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CONVOCATORIAS

CONVOCATORIAS

Martes 5 de noviembre
19,00 h.
Ateneo de Jerez
Encuentro literario hispano-marroquí. Lectura poética.
Poetas marroquíes:
Hassan Najmi, Mourad El Kadiri, Boudouik Benamar, Azrahai Aziz, Khalid Raissouni, Ahmed Lemsyeh, Jamal Ammache y Mohamed Arch.
Poetas gaditanos:
Josefa Parra, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Mercedes Escolano, Blanca Flores y Yolanda Aldón.
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28 de agosto de 2010

Espacio Atlántico: pintura y poesía con el mar al fondo


Anoche, en el Casino Bahía de Cádiz, en El Puerto de Santa María, tuvo lugar un acto que, bajo la común denominación de Espacio Atlántico, unió la pintura de Joaquín Moreno con los poemas de Domingo F. Faílde, Mariano Rivera y Dolors Alberola.   
Joaquín Moreno, pintor nacido en Andújar (Jaén) y residente, desde hace muchos años, en El Puerto, inauguró de este modo una hermosa exposición de temas marinos, en los que la mirada del artista se superpone a la propia realidad, generando paisajes singulares, pequeños espacios donde la luz, el agua, la arena o la brisa meciendo los arbustos, se dejan desnudar por los pinceles hasta transustanciarse en poesía.      
Tal vez resida aquí la originalidad de Moreno, quien, con una asombrosa economía de recursos pictóricos, descompone el color, obtiene los matices necesarios y, como un acto de sorprendente prestidigitación, despliega sobre el lienzo una visión, la suya, de la naturaleza, en la que el movimiento parece detenerse, apresado en su propia levedad.    
De la atmósfera a la palabra –que tanto da-, el mar llenó el recinto portuense, y, del lienzo al papel, sus olas invadieron las galerías, refrescando el ambiente caluroso, que envolviera a las más de setenta y cinco personas asistentes.     
Domingo F. Faílde leyó los diez poemas de un cuaderno que, tras muchas pasadas por la piedra de pulir, acabó titulándose El corazón del mar, una aproximación a la magia y misterio marinos, apuntando a la esencia del elemento líquido.      
Por su parte, Dolors Alberola buscó en su vasta producción varios poemas significativos, en los que la presencia del mar va erigiendo metáforas de vida, amor y muerte, a veces conectando, en sabias piruetas culturalistas, con otras artes y, en particular, la pintura.       
Finalmente, Mariano Rivera Cross, recién llegado de El Escorial, se zambulló en las playas de su infancia y disparó su exquisita nostalgia hacia las cumbres de la belleza, para cerrar su intervención con un par de sonetos de espléndida factura.      
Alto, sin duda, el nivel literario y artístico de una velada, patrocinada por el Casino Bahía de Cádiz y el incansable Manuel Rueda, promotor de no pocos eventos en la zona, y organizada por Francisco Carrasco. Entre los asistentes, algunos poetas: Rafael E. Poullet, Carmen Sáiz Neupaver, José Antonio Navalón…, compañeros en la palabra y en la degustación de un ágape sabrosísimo que, en semejantes acontecimientos, nunca puede faltar.     
           
Redacción.-

27 de agosto de 2010

Versos noctámbulos: Julia Bellido y Chencho Ríos. La palabra creadora en el calor de la noche


