez más raros, que infunden su frescor a la tibieza de un mundo tristemente recalentado por incidentes y accidentes de toda laya. Pues ya dijo Cernuda que un poema un buen poema –se entiende- puede ser frío o caliente, pero tibio jamás.
                Nadie, en efecto, podrá acusar de tibieza a Carlos Guerrero. Atrincherado en la línea Maginot de su propia memoria, extrae de su propia interioridad ese légamo imprescindible que deja la experiencia, para reconstruir, desde la pasión, un universo utópico, no como era, sino tal como debiera haber sido, circunstancia que enlaza con el presente y se proyecta hacia las nebulosas, tal vez imposibles del porvenir. Es la peculiar concepción del realismo de un autor que proviene de la generación del 70 o tal vez de su retaguardia, no porque su poética se muestre rezagada, sino por el salto que ha tenido que dar, en busca del tiempo perdido, la voz insobornable, la palabra cargada de sentido y, desde luego, la estética, tan cercana a la ética, que él delinea con independencia, tratando de plantar una leve semilla de belleza allí donde la historia ha puesto un lodazal. El lenguaje, sin duda, es su mejor herramienta y por eso lo cuida, lo mima, hasta hacerle sonar el acompañamiento de sus propios significados.
                El bosque de eucaliptos, que así se titula su nueva entrega poética, saldrá a la luz de las librerías el próximo mes de octubre, publicado por Vitruvio. En palabras de su editor, es el mejor libro de Carlos Guerrero y, en cualquier caso, el más ambicioso. Constituye una hermosa metáfora que implica además una visión del mundo, gozosa en ocasiones y, a veces desolada, a imagen y semejanza de un árbol que limpia el aire pero esquilma el suelo. Los matices, merece la pena descubrirlos.
                Como anticipo veraniego de lo que está llamado a ser una lectura gozosa, El callejón del gato ha entrevistado al poeta. Y suya es la palabra.

Redacción.-

Para leer la entrevista, pulse aquí.

27 de julio de 2013

Mariano Rivera Cross ("El eco de las plazas") y Carlos Hugo Mamonde ("Mi caso no es el de Franz Kafka") presentaron su obra reciente en San Lorenzo del Escorial


El reto lanzado por el escritor, poeta y dramaturgo Mariano Rivera Cross, respaldado por la Concejalía de Cultura del Excelentísimo Ayuntamiento de la Real Villa de San Lorenzo de El Escorial, tuvo en la tarde-noche del pasado día 23 una excelente acogida en el Salón de Actos de la Casa de Cultura de aquella hermosa localidad.
Presentar en un mismo acto un libro de poesía y a continuación un libro de relatos-cuento, no es frecuente, por no decir se trata de un acontecimiento casi insólito en nuestra geografía literaria. Reto totalmente alcanzado porque no sólo acudieron al acto un número de personas que casi llenaron el amplio recinto, sino que fueron tantos los aplausos entre lecturas de poemas y breves cuentos, así como en la larga despedida a ambos escritores por lo que no dio lugar a la duda de que había sido todo un éxito.
Y es que los dos autores que se unieron para llevar a cabo dicho reto, Mariano Rivera Cross como poeta, y Carlos Hugo Mamonde como narrador de cuentos, ambos de reconocida y contrastada calidad en el mundo literario de habla hispana, presentaron sendos libros de gran altura. En el libro de relatos Mi caso no es el de Franz Kafka, el argentino Carlos Hugo Mamonde mostró todo un alarde de prospecciones psicólogicas al adentrarse en la conciencia enfermiza del personaje principal del relato, abandonado a la soledad, un torturador del régimen dictatorial del General Videla; y en el poemario El Eco de las Plazas, Mariano Rivera Cross, con gran vehemencia en la lectura, interrumpido por el entusiasmo participativo del público asistente al acto, leyó una serie de poemas en los cuales refleja la conciencia de la ciudadanía mundial, en general,  y española en particular, ante los atropellos que están sufriendo por la injusticia de una crisis provocada por los intereses de los poderosos, amparados por gran parte de los políticos de la mayoría de los países que componen el globo terráqueo.
          Mención también merece la Concejalía de Cultura de San Lorenzo de El Escorial, que con su apuesta, junto a tantas otras que lleva a cabo durante el año y en especial durante el verano, se está convirtiendo, o mejor dicho se ha convertido ya, en unos de los reductos culturales más importantes y prósperos de nuestra geografía.

