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CONVOCATORIAS

CONVOCATORIAS

Martes 5 de noviembre
19,00 h.
Ateneo de Jerez
Encuentro literario hispano-marroquí. Lectura poética.
Poetas marroquíes:
Hassan Najmi, Mourad El Kadiri, Boudouik Benamar, Azrahai Aziz, Khalid Raissouni, Ahmed Lemsyeh, Jamal Ammache y Mohamed Arch.
Poetas gaditanos:
Josefa Parra, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Mercedes Escolano, Blanca Flores y Yolanda Aldón.
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28 de noviembre de 2012

Lectura poética: Josela Maturana y su luz guardada


                No era la primera vez que Versos en plenilunio recibía a Josela Maturana, una de las poetas más carismáticas, profundas y elegantes de nuestra literatura, con una trayectoria larga y fecunda, que se concreta en libros como La vida inédita (1977), Oficio del regreso (1999), La soledad y el mundo (2000), No podrá suceder (2007), Lugares de orfandad (2008),  Principio de la desolación y Para entrar en la nieve.
            En sus palabras de presentación, Domingo F. Faílde destacó, como rasgos característicos de la poética de esta autora, su capacidad de metaforización, sentido de la musicalidad y poder de emoción; todas estas cualidades –dijo- se han ido depurando conforme la poeta, en cada libro, ha intentado –con éxito- ese salto hacia adelante que caracteriza a la gran poesía. Su obra sintetiza la mirada hacia lo presente y la memoria de lo pasado, componiendo con ellas una singular visión de la realidad. Con estas herramientas, más allá de clichés y arquetipos gastados, Josela Maturana se enfrenta a los misterios que alimentan a la propia naturaleza de la poesía. Hablamos, entre otras cosas, del paso del tiempo, las sucesivas pérdidas que el existir comporta, el amor, el desamor, la soledad y, cómo no, la decadencia de nuestra civilización y la progresiva ruina del mundo, tratando siempre de despejar incógnitas y hallando en la palabra un viático infalible para seguir haciendo camino.
            Josela Maturana, que no teme a lo inédito, regaló a su auditorio la primicia de un nuevo proyecto, bajo el título La luz guardada, dando lectura a una interesante selección, compuesta por quince poemas significativos, a los que definió como poemas sobre la mirada, pues tratan de retratar la realidad a través de esa cámara subjetiva que es la mirada de cada uno, a modo de fotografías hechas con las palabras, en las que es evidente la influencia del cine, que convive con imágenes de la intimidad de la autora y del mundo que le ha tocado vivir.
            El significado de la poesía dentro del propio poema, el naufragio histórico y social que estamos viviendo, el mundo que habitamos algún día, lo vivo inerte, los paisajes urbanos en contraposición al referente natural que todos llevamos dentro, la función del poeta en la existencia, el amor, la amistad, la pérdida y la virtualidad de los nuevos soportes comparecieron en esta muestra, a modo de retablo, crudo aunque hermoso, de nuestro tiempo.
            En el plano formal, se apreció una mayor densidad expresiva, apuntando la autora a un discurso sin duda más desnudo y directo, que sigue encontrando en el lenguaje un aliado ductil de su ansia de belleza.

Redacción.-


25 de noviembre de 2012

Mariano Rivera presentó su novela "El acoso de la difunta"


