Julio Rivera presentó anoche en Jerez de la
Frontera su libro Mirar de amor, que
cierra de momento la nómina bibliográfica del poeta. El acto tuvo lugar anoche
en la Fundación Caballero Bonald y en él intervinieron, además del autor, las
poetas Josefa Parra y Dolors Alberola y la flautista Marta Perry.
Tras las palabras de Josefa Parra, que encomió el
buen hacer de Rivera y destacó su larga trayectoria de entrega a la poesía, fue
Dolors Alberola la encargada de comentar el libro presentado: Subrayo la importancia de esta mirada –dijo-
porque no es por casualidad que forma parte del título. Es preciso mirar cara a
cara al misterio, si queremos desentrañarlo. El hecho de mirar constituye, sin
duda, un acto voluntario, en el cual un sujeto dirige sus ojos a un objeto.
Cuando los posa en él, la mirada se convierte en visión. ¿Dónde radica, pues,
la diferencia? La mirada, percibe; la visión, aprehende; la mirada es un acto
sensorial, en tanto la visión abre un cauce al conocimiento intelectual.
Éste es, según Alberola, el camino que recorre el poeta a lo largo del libro,
su secreta escala mística, unas veces
al modo de San Juan de la Cruz y otras a la manera sufí, hasta llegar a la
contemplación: Julio Rivera contempla su propia experiencia vital y, lejos de
dejarse rodar hasta el lamento elegíaco, celebra lo vivido y eterniza, en el milagro de su palabra, al amor, cima de todo lo hermoso
que ha poseído.
Llegado el turno al autor, brotaron los poemas,
cuidadosamente seleccionados y pulquérrimamente recitados, que fueron
aplaudidos con entusiasmo. Marta Perry se encargó, con su flauta travesera de
los diapsálmata, pequeños intermedios musicales de sugestiva belleza.
Redacción.-