Redacción.-

8 de julio de 2013

Vitruvio: un festival de poesía


En el Café Comercial, de Madrid, tuvo lugar el pasado viernes un festival poético que, como en años anteriores, cierra las actividades de Ediciones Vitruvio, antes del paréntesis veraniego, pues como ya se sabe no es el estío la época más propicia para sacar a la luz nuevos libros. Ya llegará el otoño y, en todo caso, la tarde estuvo llena de poesía y, en líneas generales, puede decirse que todos los asistentes la disfrutaron.
Cierto es que un poema por autor apenas permite paladearlo, pero sirve, como pequeña grímpola, para identificarlo y puede afirmarse sin incurrir en exageración que las voces sonaron con nitidez, poniendo la rúbrica de los poetas participantes.
Esta breve reseña pretende únicamente dar fe del evento, que ya cuenta con magníficos comentarios. Destacaremos el publicado por Nieves González en La poesía que viene, titulado Morir de poesía: http://poesiaqueviene.blogspot.com.es/2013/07/morir-de-poesia-festival-de-vitruvio.html  A él les remitimos.

Redacción.-

5 de julio de 2013

Lectura poética en la Plaza del Arenal


No es la primera vez que la poesía abandona sus espacios habituales y recupera el que acaso podría considerarse el suyo natural: la calle. Como en los viejos tiempos de Homero o los no tanto de los juglares, existe una tendencia saludable a airear la palabra y acercarla a la gente, sin que importe demasiado el número ni el hecho de que, al pasar, se detenga o mire simplemente y siga su camino con un eco cantarín zigzagueando por los tímpanos y un misterioso aroma brincando en el corazón. Y si además los versos son un aldabonazo a la conciencia, tanto mejor, que no es poca la falta que hace en un mundo cada vez más inhumanizado –sí, inhumanizado, han leído bien-, violento, encanallado, ayuno de valores y saturado de todo lo contrario. La poesía, por supuesto, no es la solución, pero marca un camino o, al menos, ilumina la senda durante esta larga noche de piedra, que diría el injustamente olvidado Celso Emilio Ferreiro.
Y esto es lo que hicieron, dentro del ciclo Poesía en la Plaza, Paco Camas, Antonio Apresa, Francisco López Aguilar y Dolors Alberola, que encendieron las ascuas del crepúsculo vespertino, el pasado miércoles, con una lluvia de poemas, que refrescaron el caluroso ambiente y demostraron que la poesía forma parte de la naturaleza humana: poesía necesaria, como el pan de cada día, escribió Gabriel Celaya.
Cerró el acto la música audaz, transgresora y bellísima de Duende Celta, con sus letras mordaces e inteligentes y sus músicas llenas de ensoñación y magia.

Redacción.-

20 de junio de 2013

Lectura poética en Sanlúcar la Mayor


                En Sanlúcar la Mayor, tuvo lugar el sábado pasado, día 15, una velada poética, que acercó a los enclaves más representativos de aquella localidad sevillana voces, estilos, autores y, en definitiva, todo el caudal de luz de que es portadora la palabra poética, compendio de todos los enigmas y resumen del largo camino recorrido por la humanidad para resolverlos. Belleza, en fin, que, como dijo Platón, reproduce un concepto ideal, un modelo, sin duda utópico, que todos llevamos grabado en nuestro interior y que, por tanto, es irrenunciable. Por eso, citando a Bécquer, mientras haya un abismo que al cálculo resista,/ habrá poesía.
                La hubo, desde luego, aquella tarde, en el mágico entorno de un patio denominado Ciudad del Sol. Allí, cuando el astro emprendió su declive y las primeras sombras refrescaron el tórrido ambiente, sonó la música de David Postigo, que acogió los poemas de los autores intervinientes, de distintas generaciones o tendencias y bien definida personalidad: Domingo F. Faílde, María Dolores Almeyda, Dolors Alberola, Irene Gil, Anabel Caride, Lorenzo Ortega, Ángela Franco y Lola Crespo, que actuó también de maestro de ceremonias, con la palabra siempre a flor de labio y el aroma de la poesía envolviéndola como un aura.
                El acto se enmarcaba en la I Jornada de Arte al Aire Libre, que logró movilizar, de una u otra manera, a toda la ciudadanía.