Dolors Alberola definió a Julia Bellido como una poeta que ama el clasicismo, aunque su escritura tenga un viento totalmente actual y su metáfora nos siga sorprendiendo con su dosis de enamorada imaginación. Hace incursiones en los mitos y también ha buceado en la hagiografía. Comenzó más joven aún a publicar libros, al tiempo que las conchas de la mar le contaban la historia de Ulises, empujándola a dejarse de otras historias y dedicarse al fin a la poesía, donde se mueve como la más ágil de las bañistas.     
A ella correspondió abrir el fuego en una noche extraña, calurosa en extremo y, en cierto modo, mágica. El calor es un manto para la magia negra y si no abrió el infierno sus cloacas fue porque la poesía se instaló en el espacio, desnuda en su verdad, y la voz de los poetas, tan frágil, se impuso poco a poco, ganándole batallas a ese ruido que la miseria y el incivismo han consagrado como telón de fondo del a veces terrible oficio de vivir.     
Allí estaba, no obstante, el amor, que fue manifestándose con diferentes rostros, clavando su cuchillo en las entrañas mismas de la luz. Y adiviné en ella a una mujer soñadora, tierna, afectuosa, como es en realidad, pero inteligente y amante fiel de la palabra, con la que siempre ha mantenido un fabuloso 'affaire', había dicho Dolors Alberola, que, luego, al referirse a Chencho Ríos, nos trasladó a un París intemporal, aquel lugar común de la bohemia, donde la personalidad del autor se refleja en las aguas del Sena o, mejor todavía, en el espejo de la literatura: A Chencho, lo conocí en París, es decir, en una librería de lance de nuestra capital cercana. Siempre que yo llegaba a mirar en el estante de poesía, se escuchaba su voz, como en el mejor Pigalle, propagando los textos que creía pudieran ser de mi interés. Allí, junto a su imagen, podía encontrar también la de la Tour Eiffel o la bellísima vegetación de los Campos Elíseos. Todo era posible en la literatura, hasta sus pinceladas, metáfora de una existencia luminosa y febril que va dejando cauces en las páginas que, hábilmente, nos regala.  
La noche fue brillante y, sobre todo, intensa. Fueron muchos los poetas y escritores que asistieron al acto y numeroso el público. La poesía se impuso a la canícula.  
          
Redacción.-

22 de agosto de 2010

El III Ciclo de Verano de Tresantié celebró su segunda jornada


El 19 de agosto, a las 21.00 h., tuvo lugar en la terraza principal del Hotel Pinomar, magnífica sede del III Ciclo de Vernano de Tresantié, la segunda de las jornadas de este ciclo con una tertulia literaria en la que estaba previsto participaran todos los autores que han presentado este año sus obras con la asociación Razzia Artis.    
Pese a que el acto registró una asistencia considerable de público, sólo uno de los escritores convocados, Mariano Rivera, estuvo presente, según noticias llegadas a esta redacción. En tales circunstancias, el coordinador del evento, Francisco Carrasco, tuvo que emplearse a fondo y otro tanto Mariano Rivera, que respondió ampliamente a las preguntas formuladas por el propio Carrasco y parte del público, que giraron, por regla general, en torno a curiosidades (cuándo empieza su afición por la escritura, si antes de comenzar a escribir un libro, piensa y trabaja el autor en la estructura del mismo, si es necesario documentarse a fondo para escribirlo o si os personajes de las novelas están relacionados de manera directa con el autor de las mismas) o asuntos más novedosos, como la importancia del libro digital en los tiempos que se avecinan.   
Y Mariano Rivera, cómo no, habló a fondo sobre El software de la inmortalidad, deteniéndose especialmente en la actual situación del hombre ante la filosofía científica del Transhumanismo, tan contradictoria por lo que puede tener para un futuro no lejano de salvadora y exterminadora. Las restantes preguntas abordaron aspectos relativos a la novelística del escritor, que expuso las consideraciones que estima necesarias para que la ficción cale en los corazones, en las mentes y en los espíritus de los lectores, por desgracia pertenecientes a una inmensa minoría, dado que hoy en día las editoriales las prefieren sofisticadamente mediocres.     
El acto transcurrió con una gran brillantez.  
         
