Mariano Rivera Cross presentó anoche su novela La parrilla invertida, subtitulada El corazón de Felipe II. En acto, que congregó a un numeroso público, tuvo lugar en la Escuela de Hostelería, dentro del ciclo Una copa de Paquiro con…, que ofreció a los habituales una de las veladas más brillantes del mismo.
Tras las palabras de bienvenida de Álvaro Quintero, que efectuó una amplia semblanza de los oradores, intervino la presentadora, doña Dolores Rodríguez Doblas, catedrática de Historia, quien con palabra fácil y encomiable sentido docente habló del marco histórico en que se encuadra la narración y elogió la fidelidad del autor a las fuentes historiográficas y su rigurosa reconstrucción de un personaje difícil, deformado por las leyendas negra y rosa que se fueron creando en torno a su persona. Así, pues, historia y ficción se entrelazan en el discurso, de modo que al lector le resulta imposible determinar los límites de una y otra.
Cerró el acto el autor. Mariano Rivera explicó a los oyentes la génesis de su novela, inspirada en El Escorial –donde ha residido y de cuyo Instituto fue profesor-. La visión de aquel sitio y la bellísima fábrica arquitectónica diseñada por el propio monarca cuestionaron el concepto que acerca de éste tuviera y, frente al Felipe II poderoso, frío, calculador y cruel, que difunde la historia, fue creciendo la figura de un hombre sensible, traumatizado por la ausencia del padre, la pérdida temprana de su madre y las muertes que diezmaron su entorno sentimental. El altivo rey de España era un ser débil, que buscaba consuelo en los brazos de Isabel Ossorio, el gran amor de su vida, inmolado en aras de su mesiánico cometido. La renuncia de ambos, en efecto, está relacionada con el símbolo que da título al libro, esa parrilla invertida que corona la puerta de uno de los edificios escurialenses.
Tras la firma de ejemplares, se sirvió una copa de vino, iniciándose una larga y amena tertulia.
Tras las palabras de bienvenida de Álvaro Quintero, que efectuó una amplia semblanza de los oradores, intervino la presentadora, doña Dolores Rodríguez Doblas, catedrática de Historia, quien con palabra fácil y encomiable sentido docente habló del marco histórico en que se encuadra la narración y elogió la fidelidad del autor a las fuentes historiográficas y su rigurosa reconstrucción de un personaje difícil, deformado por las leyendas negra y rosa que se fueron creando en torno a su persona. Así, pues, historia y ficción se entrelazan en el discurso, de modo que al lector le resulta imposible determinar los límites de una y otra.
Cerró el acto el autor. Mariano Rivera explicó a los oyentes la génesis de su novela, inspirada en El Escorial –donde ha residido y de cuyo Instituto fue profesor-. La visión de aquel sitio y la bellísima fábrica arquitectónica diseñada por el propio monarca cuestionaron el concepto que acerca de éste tuviera y, frente al Felipe II poderoso, frío, calculador y cruel, que difunde la historia, fue creciendo la figura de un hombre sensible, traumatizado por la ausencia del padre, la pérdida temprana de su madre y las muertes que diezmaron su entorno sentimental. El altivo rey de España era un ser débil, que buscaba consuelo en los brazos de Isabel Ossorio, el gran amor de su vida, inmolado en aras de su mesiánico cometido. La renuncia de ambos, en efecto, está relacionada con el símbolo que da título al libro, esa parrilla invertida que corona la puerta de uno de los edificios escurialenses.
Tras la firma de ejemplares, se sirvió una copa de vino, iniciándose una larga y amena tertulia.
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Redacción.-