Redacción.-

27 de mayo de 2013

Josela Maturana gana el III Premio de Poesía de CVA Ediciones. "La luz guardada" será publicado en breve


                Acaba de fallarse en Granada el premio de poesía que, ya en su tercera convocatoria, patrocina y organiza la editorial Compañía de Versos, que dirige el poeta y escritor Víctor Alija. En esta ocasión, el premio ha recaído en Josela Maturana –una de las grandes voces de la poesía andaluza actual-, con el libro titulado La luz guardada, que, según el propio editor y presidente del jurado, verá la luz en breve.
                Al hablar de este libro, la autora manifestó que se trata de una colección de poemas sobre la mirada, pues tratan de retratar la realidad a través de esa cámara subjetiva que es la mirada de cada uno, a modo de fotografías hechas con las palabras, en las que es evidente la influencia del cine. El significado de la poesía dentro del propio poema, el naufragio histórico y social que estamos viviendo, el mundo que habitamos algún día, lo vivo inerte, los paisajes urbanos en contraposición al referente natural que todos llevamos dentro, la función del poeta en la existencia, el amor, la amistad, la pérdida y la virtualidad de los nuevos soportes son temas abordados en La luz guardada, a modo de retablo, crudo a veces y hermoso siempre, de nuestro tiempo.
 
Redacción.-

22 de mayo de 2013

Dentro del ciclo 'Poemartes'. Víctor Alija y Dolors Alberola presentan "El mánager de la lluvia" en Mairena del Aljarafe


                Víctor Alija y Dolors Alberola presentaron El mánager de la lluvia en Mairena del Aljarafe. El acto se inscribía en el ciclo Poemartes, que dirige y coordina la poeta Dolores Almeyda. Ella –una auténtica sacerdotisa de la palabra- y Carmen Herrera presentaron a los autores, que hablaron, leyeron, se manifestaron…, ofreciendo a los numerosos asistentes una intensa y profunda velada.
                El libro, al que algunos definen impropiamente como social, debe ser incluido sin embargo en otra tendencia , más amplia y actual, la poesía de la conciencia, pues no en vano procede de ella, es decir, de la toma de conciencia de sus autores ante la realidad de un mundo que ha globalizado la injusticia y pretende globalizar la miseria, y tiene como objeto concienciar a sus lectores y suscitar un debate al respecto en la sociedad. En este sentido, la poesía quiere ser una herramienta o artefacto estético, capaz de promover aquellos valores en que ha de sustentarse la utopía de un mundo diferente, más libre, más justo y más humano.
                Es significativo que el discurso de El mánager de la lluvia haya unido, en este caso, a dos poetas de distintas generaciones, Dolors Alberola, de la de los ochenta, y Víctor Alija,de la más reciente hornada, quienes han fundido sus voces y ocultado su propia personalidad, pretendiendo que el protagonismo del libro recaiga directamente sobre los textos, sin que importe la mano que escribiera cada uno ni distraer al lector con cuestiones colaterales. Esta inmolación del autor pretende constituirse en metáfora de una sociedad solidaria, en la que el interés general prevalezca sobre cualesquiera particularismos. El mánager de la lluvia, publicado por CVA- posee, en cierto modo, un carácter experimental, que restituye el deleite de la creación literaria desde la punta de lanza de una nueva vanguardia, por fuerza innovadora.
 
