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CONVOCATORIAS

CONVOCATORIAS

Martes 5 de noviembre
19,00 h.
Ateneo de Jerez
Encuentro literario hispano-marroquí. Lectura poética.
Poetas marroquíes:
Hassan Najmi, Mourad El Kadiri, Boudouik Benamar, Azrahai Aziz, Khalid Raissouni, Ahmed Lemsyeh, Jamal Ammache y Mohamed Arch.
Poetas gaditanos:
Josefa Parra, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Mercedes Escolano, Blanca Flores y Yolanda Aldón.
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13 de agosto de 2010

Versos noctámbulos: Julio Rivera y Raquel Zarazaga conquistaron la noche con su poesía


Julio Rivera Cross es un maestro. Le corresponde por su veteranía, su limpia trayectoria y, por supuesto, la admirable sabiduría con que construye el verso, esmerándose en su pulimento como si de un escultor se tratara.  
Decir Julio Rivera, más que nombrar a un poeta, es invocar a un referente de la poesía andaluza del último cuarto de siglo. Imposible estudiarla, valorarla, desplegar sobre el mapa las tendencias, los movimientos, las sensibilidades, sin contar con este alarife del lenguaje, con este explorador de quimeras posibles, con un creador que, al cabo de los años, en tanto reivindica la libertad más alta, se ha convertido él mismo en esclavo de la belleza.  
¿Qué nos dice el autor en sus poemas? Él mismo lo ha explicado, a través de unas frases certeras, que definen con rotunda elocuencia su concepto de la poesía, su actitud ante el acto creador y su propia relación con la realidad circundante:  
-Mi voz son muchas voces, la de todos, pero que siempre intenta taladrar, inquirir, colocar las sílabas en la mente del lector, llegando al lugar más sensible de ti.   
-La poesía nos hace conocer, no comprender.    
-La poesía, por mucha imaginación que se le eche, debe ser verdad: Toda metáfora es un correlato objetivo de la realidad.     
-Ser poeta no es un oficio, es solamente ser inocente.    
Y ésta, que, por su admirable simplicidad, me parece definitiva: Sin poesía, me hubiera muerto ya.    
Por su parte, Raquel Zarazaga, bilbaína de 1963, goza de una envidiable juventud, no sólo por su edad, que es cosa obvia, sino también y sobre todo por la frescura de su palabra poética, el toque lúdico, a veces, y mágico, casi siempre, que imprime a sus versos, y el entusiasmo con que rompe barreras, se enfrenta al silencia y planta donde haga falta el gallardete de la poesía.    
Acercarse a su obra, implica descubrir que es el suyo un mundo dominado por la magia, un mundo de sorpresas y proezas, un mundo sacudido por el dulce trallazo de la música, donde toda dificultad acaba resolviéndose en un salto, necesariamente mortal, sobre un rayo de luz. La magia, desde luego, trepa por sus poemas como una luciérnaga y, al conjuro de su palabra, toda la naturaleza se enciende, con sus árboles tutelares, pájaros extrañísimos y, en fin, un artefacto de perfumes y sensaciones, a través de las cuales, suavemente, va abriéndose camino el pensamiento.   
La lectura que anoche ofrecieron en La Carmela, tuvo la brillantez que se esperaba, abriendo así las puertas de una noche en la que, una vez más, la poesía brilló con luz y nombres propios. Un suceso infrecuente: a petición del público, los poetas se vieron obligados a añadir varios extras. Igual que en los conciertos. Un presagio esperanzador.   
      
Redacción.-