                El viernes pasado, día 23, en el salón de actos de la Fundación Rafael Alberti, tuvo lugar la presentación de El acoso de la difunta, novela de Mariano Rivera Cross, editada por El Boletín. El acto reunió en torno al escritor a numerosos colegas suyos, artistas y público en general. Tras las palabras del editor, fueron Julio Rivera y Domingo F. Faílde los encargados de glosar el libro, cometido que realizaron exhaustivamente.
                El acoso de la difunta muestra, de entrada, una amplia galería de personajes, todos ellos procedentes  de las clases acomodadas gaditanas, que, tras una juventud de ensoñaciones románticas, acaban resignándose a la mediocridad de sus empleos, mucho mejor remunerados que las aspiraciones literarias y demás veleidades de la época. Los protagonistas, Carmelo y Teresa, viven felices su prejubilación hasta que la mujer, víctima de un cáncer de mama, fallece. Antes de morir, comunica a Carmelo su última voluntad: que elija nueva esposa entre una terna que ella misma ha dispuesto y que cuente la vida de ambos, siguiendo la novela que ella misma ha comenzado. Pero ésta no aparece, sin embargo, el viudo se verá envuelto en una serie de aventuras al intentar localizarla. Entonces se da cuenta de que su esposa, después de muerta, intenta dirigirle la existencia. Las pesquisas del protagonista le conducen no sólo al manuscrito, sino a las intenciones de Teresa y, al escribir los capítulos que restan, entablará una lucha con ella, que acaba dando forma a la novela. Una nueva aventura, ahora la de la publicación  del libro, pone al desnudo los entresijos del ámbito literario, sus farsas y corruptelas.
         Se diría, en principio, que una novela negra, si por tal entendemos una trama detectivesca, en la que un personaje trata de descubrir al autor de un delito y esclarecer un crimen. Sin embargo, en El acoso de la difunta, no hay crimen ni delito de ningún género ni más detective que un Carmelo poco o nada detectivesco, que, para colmo, ha de vérselas con un investigador privado que resulta ser un perfecto inútil.
                Mariano Rivera, de quien ya conocemos  su extensa obra poética, tiene en su haber otras tress importantes novelas, Dulce virus de la transición, La parrilla invertida y Sofonisba Anguissola, una pintora italiana en la corte de Felipe II, ambientadas las últimas en la corte de aquel monarca español y pertenecientes al subgénero histórico, que lo han consagrado como un excelente narrador. El acoso de la difunta interrumpe, al menos de momento, el ciclo histórico para acercarse a la realidad contemporánea con el mismo rigor narrativo y un bien administrado toque de humor, cualidades que garantizan la amenidad del libro y su evidente calidad literaria.

Redacción.-

Carmen Sáiz Neupaver presentó "Asignaturas del aire" en Puerto Real

 
                El salón de plenos del Ayuntamiento de Puerto Real, a la sazón con su aforo totalmente ocupado, fue el lugar donde Carmen Sáiz Neupaver presentó su libro en aquella localidad.
               Asignaturas del aire, según Domingo F. Faílde, que pronunció las palabras de presentación, es un libro que creció poco a poco, casi con mimo, al margen de esa prisa que ha malogrado a muchos autores jóvenes, hundiéndolos en el caos o precipitándolos en el oscuro resplandor de lo efímero, como flores de un día. Ella, no. Carmen Sáiz es poeta de lenta elaboración o, dicho de otro modo, para que quede claro, exigente; una autora incapaz de perderse en banalidades y que encuentra en la forma un arsenal de ingenios para la perfección.
            Carmen Sáiz se examina en cada verso y les exige que den todo de sí, empezando quizás por lo más importante, la armonía, la música, el ritmo inconfundible que es firma de la autora y que obliga al lector a acompasar la lectura, acaso pretendiendo que su propia dicción lata al unísono con el corazón del que escucha. Su ritmo acentual subraya las palabras necesarias, atempera la emoción, enfatiza lo hermoso; es el heraldo de su pensamiento, que navega, sereno en su intensidad, por ese cauce o partitura lírica creados para él.
Carmen es arquitecta de palabras. Para ella, el poema no es una mera concatenación de palabras, reunidas casi al azar, sino un edificio perfecto, cuyos elementos interactúan y constituyen un todo homogéneo, compacto, una unidad significativa, un signo lingüístico preciso y precioso, que capta, una vez más, la atención del lector, atrayéndolo a la diana de la idea. A esto llama la crítica rigor constructivo y constituye una cualidad distintiva de los grandes maestros.
Que busca la belleza, es evidente. Que no se queda en ella, haciendo del poema un objeto vacío, también es verdad. Entre fondo y contenido, el equilibrio es siempre lo que conduce el verso, lo que guía el sentido profundo del poema, la suprema razón de unos significantes que indagan en el texto la voz de la autora, desechando los ecos, los ruidos, pero también los dulces halagos con que, a veces, la forma se convierte en canto de sirena.
La lectura, por parte de la autora, de una cuidada selección de poemas del libro alternó con la voz y la música de Paco Medina.
Una velada hermosa, en la que la poesía, como es debido, ocupó su lugar.