Redacción.-

17 de mayo de 2013

Dolors Alberola presentó "Máquina" en Jerez


                La ciencia, la técnica, fueron siempre vanguardia y consecuencia de los sueños del hombre, así como la causa de su grandeza y de sus miserias, de sus desdichas y su bienestar. El sueño es la expresión de lo inmaterial y la técnica de lo material, en lo que al fin y al cabo todo el ser converge. Somos, pues, mecanismos, abocados a crear mecanismos, sin que ni siquiera la propia poesía escape a esta condición, pues no en vano, dice Dolors Alberola, todo lo inmaterial converge en la materia.
                Y no es que la poeta intente una metáfora del estado actual de una civilización tan mostrenca como la nuestra, lo cual sería aceptable, en cualquier caso, sino una dolorosa profundización en la propia naturaleza del hombre, el homo faber, el fabricante de cosas, el creador de artilugios, que, pretendiendo dominar el mundo, ha quedado atrapado en la tela de araña de su propio dispositivo, con un resultado feroz: mientras las máquinas más se asemejan al hombre e incluso llegan a suplantarlo, el ser humano, víctima de las alienaciones que él mismo ha generado, se va deshumanizando y, en consecuencia, semejándose a sus aparatos.
                Éstos van ocupando los poemas del libro, desde la palanca al motor, adueñándose del discurso hasta convertirse en la Razón inanimada del mismo, que es el título de la segunda parte. Serenamente, sin incursiones en el patetismo, con sutil ironía y siempre bordeando el territorio de la belleza, las metáforas de la autora nos conducen a la visión de un mundo mecanizado, robotizado, del que, no obstante, se puede salir y, en este sentido, la palabra poética adquiere dimensión de exorcismo para expulsar de nuestro porvenir los fantasmas oscuros, los mecanismos siniestros, que amenazan con aniquilarnos. Es preciso que el hombre abjure del materialismo que lo esclaviza y recupere así su independencia respecto a los objetos, es decir, el espacio de su libertad. Manual de construcción, tal vez sugiere el proceso de recuperación, que implica, desde luego, un retorno a la contemplación y, por tanto, a la reflexión, una vuelta a la estética, pero también a la metafísica, aun cuando la presencia de la muerte y las incógnitas que conlleva tiñan de pesimismo el camino iniciado. Pero la vida es así, un perfecto maridaje de luces y sombras y no es posible ni acaso legítimo que el ser humano aborrezca su condición.
                Máquina es, en la aparente fluidez de su espléndida arquitectura, un libro complejo, rico en matices y virtuoso en la utilización de los recursos técnicos, que irrumpen en él con la misma fuerza con que, llegado el caso, desaparecen, para ceder su plaza a una más libre expresión y un surrealismo que alcanza brillantes cotas.
                El libro -ganador del premio César Simón- fue presentado anoche en Jerez de la Frontera, en una de las veladas literarias más intensas y hermosas de los últimos meses. El acto, celebrado en la Fundación Caballero Bonald, reunió en torno a Alberola  tres voces de excepción: la poeta Josefa Parra, que presentó el evento, la directora del Aula de Poesía de la Universidad de Valencia y poeta también Begonya Pozo, que habló de la trayectoria de la autora y contextualizó su obra, y otra poeta, Josela Maturana, cuya exposición, tal nos tiene acostumbrados, fue sencillamente magistral: sabia y brillante, con verbo fácil y hermosamente bruñido, con cuya herramienta se zambulló en las honduras de Máquina, siempre acertada y lúcida. En suma, una noche de voces femeninas y palabras mayores.
                Por su parte, Dolors Alberola estuvo todo el tiempo en estado de gracia. Leyó con aplomo y comentó con ingenio, ofreciendo una amplísima selección de poemas. Para que nada faltase, el coloquio le deparó un enigma de esfinge, que ella resolvió con inteligencia y profundidad. Eh, que yo no quiero ser presidente, dijo al público que la ovacionó.