Redacción.-

20 de agosto de 2010

Versos noctámbulos. Amaya Blanco, Carlos Guerrero y María García sembraron sus poemas en la noche


Fueron tres los poetas que ayer se acercaron a esa tertulia viva de los versos noctámbulos, que viene celebrándose los jueves en el bar La Carmela de Jerez . Tres poetas. Tres voces. Tres latidos. Tres formas diferentes de entender la poesía y alzar el edificio del poema. Tres soledades. Tres diferencias. Tres proyectos en busca de una obra, como todo poeta que se precie. Tres maneras de ser y de estar.      
La poesía arrastra en su corriente muchas maneras de aproximarse a la realidad y, allí donde ésta parece darnos la espalda, irrumpe la memoria y la aborda de frente, cara a cara, cambiando el escenario de la vida y elevando al altar de las verdades la imagen difusa de un espacio y un tiempo, que alumbra la ficción. O mucho me equivoco o se puede afirmar que Carlos Guerrero es un poeta de la memoria. Sabe que tiene la vida detrás y, puesto a desandar el camino, contradice a Machado y transita de nuevo la senda que nunca se ha de volver a pisar, emplazándola ante sí, esto es, reviviéndola.     
Por eso, su poesía, en buena parte, constituye un viaje al que alguien denominó paraíso de la infancia. O de la adolescencia. O de la juventud. Pero, como se sabe, es la conciencia de pérdida lo que convierte a un lugar o una época en ese espacio mítico donde, según el Génesis, Dios colocó a Adán y Eva, identificado por el cristianismo con el lugar en que los bienaventurados gozan de la presencia de Dios. Éste es el territorio de Las horas descontadas -un libro que en septiembre saldrá a la luz pública-, pero no nos llamemos a engaño, pues como en el Edén del relato bíblico la serpiente se enrosca en cada árbol y el poeta, diestro en tales ardides, morderá las manzanas que se le ofrece y les inoculará su propio veneno. Así, detrás de la anécdota, servida a grandes rasgos, que destacan iconos generacionales, se agazapa el retrato moral de un país, de unos años y la generación que les tocó habitarlos, componiendo un discurso polivalente: los juegos infantiles, las meriendas con pan y chocolate, el descubrimiento de la sexualidad, etc., etc., nos descubren los naipes de la educación sentimental del yo-lírico y crean una atmósfera a cuyo abrigo muestran sus estambres los temas obligados de toda gran poesía.      
Carlos Guerrero, tanto por edad cronológica como por afinidades estéticas, debe ser ubicado en la Generación del 70, que otros llaman del 68 o del Mayo Francés. Un marbete, no más; cuestión de calendario. No es el caso, naturalmente, de Amaya Blanco, quien, apenas rebasados los 30 años, carece todavía de adscripción, lo cual quiere decir que tiene todo el tiempo por delante y que, en su caso, volver hacia el pasado la mirada sería un ejercicio de mera arqueología. Ella es punta de lanza, ariete de la belleza, anticipación de una gloria que aún ha de escribirse en esos surcos donde, a cada cosecha, germina renovada la poesía.      
Licenciada en Traducción e Interpretación de inglés y árabe por la Universidad de Granada, cursó estudios de árabe en las de Damasco y El Cairo. Trabaja en la Diputación de Cádiz, en un programa de cooperación al desarrollo con el norte de Marruecos. Ha obtenido varios galardones poéticos, entre ellos el premio de poesía El Ermitaño de El Puerto de Santa María (Cádiz), ciudad donde reside, con su primer libro Letras de tierra, que ha sido publicado en aquella conocida colección portuense. También ganó el primer certamen de poesía en andaluz, Rey Almutamid de Sevilla y, sobre todo, el Searus, con un precioso libro titulado Materia viva. Ha colaborado en revistas como Extramuros, Alhucema, Piedra del Molino, etc., etc.    
Su poesía –al menos, en un tramo importante- se inspira en el concepto iniciático del viaje. Y si en Letras de tierra la experiencia del suyo por el mundo árabe nos conduce a los grandes misterios de la existencia, éstos, al pasar por los tamices del corazón y, desde luego, de la cultura, se le transforman en Materia viva, siempre en medio de imágenes sorprendentes y un lenguaje sencillo que, haciendo honor a aquella experiencia, fluye sereno y firme, con la audacia precisa y la elegancia justa, que son características de esta autora.      
María García Romero viene de Zaragoza. No refleja la edad en su currículum acaso por vivir ajena al tiempo –o, mejor, para hurtarse a los mil ejercicios de entomología con que la crítica literaria disecciona a los poetas- o acaso porque, sencillamente, las diosas no tienen edad.      
Esta condición suya no le impidió nacer en Villamartín, en las primeras estribaciones de la serranía gaditana. De allí, con apenas diez años, se traslada con su familia a Zaragoza, donde reside actualmente. La Diputación de Zaragoza la dio a la luz en Alijos Poéticos. Ha colaborado en varios libros colectivos, en la radio y en diversas revistas.     
Exhibe su poesía un intenso lirismo, sin duda consecuencia de que en ella su diario ejercicio es, mucho más que un hábito, fenómeno esencial, tan necesario como la propia respiración. Como asidero del yo, bucea en los sentimientos y en la propia experiencia de la autora, que, al proyectarse en su entorno, transforma el sentimiento en emoción y la experiencia en conocimiento y en compromiso. Y así nos habla, con un lenguaje limpio -expresión a su vez de una mirada limpia-, salpicado de indicios simbolistas y, sobre todo, un anhelo infinito de armonía, tras la cual se vislumbra el rostro impenetrable de la belleza.    
Ya ven, si son distintas las tres voces que entonaron anoche la hermosa sinfonía de la palabra.    
         