Redacción.-



21 de noviembre de 2012

Lectura poética de Jesús Cárdenas y Manuel Guerrero


                Los poetas Jesús Cárdenas (Alcalá de Guadaíra, Sevilla, 1973) y Manuel Guerrero (Lucena, Córdoba, 1980) ofrecieron anoche una lectura poética en Damajuana. El acto se inscribe en el ciclo Versos en plenilunio, que ya está llegando a su fin.
                Los autores, que habían preparado el recital a conciencia, dividieron en tres bloques sus respectivas intervenciones, alternándolas sucesivamente. Ambos comparten una estética afín  y, sin menoscabo de su singularidad, leyeron a dúo algunos poemas y sus voces, deliberadamente, se fundieron, sin confundirse.
                Si los bloques primero y tercero estaban constituidos, respectivamente, por poemas antiguos y recientes e inéditos, el segundo y central tomaba como eje cronológico y estético los libros que, en ambos casos, ha publicado Ediciones en Huida: Loco afán (2011), de Manuel Guerrero y La luz entre los cipreses (2012), de Jesús Cárdenas.
                El punto de partida de uno y otro se halla en la poesía de la experiencia y, como corresponde, ambos tratan de superar los lugares comunes de aquella tendencia, introduciendo cotas de mayor lirismo e intensas reflexiones sobre la realidad, salpicadas a veces de fina ironía y una indiscutible imaginación.
                Pero lo más notable en ambos casos es el ansia de perfección que persiguen al escribir. Tanto Cárdenas como Guerrero son profesores de literatura y, aunque se guardan de incurrir en los alardes profesorales que han arruinado a más de un autor, su conocimiento de teoría y técnica deja huella en el discurso y contribuye a comunicar bellamente su poderoso aliento poético.

Redacción.-

17 de noviembre de 2012

"La escopeta de Lily Mae". Dolors Alberola presenta su libro en Jerez


                Dolors Alberola presentó La escopeta de Lily Mae el pasado jueves , día 15. El acto tuvo lugar en la Fundación Caballero Bonald, de Jerez y en el mismo intervinieron, además de la autora, las poetas Josefa Parra y Josela Maturana.
                Como ya sucediera en Granada, un audiovisual realizado por Rosa Iglesias preparó a los asistentes, que contemplaron sobrecogidos las imágenes de un mundo en descomposición, frente al que la poeta alza la voz y el verso. A continuación, Josefa Parra presentó a la autora, destacando su larga trayectoria y su brillante aportación a la poesía española contemporánea.
                La introducción al libro presentado corrió a cargo de Josela Maturana, que entró a saco en el mismo y desglosó sus claves hermenéuticas en una verdadera lección magistral. A partir de Lilith, la primera mujer, que se negó a someterse, y María, que personifica la sumisión, Dolors Alberola crea una nueva mitología, diseñando una voz lírica que se rebela contra un mundo injusto, pero que sin embargo renuncia a la violencia. Por eso, según Maturana, la escopeta que empuña el personaje no es un arma convencional, sino la más poderosa de todas y, al mismo tiempo, la más pacífica: la palabra. Con ella denuncia, reflexiona, apuesta por la utopía y, como en un ejercicio de exorcismo, tratará de borrar de la historia contemporánea todo el dolor, todo el horror, a los que parece estuviésemos abocados irremediablemente. La palabra se vuelve contra el mundo, tratando de vencer la sinrazón, la injusticia y la muerte. No estamos, sin embargo, ante un discurso coyuntural, pues la mirada de la autora siempre apunta más lejos y, como dice en el prólogo Katy Parra, La escopeta de Lily Mae es una obra poética intemporal, un libro trazado desde la inteligencia más sublime, la ironía. Estos poemas seguirán disparando su rabia, su verdad, su fuerza y su amor, hoy, mañana y después de unos años o de varias generaciones.
Por último, Dolors Alberola  leyó nueve poemas, previamente seleccionados, precedidos del comentario justo, con una sobriedad tan sobrecogedora como el audiovisual que abrió plaza. Luego, firmó ejemplares y terminó la fiesta literaria con una copa de vino.