Redacción.-

6 de mayo de 2013

Los 'árboles huérfanos' de Lola Crespo y Aure Gallego


                 Hay en el consistorio sevillano una pequeña sala que, emplazada a pie de calle, llaman El Apeadero. Al parecer, esta pequeña joya, que mezcla en asombroso maridaje el gótico tardío y el plateresco, debe su nombre nada literario a la función que desempeñara en siglos pasados, cuando los próceres entraban con sus monturas, se apeaban allí mismo y accedían directamente a las dependencias municipales. Un lujo aristocrático.
                Y un lujo aristocrático fue la presentación –en ese mismo espacio, gozosamente convertido en salón de actos- del libro titulado Árboles huérfanos, cuya autoría comparten el acuarelista Aure Gallego y la poeta Lola Crespo, con prólogo de Dolors Alberola.
                Se trata de una hermosa colección de diecinueve acuarelas, más la de la portada, perfectamente reproducidas, que tienen como común denominador el árbol, su soledad en la naturaleza  y su individuación estética, que es quizás el espacio donde mejor se mueve la creatividad del artista, capaz de extraer al tema los más sorprendentes matices, usando los colores o la ausencia de éstos como herramienta mágica para hacer aflorar a sus criaturas. Y éstas, como si aprovecharan el soplo vital de su autor, adquieren vida propia, separándose del paisaje –y, desde luego, del paisajismo- para desplegar ante el espectador todas las posibilidades pictóricas que el talento de Aure Gallego concentra en su propia técnica y expresa en un lenguaje cuajado de poesía.
                La de Lola Crespo, a lo largo de sus poemas, estructurados en tres partes que, en realidad, los convierte en estrofas de otros tantos cánticos, desentraña el enigma que su compañero de libro dejara planteado en la muda elocuencia de sus árboles plásticos. Ella penetra en su interior, los acaricia y mima, entablando con todos y cada uno la silente conversación que todo buen poeta identifica como el idioma de la revelación. Como cabía esperar, ésta le lleva a territorios totalizadores que, poco a poco, van despejando incógnitas para presentar al lector una ecuación de vida, con todos sus matices también, sus dudas, su belleza, sus anhelos de inmortalidad: El hombre sin contexto/ se hizo árbol/ y decidió dejar sus hojas/ en la orilla del mundo.            
                Nos hallamos, como escribe Dolors Alberola al inicio del prólogo, ante un puñado de bellísimas páginas que palpitan como pulsos ardiendo, colores, más colores. Pero no son de aquí, el color cuando crece adentro de los ojos no es un color humano, es un dios que se quiso palabra. Dicho queda.
                El volumen, presentado en el marco de la feria del libro de Sevilla, ha sido primorosamente publicado por la editorial cordobesa Depapel.
                Léase.

Redacción.-

Las esquinas de los días: lectura poética en la feria del libro de Sevilla


                La feria del libro, que en las últimas décadas ha sido con frecuencia un evento polémico, es ahora sin duda más necesaria que nunca. Se ve, se nota, se siente e incluso se presiente. Tanto si el público afluye y confluye, como si, en el caso contrario, reserva su alegría su alegría lectora para tiempos mejores, ya que éstos, más que malos, son perros de solemnidad.
                La de Jerez pasó con más pena que gloria y cabía esperarlo de una ciudad que roza, si no excede, el cuarenta y cinco por ciento de desempleo. En semejante situación, justo es reconocer que el horno no está para bollos.
                En Sevilla, tal vez suceda algo parecido, pero no se notó, al menos el pasado fin de semana, con un lleno discreto en los expositores, con espléndidas propuestas de lectura, y hasta la bandera en la carpa donde, entre presentaciones, espectáculos y recitales, tuvo lugar el sábado, ya frisando la hora de cierre, el que, bajo la denominación genérica  de Las esquinas de los días, reunió a poetas de varias generaciones, cuyos versos saltaron al espacio de Plaza Nueva y tomaron la noche incipiente con sus jinetes casi apocalípticos: innovación, intensidad, belleza y emoción, con contrapunto de excelente música, a cargo de David Postigo, y danza, que aportó Elisa Dpdm.
                De los versos leídos, queden entre las piedras los ecos y la voz de sus autores: Lola Crespo, Aure Gallego, Mª. Dolores Almeyda, Enrique García, Sonia Garrido, Irene M. Gil, Anabel Caride, Lorenzo Ortega, Ana Isabel Alvea, Domingo F. Faílde y Dolors Alberola…
                Et dictum verbum irrevocabile volat. Eso dijo Virgilio desde su portentosa inmortalidad.

