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CONVOCATORIAS

CONVOCATORIAS

Martes 5 de noviembre
19,00 h.
Ateneo de Jerez
Encuentro literario hispano-marroquí. Lectura poética.
Poetas marroquíes:
Hassan Najmi, Mourad El Kadiri, Boudouik Benamar, Azrahai Aziz, Khalid Raissouni, Ahmed Lemsyeh, Jamal Ammache y Mohamed Arch.
Poetas gaditanos:
Josefa Parra, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Mercedes Escolano, Blanca Flores y Yolanda Aldón.
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4 de diciembre de 2010

Museo al aire libre. Un mercado de arte en el centro de la ciudad


El sol de la mañana –esta tibia mañana de no sé qué estación- se vio pronto turbado por el viento y las nubes, de su mano, enturbiaron la placidez del día. Y no es que hiciera frío, sino que el aire golpeaba con fuerza los tenderetes y la humedad se clavaba como un cuchillo en mirones y paseantes, imponiendo en la calle la ley del invierno.     
Incómodo, el paseo, pero hermoso. Las ciudades son bellas cuanto más se parecen a París, aquel París bohemio de Pigalle y Montmartre, del Moulin Rouge y los artistas noctámbulos, cuando aún no existía esa horrible noción de los políticamente correcto y ser impresentable y un algo transgresor era tenido como título de nobleza, en un país que había puesto a los nobles donde debían estar.   
Estimulante, pues, pasar a horas tempranas por la coqueta plaza de Plateros y, desde ésta, callejeando, ir a parar a Lancería y sus aledaños, hoy convertidos en mercado de arte o, al menos, una muestra al sereno del quehacer de numerosos artistas, que allí desafiaban a la inclemencia climatológica y a una crisis dañina como pocas. Las ventas, sin embargo, rara vez significan calidad, pues como dijo Machado sólo el necio/ confunde valor y precio. El valor y la calidad acaso merecieran unas líneas, que exceden el objeto de las mismas.      
Vimos muchos estilos y tendencias compitiendo por los favores de un público que, por regla general, apresuraba el paso de camino a sus menesteres, mientras la minoría, siempre la minoría juanramoniana, miraba, preguntaba y, en algún caso, adquiría la obra de su predilección. Había ismos de todos los colores, desde el hiperrealismo hasta la abstracción, pasando por el expresionismo y los cuadros de género (rincones de Jerez, costumbres y tradiciones, paisajes diversos), que suelen gustar –estos últimos, claro- a los más autocomplacientes.     
Alguien hará balance y, tal vez otro año, se evite mezclar churras con merinas, pintores con mendigos profesionales y artesanos con top-mantas: no es de recibo, sobre todo cuando los españoles resultan casi siempre discriminados. Vale sacar el arte de sus templos, pero no de cualquier manera.     
Sea como sea, engalanar la calle con cientos de cuadros es un lujo que, a más de uno, nos gustaría disfrutar a diario.   
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Redacción.-