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CONVOCATORIAS

CONVOCATORIAS

Martes 5 de noviembre
19,00 h.
Ateneo de Jerez
Encuentro literario hispano-marroquí. Lectura poética.
Poetas marroquíes:
Hassan Najmi, Mourad El Kadiri, Boudouik Benamar, Azrahai Aziz, Khalid Raissouni, Ahmed Lemsyeh, Jamal Ammache y Mohamed Arch.
Poetas gaditanos:
Josefa Parra, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Mercedes Escolano, Blanca Flores y Yolanda Aldón.
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9 de abril de 2012

100 poemas para Albano Martins

Siempre pensé que cuantos escribimos, hablamos y pensamos en castellano tenemos cierta deuda con Portugal o, para ser exactos, con su lengua, sobre todo en aquellos tiempos en que portugués y gallego disfrutaban de un culto maridaje, capaz de introducir el ADN del ya casi extinto latín en la mente de los que hicieron posible la llamada norma alfonsí, conato de gramática de nuestro incipiente idioma, tan débil e impreciso todavía que el valedor del intento, Alfonso X El Sabio, recurrió al de sus vecinos para escribir sus famosas Cantigas. Hasta aquí nuestra historia común en materia lingüística, por lo demás sujeta a los mismos avatares que la política, esa hidra fratricida que, caprichosamente o al dictado de oscuros intereses, acerca o separa a los pueblos, sembrando casi siempre la discordia, la incomprensión y el mutuo desconocimiento.
                Es, desde luego, el caso de España y Portugal, que comparten el mapa de la península Ibérica y han vivido, no obstante, de espaldas, cuando la guerra no las ha enfrentado. Esto, según un dicho popular muy extendido, suele ocurrir hasta en las mejores familias.
                Sucede, por ejemplo, que nuestro Luis de Góngora, piedra fundacional de lo que fue más tarde la generación denominada del Veintisiete, apenas se conoce en Portugal, de la misma manera que, en España, para una gran mayoría, no hay vida literaria ni antes ni después de Fernando Pessoa. Hay que advertir no obstante que, en las últimas décadas, la situación ha cambiado bastante y, más allá del fado y el flamenco, la cultura de ambos países empieza a ser conocida, apreciada y estudiada en ambos lados de una frontera que, afortunadamente, puede cruzarse a pie.
                Más acá de Pessoa, son muchos los poetas que vienen construyendo con la solidez de sus obras una poesía importante, hermosa, de altos vuelos, escrita en la lengua de Camôes.
                Decía León Felipe que hay dos clases de poetas: el prometeico, que da testimonio de la luz, y el maldito, que da testimonio de las sombras. Si aceptamos, en su evidente y meridiana simplicidad, esta clasificación, habremos de admitir sin reparos de ningún género, que Albano Martins, nacido en Telhado (Fundâo, Portugal), en 1930, responde casi por antonomasia al perfil del poeta prometeico, autor de una obra que, en opinión de sus críticos y estudiosos, destaca por su radiante luminosidad: Secura verde, Inconcretos domínios, Poemas do retorno, O espaço partilhado, A voz do olhar, Castália e outros poemas, Palinódias, palimpsestos, etc., etc. acreditan un estilo forjado en el profundo conocimiento de los clásicos latinos y proclive, por tanto, a la concisión y la claridad, un magnífico sedimento donde hará germinar esa explosión de luz que, filtrada en el tamiz de su mirada, transformará el poema –cada poema- en una verdadera, rotunda revelación. El misterio, en la pulcra redoma de su expresión, investido del claror de su palabra limpia, precisa, sabiamente denotativa, abre al lector el horizonte inmenso de las más comunes experiencias humanas, que son al mismo tiempo las de naturaleza más profunda, en opinión de Eduardo Lourenço.
                De sus manos y, sobre todo, de la amistad, saber y maestría de la poeta María do Sameiro Barroso, nos llega 100 poemas para Albano Martins, editado por Labirinto, un homenaje necesario, por merecido, a este gran poeta portugués y una amplia muestra de la actualidad literaria portuguesa, en la que, sin embargo, nos hemos infiltrado algunos españoles, solidarios con la palabra de Albano Martins y amigos, desde luego, de no pocos poetas del país hermano (Fernando Esteves Pinto, Tiago Nené...) y su espléndida trayectoria.
                Sería, pues, prolijo enumerar cien nombres, uno a uno, e injusto resumirlos. Por razones, sin más,  territoriales, me ciño sólo a tres: Carlos Guerrero, Dolors Alberola y quien firma estas líneas estamos allí. Sin duda, un honor.

© Domingo F. Faílde, 2012