Redacción.-

2 de mayo de 2013

Víctor Alija y Dolors Alberola presentaron "El mánager de la lluvia"


En la sala de actos de la librería Nueva Gala, en Granada, tuvo lugar el viernes, día 30, la presentación de El mánager de la lluvia, de Víctor Alija y Dolors Alberola.
                En palabras de Manuel Francisco Reina, autor del prólogo y presentador del libro, publicado por CVA, se trata de una obra coral, escrita a dos manos y dos voces en este caso, que se aúnan en un gesto solidario para denunciar ante la sociedad los graves males que se avecinan y la necesidad de unificar esfuerzos y voluntades para evitarlos.
                No se trata, sin embargo, de resucitar la vieja poesía social y, si Dolors Alberola, corrigiendo al ya mítico Celaya, redefinió la poesía como un arma cargada de presente, y Víctor Alija subrayó la intención compartida de despertar la conciencia ciudadana, Manuel Francisco Reina destacaría lo que marca distancias entre aquella periclitada corriente y El mánager de la lluvia: el afán de los autores por preservar el lenguaje poético y crear belleza, incluso de lo más sórdido. A este respecto, ambos coincidieron en la necesidad de transformar el mensaje siniestro y manipulador del sistema en verdadera poesía, pues hacerlo supone habilitar una valiosa herramienta para un cambio consciente, que ha de empezar por cada uno.
                Y, para demostrarlo, se alternaron en la lectura de los poemas, haciéndolo de una manera aleatoria, sin revelar en ningún momento la autoría de los textos, que se erigen así en los únicos y verdaderos protagonistas del libro, componiendo una metáfora viva y hermosa de la unidad fraternal que debe presidir la oposición a toda injusticia.
                Hubo coloquio, naturalmente, y el libro gustó. También al alimón, los autores firmaron ejemplares. En el bar de la esquina, fútbol, el fútbol suyo de cada día: un ídolo a abatir.

Redacción.-

 
Quienes desee ampliar información podrán acceder a la entrevista realizada a los autores con motivo de la salida del libro, pulsando aquí.

27 de abril de 2013

Dolors Alberola: "Dasein", en la Feria del Libro de Jerez


                Dolors Alberola presentó Dasein en la Feria del Libro de Jerez. Unos pocos stands y una pequeña carpa con capacidad para medio centenar de personas, demasiadas acaso en un evento que, al menos en España, la España gris de hoy, difícilmente puede competir con el fútbol. No era el caso, a las seis de la tarde del sábado 27. Y, afuera, bulerías, el palmoteo desconsiderado de un pequeño grupo de visitantes, que, al parecer, carecen de hábitos cívicos.
                Éste es el ser-aquí-y-ahora de que hablara Heidegger, el río de Heráclito que, tras las últimas lluvias, pasa crecido por el cauce, demasiado frágil y estrecho, de nuestra existencia.
                Para contarla, para cantarla, para celebrarla y también  para denostarla, se alzó la voz de la poeta. Dolors Alberola, presentada por Cristóbal Serna y Domingo F. Faílde, contó, a través de su propia experiencia, la de todos los hombres y mujeres de su tiempo, de todos los tiempos, bajo un común denominador: somos seres para la muerte y por ello nos apasiona la vida, buscamos la belleza y nos arrojamos en brazos del amor a explorar los misterios de un mundo que intenta revelársenos en la ciencia, en la filosofía y, cómo no, en la poesía.
                Ella llenó la tarde, entre nublada, calurosa y húmeda, de este sábado triste y, por fuerza de la ruda realidad, sediento de esperanza. El acto fue breve y sobrio. No faltó nadie ni nadie sobró. Y la palabra abrió de par en par sus puertas.

