El programa de Canal Sur Radio «El Público» ha dado a conocer los ganadores de la X Edición de los Premios «El Público» tras la reunión, en la Hacienda Montija de Huelva, de su jurado, compuesto por representantes de los medios de comunicación y de la radio televisión pública andaluza. En poesía ha sido distinguida la escritora gaditana Pilar Paz Pasamar, por el libro Los niños interiores. La gala de entrega de premios tendrá lugar el próximo día 28 de enero en la Casa Colón de Huelva.
Pilar Paz Pasamar (Jerez de la Frontera, 1933) tal vez sea la autora que más tempranamente haya cumplido sus bodas de oro con el quehacer literario, ya que comenzó a publicar sus poemas a los doce años. Primera autora, cronológicamente hablando, de la Generación del 50, entre sus libros de relatos, ensayos artículos y poesía, -su género más celebrado y personal- destacan: Mara (1951), Los buenos días (1954), accésit del Premio Adonais, Ablativo amor (1956), Del abreviado mar (1957), La soledad contigo (1960), Violencia inmóvil (1967), La torre de Babel y otros asuntos (1982), Textos lapidarios (1990), Philomena (1994) y Sophía (2003), así como las antologías La alacena (1986), y Ópera lecta (2001). Entre sus ensayos, el adelantadísimo Poesía femenina de lo cotidiano (1964), La poesía femenina hispanoamericana y la búsqueda de identidades (1992), Fernando Quiñones y José Luis Tejada en la época de Platero (2000), o En torno a Rafael Alberti y las Américas (2001). Autora teatral de piezas como El Desván, en colaboración con el dramaturgo José María Rodríguez Méndez (1955) y Campanas para una ciudad (1987), así como de los libros de relatos La dama de Cádiz (1990), Historias balnearias (1999) e Historias bélicas (2004). Su obra ha sido traducida a varios idiomas e incluida en diversas y recopilaciones y antologías.
Los niños interiores es un libro de consumación y madurez, un libro que sirve de perfecta última entrega de su obra poética, con una modernidad sorprendente, y corona una trayectoria en la que sus grandes temas y tonos, desde la senda juanramoniana de Animal de Fondo o Espacio y Tiempo, siguen siendo la memoria, la trascendencia, la preocupación por lo humano, y el peso inmenso de la divinidad que palpita en lo cotidiano, enviando sus mensajes y códigos cifrados. Un poemario que pone en valor y hace vigente las tradiciones más clásicas y las más contemporáneas, las secretas y reveladas, las de oriente y occidente, las de lo humano y lo divino. Un libro que habla de la diversidad de la voz interior y de la exterior, de la relación con el mundo y el creador con la misma naturalidad e inocencia de esos niños que viven y hablan, si se les escucha, desde el fondo de nosotros.
Pilar Paz Pasamar (Jerez de la Frontera, 1933) tal vez sea la autora que más tempranamente haya cumplido sus bodas de oro con el quehacer literario, ya que comenzó a publicar sus poemas a los doce años. Primera autora, cronológicamente hablando, de la Generación del 50, entre sus libros de relatos, ensayos artículos y poesía, -su género más celebrado y personal- destacan: Mara (1951), Los buenos días (1954), accésit del Premio Adonais, Ablativo amor (1956), Del abreviado mar (1957), La soledad contigo (1960), Violencia inmóvil (1967), La torre de Babel y otros asuntos (1982), Textos lapidarios (1990), Philomena (1994) y Sophía (2003), así como las antologías La alacena (1986), y Ópera lecta (2001). Entre sus ensayos, el adelantadísimo Poesía femenina de lo cotidiano (1964), La poesía femenina hispanoamericana y la búsqueda de identidades (1992), Fernando Quiñones y José Luis Tejada en la época de Platero (2000), o En torno a Rafael Alberti y las Américas (2001). Autora teatral de piezas como El Desván, en colaboración con el dramaturgo José María Rodríguez Méndez (1955) y Campanas para una ciudad (1987), así como de los libros de relatos La dama de Cádiz (1990), Historias balnearias (1999) e Historias bélicas (2004). Su obra ha sido traducida a varios idiomas e incluida en diversas y recopilaciones y antologías.
Los niños interiores es un libro de consumación y madurez, un libro que sirve de perfecta última entrega de su obra poética, con una modernidad sorprendente, y corona una trayectoria en la que sus grandes temas y tonos, desde la senda juanramoniana de Animal de Fondo o Espacio y Tiempo, siguen siendo la memoria, la trascendencia, la preocupación por lo humano, y el peso inmenso de la divinidad que palpita en lo cotidiano, enviando sus mensajes y códigos cifrados. Un poemario que pone en valor y hace vigente las tradiciones más clásicas y las más contemporáneas, las secretas y reveladas, las de oriente y occidente, las de lo humano y lo divino. Un libro que habla de la diversidad de la voz interior y de la exterior, de la relación con el mundo y el creador con la misma naturalidad e inocencia de esos niños que viven y hablan, si se les escucha, desde el fondo de nosotros.
Redacción.-