Con el sello de Calambur, ha salido a la luz de las librerías el último libro de Pilar Paz Pasamar, poeta gaditana que, en su fecunda veteranía, es un hito viviente de la que ha dado en denominarse Generación del 50.
Se trata de Los niños interiores, que la autora, tras haberlo hecho en Madrid, presentó anoche en Jerez, llenando el salón de actos de la Fundación Caballero Bonald.
Tras los protocolos de rigor, el poeta Manuel Francisco Reina efectuó un brillante recorrido por la trayectoria de Paz Pasamar, que resumió con acierto, esbozando una imagen nítida y entrañable de quien él considera su madre poética.
Manuel Francisco Reina se refirió a Los niños interiores, destacando el vigor de su escritura, que tiende un puente entre el niño que todos llevamos dentro y la divinidad. La sombra de Santa Teresa tutela, a la distancia debida y necesaria, la visión del castillo interior que la autora va abriendo verso a verso, hasta alumbrar lo externo, en un canto impregnado de misticismo, pero también de humana ternura.
Intervino, por último, la propia Pilar Paz Pasamar que, con lenguaje austero, aunque caluroso, comentó los poemas más significativos del libro, a los que dio lectura. Al final, visiblemente emocionada, escuchó la sonora salva de aplausos que el auditorio le dedicó.
Redacción.-
Se trata de Los niños interiores, que la autora, tras haberlo hecho en Madrid, presentó anoche en Jerez, llenando el salón de actos de la Fundación Caballero Bonald.
Tras los protocolos de rigor, el poeta Manuel Francisco Reina efectuó un brillante recorrido por la trayectoria de Paz Pasamar, que resumió con acierto, esbozando una imagen nítida y entrañable de quien él considera su madre poética.
Manuel Francisco Reina se refirió a Los niños interiores, destacando el vigor de su escritura, que tiende un puente entre el niño que todos llevamos dentro y la divinidad. La sombra de Santa Teresa tutela, a la distancia debida y necesaria, la visión del castillo interior que la autora va abriendo verso a verso, hasta alumbrar lo externo, en un canto impregnado de misticismo, pero también de humana ternura.
Intervino, por último, la propia Pilar Paz Pasamar que, con lenguaje austero, aunque caluroso, comentó los poemas más significativos del libro, a los que dio lectura. Al final, visiblemente emocionada, escuchó la sonora salva de aplausos que el auditorio le dedicó.
Redacción.-