Domingo F. Faílde presentó la "Obra dispersa e inédita" de Javier Egea


                En el palacio ducal de Medina Sidonia, en Sanlúcar de Barrameda y organizada por el Centro Andaluz de las Letras, tuvo lugar anoche la presentación del segundo volumen de las Obras completas de Javier Egea. El libro contiene la obra dispersa e inédita del autor, editada por Bartleby Editores.
                Tras las palabras de introducción, a cargo de Lilianne Dahlmann, anfitriona del evento, fue Domingo F. Faílde quien llevó a cabo la presentación de la obra. Su discurso fue extenso y ofreció a los oyentes cuantiosos datos sobre el poeta y su obra.
                Faílde, que conoció a Javier Egea en la Granada poética de 1968, pasó revista a su trayectoria, destacando dos hechos: su condición de epónimo de la corriente denominada otra sentimentalidad, coherente con su proyecto de crear una poesía netamente materialista, y su resolución de no unirse a la poesía de la experiencia, cuando ésta, vaciando el discurso de la primera, acabó reemplazándola, una actitud valiente, comprometida y ética, que le condujo a la marginalidad y, sin duda, al suicidio. Este rescate –dijo, citando a Felipe Alcaraz- salva al autor de una segunda muerte.
                El acto se cerró con una breve, aunque bien escogida, lectura de poemas, que comenzó con la famosa Poética del autor para continuar con sus Coplas a Carmen Romero y finalizar con varios sonetos de amor de distintas etapas.

Redacción.-

24 de abril de 2013

Dolors Alberola presenta "Dasein" en la Fundación Rafael Alberti


                …Yo siempre he sostenido que Dolors Alberola no es una poeta esencialmente órfica, por cuanto su universo y la atmósfera que ella le ha creado resultan del emparejamiento de los contrarios, de manera que no hay luz sin sombra ni sombra sin luz, sin que esto implique nunca claroscuro, pues no gusta de términos medios y, como dijo Cernuda, un poema puede ser cálido o frío, pero tibio jamás. Nadie espere, por tanto, tibieza en Dasein ni frío ni calor, sino ese big-bang que, nunca mejor dicho, llaman los físicos singularidad. Y en ella se concentra la poesía que Dolors Alberola nos obsequia esta noche.
                Así concluyó Domingo F. Faílde sus palabras de presentación. Antes se había referido al pensamiento existencialista y establecido su relación con el libro que Dolors Alberola presentó anoche en el salón de actos de la Fundación Rafael Alberti, en El Puerto de Santa María.
                La aportación del pensamiento existencialista –había dicho- consiste en asumir nuestra incapacidad para trascender y, en definitiva, la imposibilidad de conocer los misterios más intrincados que constituyeron durante siglos el objeto de la filosofía. Así, los filósofos se plantean la existencia como problema, llegando a la conclusión de que la esencia del hombre es su existencia. Por este trayecto –añadió- llegamos al concepto de Dasein, formulado por Heidegger, para quien la esencia del hombre ya no es la existencia más menos abstracta, sino el momento, vivir aquí y ahora. he aquí el telón de fondo de este libro.
                Luego pasó Faílde revista a la poética de Dolors Alberola, situando sus rasgos fundamentales en la propia arquitectura de Dasein, un libro al que la crítica, aun siendo cicatera- empieza a valorar como el mejor de los suyos.
                Y, como el movimiento se demuestra andando, la autora, una vez más, desplegó los mejores argumentos del oficio, pues nada habla del mismo con mayor elocuencia que los poemas, breves los que eligió, que, en palabras de su presentador, componen una especie de antifonario en el que la celebración y su antítesis establecen un diálogo silencioso en torno a uno de los pilares del existencialismo: el hombre es un ser para la muerte. Solamente nos salva la palabra poética, como puente entre el misterio y la necesidad de desentrañarlo –eso piensa Alberola- para acceder a la luz.
                Con este acto, se clausuraron los que han vendido desarrollándose con motivo del Día del Libro en El Puerto de Santa María.

Redacción.-