Redacción.-

17 de agosto de 2010

III Ciclo de Vernano de Tresantié-Razzia Artis, en El Puerto de Santa María



El pasado 15 de julio, José María Morillo inauguró en el hotel Pinomar el III Ciclo de Verano de Razzia Artis. La charla, que estuvo apoyada con imágenes antiguas de El Puerto de Santa María, versó sobre la historia de dicha ciudad, desde el punto de vista de su condición de destino turístico.   
El ponente comenzó con una introducción histórica sobre el pasado de la localidad para desembocar, finalmente, en el desarrollismo urbanístico y ecónómico de los años sesenta y setenta. Ricardo Fernández, como peopietario de las instalaciones, se encargó de clausurar el acto.   
El próximo jueves, 19 de agosto, a las 21.00 h., también en la terraza principal del Hotel Pinomar, magnífica sede del III Ciclo de Vernano de Tresantié, tendrá lugar la segunda de las jornadas de este ciclo con una tertulia literaria a la que asistirán todos los autores que han presentado este año sus obras con esta asociación.   
Intervendrán en la misma los escritores Juan Calata, con Los usureros del Caribe aquellos sí eran piratas, José Joaquín Rodriguez y su Historia de la II Guerra Mundial a través del comic, Mariano Rivera, con El software de la inmortalidad y Manuela Escobar, con la obra Camino de Sirga. Al término del acto y en la Sala Poniente, se celebrará una velada flamenca.    
        
Redacción.-

13 de agosto de 2010

Versos noctámbulos: Julio Rivera y Raquel Zarazaga conquistaron la noche con su poesía