Redacción.-

15 de noviembre de 2012

"Creado a partir del polvo de la tierra". Chencho Ríos presenta su libro


                 Gregorio Morales escribió en El cadáver de Balzac una definición de poesía, que ha hecho fortuna: misterio más diferencia. Y añadía al respecto: Amo la diferencia antes que lo gregario; busco el misterio antes que la exégesis. La literatura de Chencho Ríos y su poesía, en particular, encajan perfectamente en esta fórmula; tanto y tan bien, que resulta inclasificable, si por tal entendemos  la imposibilidad de ajustarla a las habituales taxonomías, cuanto más a marbetes y demás etiquetas con que suele envasarse, hoy en día, cualquier producto apto para el consumo, incluyendo a la literatura.
                Hay, pues, en Chencho Ríos un rechazo del canon tradicional u ortodoxo, aunque posiblemente, dicho canon prescinde del poeta por pura y evidente incompatibilidad. Chencho Ríos se divorcia del canon, renuncia a sus pompas, obras y vanidades, desdeña las consignas de la moderna industria cultural y entra a saco en la preceptiva y demás catecismos del oficio, resulto a desaprender lo aprendido, olvidar ecuaciones y arquitecturas y, en suma, desnudar al poema a su modo, personal e intransferible, canalla y primitivo posiblemente, pero ante todo auténtico.
                Con estas credenciales, nos trajo el pasado martes un libro de poemas singular, diferente, un libro de poesía Chencho –como él mismo dice-, un milagro –para unos-, una profanación –para otros- y, para casi todos, una provocación, sin que el poeta sea capaz de explicarlo y recurra a una suerte de determinismo, que en parte nos remite a la Grecia clásica y en parte, sobre todo, al pensamiento de Jung.
                Creado a partir del polvo de la tierra es el título, absolutamente revelador, de este libro, mágico y visionario, que Chencho nos invita a transitar. Un libro, pues, adánico, que nos remite al Génesis (véase 2,7), donde dice: Entonces Yavéh Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. El poeta, que es un pequeño dios, como dijo Vicente Huidobro, amasa sus poemas con un barro peculiar: el lenguaje, las palabras; y en el núcleo esencial del poema esas palabras van formando un mundo, un espacio textual donde la idea, caótica al principio o, como dice el autor, casi surrealista, va adquiriendo la forma deseada hasta ser finalmente cuerpo de lo creado  o –también en palabras de Chencho- objeto final.
                Y ese objeto final atrapa en su materia la realidad de un mundo convulso pero simple, áspero pero amable, cruel pero clemente, a veces inhumano y a veces divino, donde cabe el amor, el dolor, la esperanza, la guerra, la paz, la razón y la sinrazón, habitado por seres que confluyen en uno, el hombre, una pequeña criatura condenada a la libertad y abocada a buscar respuesta a sus anhelos. Como dice Pedro Sánchez Sanz –el autor del prólogo -, los poemas de este libro, Creado a partir del polvo de la tierra, se me antojan la narración de una génesis, las palabras del primer hombre sobre la tierra, la voz de un ángel caído que, aún aturdido por el golpe, da la bienvenida a la luz. Volvemos así al principio. Estaríamos ante la descripción de un mundo nuevo. Al fin y al cabo la misión más íntima del poeta es la de construirse un mundo a su medida.
                El autor, que fue presentado por Domingo F. Faílde, delegó la lectura de poemas del libro en voluntarios del público, propiciando así un acto participativo e intenso.

Redacción.-

13 de noviembre de 2012

Letras peregrinas: "Poetas y viajeras" en El Guitarrón, de Jerez


                Las poetas Carmen Sáiz Neupaver, Isabel de Rueda, Maribel Tejero, Dolors Alberola y Josefa Parra, que organizó el evento, se dieron cita anoche en El Guitarrón –otro bar jerezano, que incorpora la literatura a su actividad- y ofrecieron una lectura titulada Poetas y viajeras, dentro del ciclo Letras peregrinas, que tiene como finalidad llevar la literatura a ámbitos más alternativos, más cercanos a la ciudadanía, como locales de restauración, asociaciones, colegios, e incluso espacios públicos. Millye y Luna pusieron música al acto, que giró en torno a un tema recurrente, el viaje, un concepto sugestivo y amplio, susceptible de ser interpretado como metáfora existencial o en su acepción estrictamente denotativa, generalmente gozosa, trasladando al auditorio, muy numeroso por cierto, a países, ciudades y otros emplazamientos reales o imaginarios, donde perderse o encontrarse, evadirse de la realidad o topársela en una esquina. Todo con la palabra como vehículo esencial de la experiencia humana y, desde luego, de la imaginación.
                La lectura fue breve o, al menos, supo a poco. Buena señal, sobre todo en los tiempos que corren:  a mal tiempo, magnífica poesía, podríamos decir al cierre de la sesión, tras haber escuchado a las autoras y oído los comentarios del público; alta poesía, sin duda, intensa y apasionada, que gustó y convenció. Nadie podrá negar a estas alturas la aportación de nuestras poetas a la literatura ni los muchos quilates de su voz lírica.
                Al principio de todo fue el largo viaje, escribió en un poema el griego Yorgos Seferis. Éste, el de la palabra viajera, comienza a cada instante.  

