Aristócrata y sacerdote del signo. Con estas certeras palabras definiría Dolors Alberola a Francisco Basallote, que ayer presentó En el corazón del signo, galardonado con el I Premio de Poesía Hojas de Bohemia, que publica EH; un libro que, en palabras de esta autora, es un avidísimo manual de interpretación de mensajes rupestres, jeroglíficos, claves. El que sepa leer lo que se oculta tras el velo mistérico de la poesía –añadió-, podrá llegar a interpretar la historia si la lee con la mismísima inteligencia, con idéntica transparencia visual, con la parte heredada de unos seres cuya memoria está oculta en nuestra sangre. Antes, había referido el sentimiento de asombro que le provocó su lectura: Era un trazo alquímico, el manejo perfecto de la totalidad para ir desnudándola y dejando tan sólo lo que fue, lo que es, lo que será, porque en las manos de este autor cualquier ciudad se puede convertir en una recta sola, en una sola voz, en una ligerísima palabra que, uniéndose a las otras, nos va dando el concepto de lo que ha sido el paso de los tiempos, de lo que es la historia, de lo que será el final de todo, en pro de convertirse en la luz, de volver a ser ella, de vivir el más desnudo y vítreo mundo de los sueños.
Para Domingo F. Faílde, Francisco Basallote emplaza su discurso allí donde la esencia de la palabra escrita se funde con los trazos de la pintura y, entrando a saco en el territorio de los significados, aún va más allá, descomponiendo el átomo de la expresión comunicativa y extrayendo de su arquitectura lo más elemental, sencillo y puro de todos los lenguajes: el signo. Con las palabras justas y perfectas, con la música imprescindible, con la armonía traslúcida de quien, también maestro en el arte del haiku, ha aprendido a auscultar la realidad y fundir en apenas una frase los guiños misteriosos de la naturaleza y el natural misterio que se desprende de la hermosura. El poeta nos habla 'En el corazón del signo'. Luego, tras comentar la estructura del libro, alabó su solidez estética, sin excesos retóricos ni concesiones a la galería. Francisco Basallote, que sustenta su obra en dos pilares fundamentales, la contemplación y la reflexión, se sumerge en lo oscuro para encontrar la luz.
Cerró el acto el autor del libro, que relacionó su interés por el signo con la esencialidad de las formas arquitectónicas de Vejer, su pueblo natal, y ofreció al auditorio una amplia y cuidada selección de poemas, que acreditaron –como antes había dicho Faílde- la mano leve, pero firme y sabia, de un verdadero maestro.
Redacción.-