Un infarto cerebral puso fin a la vida de la poeta Teresa Chacón, esta misma mañana. La muerte la sorprendió cuando Maruja –como era conocida por sus familiares y numerosos amigos- ultimaba en su casa de Jerez los preparativos para desplazarse hasta una vecina localidad a visitar a sus nietos.
Su fallecimiento ha causado una honda conmoción en los círculos literarios que frecuentaba y no sólo por lo inesperado del óbito, sino por el dolor ante una pérdida irreparable.
La poesía, en Jerez, se ve privada repentinamente de una voz entrañable, calurosa, que la autora vertía tal en clave de confidencia, deslizando en el discurso poderosas metáforas y otros alardes técnicos, que llevaban su sello personalísimo.
Pero nada habría sido la poeta sin el soporte humano de lo que era: una mujer de enorme inteligencia y aún mayor corazón; en suma, una gran mujer, que derrochaba sensibilidad desde la imagen austera de quien supo forjarse a sí misma, unas veces desde la adversidad y otras desde las grandes dificultades que, para toda actividad artística, comportaba su condición de mujer y trabajadora.
Y eso fue: una trabajadora de la cultura, que enriqueció con su esfuerzo, y una trabajadora de la poesía que, como escribiera Gabriel Celaya, forjó en sus aceros, puliéndola con mimo y hasta podría decirse que con instinto maternal.
Ganadora de varios premios, había publicado poemas y un cuaderno de los que estaba justamente orgullosa. Sin embargo, su espíritu inquieto y un denodado afán de perfección, le exigían continuamente más y ella aceptaba el reto cotidiano con enorme, casi juvenil ilusión.
Cuesta trabajo asimilar su muerte, cuando el pasado 26 de junio –poco más de un mes hace- asistió a la clausura de Las noches de Elvira, tertulia literaria de la que fue partícipe, y su voz sonó fuerte, trémula de emoción, al recitar sus versos más queridos por última vez. De este acto es la fotografía que ilustra tan triste entrada, quizá también la última que nos muestra a Maruja al pie del cañón, blandiendo el arma dulce de la palabra, antes de recibir el aplauso de su auditorio.
Así la recordamos y así conservaremos su imagen en la memoria, donde sigue viviendo para quienes la admiramos como poeta y la quisimos como mujer.
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© Domingo F. Faílde.-
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CONVOCATORIAS
CONVOCATORIAS
Martes 5 de noviembre
19,00 h. Ateneo de Jerez
Encuentro literario hispano-marroquí. Lectura poética.
Poetas marroquíes:
Hassan Najmi, Mourad El Kadiri, Boudouik Benamar, Azrahai Aziz, Khalid Raissouni, Ahmed Lemsyeh, Jamal Ammache y Mohamed Arch.
Poetas gaditanos:
Josefa Parra, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Mercedes Escolano, Blanca Flores y Yolanda Aldón.
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Martes 5 de noviembre
19,00 h. Ateneo de Jerez
Encuentro literario hispano-marroquí. Lectura poética.
Poetas marroquíes:
Hassan Najmi, Mourad El Kadiri, Boudouik Benamar, Azrahai Aziz, Khalid Raissouni, Ahmed Lemsyeh, Jamal Ammache y Mohamed Arch.
Poetas gaditanos:
Josefa Parra, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Mercedes Escolano, Blanca Flores y Yolanda Aldón.
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