En ausencia de José Lupiáñez, que no pudo desplazarse a Jerez, el periodista Marco Antonio Velo presentó en sociedad La década sombría, número 21 de la colección Hojas de Bohemia, que edita EH, y a su autor, el poeta granadino Fernando de Villena.
Velo, que realizó su cometido con brillantez, elegancia y modestia, apoyándose con frecuencia en la autoridad del prologuista ausente, destacó el buen hacer del autor y su maestría indudable, acreditada a lo largo de una ya dilatada trayectoria y puesta de relieve, una vez más, en el que, de momento, la cierra.
Fernando de Villena, en el vórtice de su madurez, desveló el contenido del libro a través de una breve selección de poemas, a los que dio lectura, conquistando al auditorio con la suave firmeza de su voz y una serenidad sobrecogedora. El poeta granadino, sin aspavientos de ninguna clase, demostró lo evidente: que es uno de los grandes y que, sin duda alguna, La década sombría está llamado a ser uno de los libros más importantes de estos tiempos difíciles.
Mientras, parsimonioso y atento, rubricaba ejemplares, se multiplicaron los comentarios y hubo incluso entre los presentes quien aseguró que éste era el mejor de la colección. Razones, desde luego, no le faltaban, pues a nadie pasó desapercibida la extrema desnudez de los versos, en un ejercicio de purificación estética, ajena sin embargo al tedioso minimalismo de muchos poetas contemporáneos. Y así, ayuno de equipaje, con el escalofrío de quien sabe inmolarse en cada sílaba, con sólo la belleza de la palabra a cuestas, Fernando de Villena, el enorme Fernando de Villena, pasó revista al hoy, de manera que la voz lírica iba de la memoria a los asuntos, del latido interior a la simplicidad de la vida diaria, anunciando la buena nueva de la esperanza, a pesar de las tropelías de una literatura encanallada o los tremendos crímenes que el interés económico y la política consuman diariamente, sin concesiones al prosaísmo, sin gritos ni afectaciones, en una lección magistral de lo que, pese a todo, sigue siendo no más la poesía.
© Domingo F. Faílde.-