El pasado 27 de junio tuvo lugar en El Puerto de Santa María la presentación del libro Los últimos poetas de “El Ermitaño”. El acto se celebró en la Fundación Rafael Alberti e intervinieron en el mismo Mariano Rivera Cross, prologuista de la antología, y los autores Felipe Lamadrid, Jesús Graván, Verónica Pedemonte, Rafael Esteban Poullet y Manuel Dugo. A continuación Kino Maján presentó su disco Nómada, con las actuaciones de Fernando Lobo e Ignacio Lobo.
La tertulia El Ermitaño, que ha venido desarrollando una ingente y muy brillante labor en defensa de la poesía, desde principios de los años 80, cuenta en su haber con muchas horas de excelente trabajo, un premio prestigiado en cada convocatoria y una colección de libros, en cuyas páginas han sonado las voces de excelentes poetas, vinculados al grupo portuernse.
Ahora, un cuarto de siglo más tarde, los heroicos supervivientes de aquella gozosa aventura han querido dar fe de vida con una publicación colectiva. En palabras de Mariano Rivera, son hombres y mujeres independientes y ácratas, un tanto alejados de los cenáculos oficiales literarios, a medida que pasaron los años, sin que ninguno de ellos perdiera su honestidad ante el compromiso del arte y, en el caso que nos ocupa,
ante la honestidad de la poesía, sin dejar de ser ermitaños encerrados en sus ascética postura de no vender sus almas, fueron publicando importantes libros de poesía.
Según el prologuista, gran poeta él mismo y catedrático de Literatura, tres son los rasgos característicos que comparten los antologados: 1) Voluntad de ahondar en los problemas religiosos, sociales y psicológicos del hombre actual. 2) Libertad de ritmos con manifiesta actitud de no encuadrarse en casilleros poéticos dictatoriales de las últimas décadas, y 3) Culto a la belleza en la fusión de la palabra con la pintura, emulando a nuestro genial Rafael Alberti, a través de la infinita gama de colores que les proporciona el balcón de la bahía gaditana.
Claro que, como es lógico y deseable, cada uno posee su propia voz. Así, Felipe Lamadrid se centra en el agnosticismo religioso del hombre occidental contemporáneo, huérfano de dioses mitológicos, y, por tanto, del más gigante Dios celestial. Jesús Graván recorre gran parte de su extensa obra poética inédita, pese a su juventud, unitaria en su concepción moderna (actual) de la poesía social. Verónica Pedemonte expresa en sus poemas la añoranza de una cultura occidental europea espléndida y optimista de la Era Contemporánea. Rafael Esteban Poullet fiel a su cosmovisión del mundo, nos brinda una selección de su Obra Poética, que no es otra que la transposición del amor de la Grecia clásica a nuestro mundo actual. Finalmente, Manuel Dugo es el poeta arábigo-andalusí por excelencia de nuestro tiempo que, en un conjunto de breves poemas, construidos con versos de arte menor a modo de canciones romanceadas y reflejos de zéjeles, para que la música, la danza y el vertiginoso ritmo del poema se apoderen del corazón de los lectores.
.
Redacción.-
La tertulia El Ermitaño, que ha venido desarrollando una ingente y muy brillante labor en defensa de la poesía, desde principios de los años 80, cuenta en su haber con muchas horas de excelente trabajo, un premio prestigiado en cada convocatoria y una colección de libros, en cuyas páginas han sonado las voces de excelentes poetas, vinculados al grupo portuernse.
Ahora, un cuarto de siglo más tarde, los heroicos supervivientes de aquella gozosa aventura han querido dar fe de vida con una publicación colectiva. En palabras de Mariano Rivera, son hombres y mujeres independientes y ácratas, un tanto alejados de los cenáculos oficiales literarios, a medida que pasaron los años, sin que ninguno de ellos perdiera su honestidad ante el compromiso del arte y, en el caso que nos ocupa,
ante la honestidad de la poesía, sin dejar de ser ermitaños encerrados en sus ascética postura de no vender sus almas, fueron publicando importantes libros de poesía.
Según el prologuista, gran poeta él mismo y catedrático de Literatura, tres son los rasgos característicos que comparten los antologados: 1) Voluntad de ahondar en los problemas religiosos, sociales y psicológicos del hombre actual. 2) Libertad de ritmos con manifiesta actitud de no encuadrarse en casilleros poéticos dictatoriales de las últimas décadas, y 3) Culto a la belleza en la fusión de la palabra con la pintura, emulando a nuestro genial Rafael Alberti, a través de la infinita gama de colores que les proporciona el balcón de la bahía gaditana.
Claro que, como es lógico y deseable, cada uno posee su propia voz. Así, Felipe Lamadrid se centra en el agnosticismo religioso del hombre occidental contemporáneo, huérfano de dioses mitológicos, y, por tanto, del más gigante Dios celestial. Jesús Graván recorre gran parte de su extensa obra poética inédita, pese a su juventud, unitaria en su concepción moderna (actual) de la poesía social. Verónica Pedemonte expresa en sus poemas la añoranza de una cultura occidental europea espléndida y optimista de la Era Contemporánea. Rafael Esteban Poullet fiel a su cosmovisión del mundo, nos brinda una selección de su Obra Poética, que no es otra que la transposición del amor de la Grecia clásica a nuestro mundo actual. Finalmente, Manuel Dugo es el poeta arábigo-andalusí por excelencia de nuestro tiempo que, en un conjunto de breves poemas, construidos con versos de arte menor a modo de canciones romanceadas y reflejos de zéjeles, para que la música, la danza y el vertiginoso ritmo del poema se apoderen del corazón de los lectores.
.
Redacción.-