Julio Rivera Cross es un maestro. Le corresponde por su veteranía, su limpia trayectoria y, por supuesto, la admirable sabiduría con que construye el verso, esmerándose en su pulimento como si de un escultor se tratara.  
Decir Julio Rivera, más que nombrar a un poeta, es invocar a un referente de la poesía andaluza del último cuarto de siglo. Imposible estudiarla, valorarla, desplegar sobre el mapa las tendencias, los movimientos, las sensibilidades, sin contar con este alarife del lenguaje, con este explorador de quimeras posibles, con un creador que, al cabo de los años, en tanto reivindica la libertad más alta, se ha convertido él mismo en esclavo de la belleza.  
¿Qué nos dice el autor en sus poemas? Él mismo lo ha explicado, a través de unas frases certeras, que definen con rotunda elocuencia su concepto de la poesía, su actitud ante el acto creador y su propia relación con la realidad circundante:  
-Mi voz son muchas voces, la de todos, pero que siempre intenta taladrar, inquirir, colocar las sílabas en la mente del lector, llegando al lugar más sensible de ti.   
-La poesía nos hace conocer, no comprender.    
-La poesía, por mucha imaginación que se le eche, debe ser verdad: Toda metáfora es un correlato objetivo de la realidad.     
-Ser poeta no es un oficio, es solamente ser inocente.    
Y ésta, que, por su admirable simplicidad, me parece definitiva: Sin poesía, me hubiera muerto ya.    
Por su parte, Raquel Zarazaga, bilbaína de 1963, goza de una envidiable juventud, no sólo por su edad, que es cosa obvia, sino también y sobre todo por la frescura de su palabra poética, el toque lúdico, a veces, y mágico, casi siempre, que imprime a sus versos, y el entusiasmo con que rompe barreras, se enfrenta al silencia y planta donde haga falta el gallardete de la poesía.    
Acercarse a su obra, implica descubrir que es el suyo un mundo dominado por la magia, un mundo de sorpresas y proezas, un mundo sacudido por el dulce trallazo de la música, donde toda dificultad acaba resolviéndose en un salto, necesariamente mortal, sobre un rayo de luz. La magia, desde luego, trepa por sus poemas como una luciérnaga y, al conjuro de su palabra, toda la naturaleza se enciende, con sus árboles tutelares, pájaros extrañísimos y, en fin, un artefacto de perfumes y sensaciones, a través de las cuales, suavemente, va abriéndose camino el pensamiento.   
La lectura que anoche ofrecieron en La Carmela, tuvo la brillantez que se esperaba, abriendo así las puertas de una noche en la que, una vez más, la poesía brilló con luz y nombres propios. Un suceso infrecuente: a petición del público, los poetas se vieron obligados a añadir varios extras. Igual que en los conciertos. Un presagio esperanzador.   
      
Redacción.-

6 de agosto de 2010

Versos noctambulos. Sara Castelar Lorca y Benjamín León, en el calor de una noche poética


Anoche, jueves, en el bar La Carmela y dentro del ciclo Versos Noctámbulos, disfrutamos de la segunda velada. Encontrar un calificativo para la noche sería sumamente difícil y, en cualquier caso, nos quedaríamos cortos. Al magnífico hacer de nuestros poetas y amigos Sara Castelar Lorca y Benjamín León, los cuales, según la voz del público, pusieron de punta todos sus cabellos, se unió la gozosa presencia de poetas provenientes del País Vasco, Madrid, Valencia , Málaga y otras ciudades de nuestra provincia -aparte, claro está, los de casa-, que se dieron cita en Jerez para asistir a este evento. Magnífico, este nuevo reto, que incluso fue acompañado por el cante flamenco de un paseante que, emocionado por las metáforas de los poetas, quiso agradecérselas de ese modo.    
Francamente exitoso y festivo el encuentro, que duró todo el día para algunos de los compañeros de fuera, con los que compartimos largas charlas sobre literatura. Para acabar, y ya a altas horas de la madrugada, recalamos en un local del centro, donde pusimos broche al enorme placer de haber podido tener con nosotros a tan magníficos poetas.     
De Sara y Benjamín, qué añadir a lo oído, sino que ya se ven sus respectivos nombres, escritos con letra indeleble en la historia futura de nuestra literatura.     
Es de agradecer la voluntaria colaboración tanto de la Escuela de Hostelería como de la librería Hojas de Bohemia y la Editorial EH y, cómo no, la amable acogida de Carmela que incluso nos regala con magníficas tapas elaboradas por su santa mano.     
Así pues, siguiendo esta trayectoria, el próximo jueves contaremos con la presencia de los poetas Julio Rivera Cross y Raquel Zarazaga, acto éste al que todos nuestros lectores están invitados.   
         
Redacción.-