Acaso la poesía ya no sea ese arma cargada de
futuro, que dijese Celaya, sino el riesgo de ir a remolque de una sociedad
totalmente desconcienciada, una moda regida desde los medios de manipulación y,
en definitiva, un espacio –otro más- para la evasión. La industria cultural –otro
engendro mediático y espurio- uniforma los géneros y los conduce a un pesebre
común: espectáculo, todo es espectáculo y éste debe seguir aunque estalle el
planeta o se desangre la humanidad.
Afortunadamente, quedan todavía bastantes poetas
conscientes de lo que tienen entre sus manos. La poesía es latido y conciencia,
capaz de plegarse a la dicción de la historia, pero nunca al discurso de los
tiranos. No es una venda en los ojos sino un estallido de luz en el epicentro
de la realidad.
Por eso, en la vorágine del mercado y el mercadeo,
que todo lo desfigura, la palabra encendida del poeta transfigura nuestra
existencia, señalando el modelo a seguir, la irrenunciable utopía que señala el
camino de la dignidad.
Artistas con
Haití (antología solidaria) es un proyecto humilde, como todo proyecto que
rebosa grandeza. ¿Qué pueden las palabras frente al dolor del hombre y de los
pueblos? Pero ahí las tenemos, hechas pasión y verso, pluma y pincel, en las
páginas de este libro, promovido por un grupo de autores extremeños, que han
logrado reunir por una causa justa a un numeroso grupo de poetas para ofrecer un pedazo de su corazón, un
hijo de su tinta quebrada, con el sencillo fin de lanzarlos a la calle para que
alimenten el alma de la piedad ajena, como dice en el prólogo José Manuel
Vivas.
Antonia Cerrato Martín-Romo, Amalia Mangas Durán y
Mª. Cruz Amaya León estuvieron anoche en Jerez y ofrecieron, a quien quiso
escuchar y entender, el mágico rehén de la poesía, a cambio de un puñado de
esperanza para el pueblo doliente de Haití. Nos dieron su palabra y se escuchó
también la de Dolors Alberola, Maribel Tejero, Miguel A. Lebrero, Rosa
Iglesias, Antonio Porpetta, José Cercas, Isabel Blanco, Francisco Cenamor, Fernando
Sabido… Donde hay un poema, cualquier cosa es posible.
Redacción.-