Redacción.-

7 de noviembre de 2012

"Huidas imposibles": Predro Sánchez Sanz presenta sus relatos


Sabido es que El Buscón, del inefable don Francisco de Quevedo y Villegas, concluye el relato de sus correrías con una frase, entre cínica y demoledora, que dice así, exactamente:  Y fueme peor, como vuesa merced verá en la segunda parte, pues nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar, y no de vida y costumbres. Éste, a pesar de su longitud, podría ser el lema de Huidas imposibles, el libro de relatos que Pedro Sánchez Sanz (Sevilla, 1970) presentó anoche en Damajuana, ante un auditorio de irreductibles –hay que serlo, con la que está cayendo y ahora, además, de las nubes-que oponen al mal tiempo la buena cara de la literatura.
Y buena, desde luego, la que anoche exhibió, por obra y gracia de este autor sevillano, residente en Jerez de la Frontera, profesor y poeta, que compareció ante sus presuntos lectores con un magnífico libro, exponente sin duda del arte de bien narrar. El editor, Jesús Moracho, tenía que haber venido a presentarlo, pero lo hicieron en su lugar unos folios, que el propio autor leyó y gracias a los cuales nos enteramos del proyecto editorial del citado y su ajustada opinión sobre el libro, entre cuyos relatos se encuentra el galardonado con el Premio Internacional Platero 2011, El Indiano.
De éste leería un fragmento significativo, no sólo por espléndida factura narrativa, sino porque conecta perfectamente con la idea central del conjunto y esa cita quevedesca con que se inicia esta crónica: todos huimos continuamente, no sólo de nuestras obras; también y sobre todo de nuestros propios miedos, a cuya cabecera habría que emplazar al temor de encontrarnos a nosotros mismos, alejados de un punto posible de retorno en la brevedad de la vida.
Los diecinueve relatos que integran el volumen se articulan en torno a esta idea e inciden en la imposibilidad de escapar. Es el caso del protagonista de El Indiano, el célebre Antón Pirulero de las coplas infantiles, que marcha al virreinato del Perú en busca de fortuna, hace un mal casamiento y, tratando de escapar a su mala estrella, se encontrará con su destino trágico.
Con este nuevo libro, no traiciona el poeta a la poesía. Pedro Sánchez Sanz, que ya nos tenía acostumbrados al verso, da un salto hacia adelante, rompe barreras de género y demuestra que, en todo lo que toca la palabra, habita, cómo no, la magia de la creación.

Redacción.-

1 de noviembre de 2012

Lectura poética de Julia Bellido


                El pasado martes,  a pesar de las inclemencias meteorológicas y el tifón futbolero de todos los días, Julia Bellido ofreció una lectura poética a los muchos irreductibles que a la misma asistieron. Le acompañó, con sonidos lorquianos y exquisita pureza, Manuel Fernández Moneo, un guitarrista de dinastía, que envolvió los poemas de la autora en la seda de sus arpegios.
                La lectura fue bella, intensa y, sobre todo, emotiva, articulada en torno a los poemas, inéditos aún, del libro que lleva por título De las inadvertidas mariposas, al que la propia Julia Bellido definió como un libro diferente, más maduro y a la vez más sencillo, más humilde, que, alejado totalmente del erotismo y la sensualidad, ahonda en emociones más profundas y hace un canto a la vida, a la maternidad, a la muerte, a la soledad, a la belleza de las cosas cotidianas, la pérdida, el dolor... Las mariposas son una metáfora, que revolotea en torno a mis hijos y a la poesía. Son un símbolo de cambio, de transformación, ésa que se ha producido en mi trayectoria desde que decidí dedicarme a lo que verdaderamente siento: la poesía.
               Ganadora del  Premio Victoria Kent en el 2009, ha publicado sendas biografías de Pablo de Tarso y de San Juan Grande, hace casi 20 años. También ha participado en la edición de libros y colaborado con Ediciones Azagaya y EJE. El año pasado, realizó varios talleres de poesía en Puerto III, con los reclusos del módulo terapéutico, para introducir la poesía en las cárceles, una experiencia que considera  enriquecedora.

Redacción.-