El pasado día 7 de diciembre, se falló la XVIII edición del premio de poesía “Mariano Roldán”, que ha ganado Domingo F. Faílde.
Su libro, Retrato de heterónimo, fue valorado por el jurado como uno de los mejores libros que se han presentado en la trayectoria del premio, según manifestó a la prensa su portavoz, José María Molina Caballero, quien mostró su satisfacción por la unanimidad del jurado al elegir al premiado. Las claves de esta valoración residen en unos textos sobresalientes, a los que se añade un componente de originalidad, con unos finales sorpresivos. Por esta misma razón, a diferencia de años anteriores, para Molina este autor, o al menos este poemario, no es fácil de clasificar, de manera que, aunque tenga algunos tintes cultistas o de poesía de la experiencia, por encima de todo posee una voz muy personal e independiente.
Similares características observó el también poeta y miembro del jurado Manuel Gahete, que manifestó su sorpresa por el hecho de que detrás de un libro tan fresco, juvenil y con ansia de ser postmoderno estuviera un hombre con una trayectoria tan amplia. Para Gahete, también hay un regusto quevediano y barroco en una obra que aparentemente es simpática, pero que encierra muchos guiños a la muerte, a la decepción y al fracaso, todo ello tamizado por una chispa de ironía ante la adversidad del ser humano. Tal vez en esa compensación radique la originalidad del libro.
Los responsables del premio aseguraron que la publicación de Retrato de heterónimo, en la colección Ánfora Nova, tendrá lugar la próxima primavera.
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Redacción.-
Su libro, Retrato de heterónimo, fue valorado por el jurado como uno de los mejores libros que se han presentado en la trayectoria del premio, según manifestó a la prensa su portavoz, José María Molina Caballero, quien mostró su satisfacción por la unanimidad del jurado al elegir al premiado. Las claves de esta valoración residen en unos textos sobresalientes, a los que se añade un componente de originalidad, con unos finales sorpresivos. Por esta misma razón, a diferencia de años anteriores, para Molina este autor, o al menos este poemario, no es fácil de clasificar, de manera que, aunque tenga algunos tintes cultistas o de poesía de la experiencia, por encima de todo posee una voz muy personal e independiente.
Similares características observó el también poeta y miembro del jurado Manuel Gahete, que manifestó su sorpresa por el hecho de que detrás de un libro tan fresco, juvenil y con ansia de ser postmoderno estuviera un hombre con una trayectoria tan amplia. Para Gahete, también hay un regusto quevediano y barroco en una obra que aparentemente es simpática, pero que encierra muchos guiños a la muerte, a la decepción y al fracaso, todo ello tamizado por una chispa de ironía ante la adversidad del ser humano. Tal vez en esa compensación radique la originalidad del libro.
Los responsables del premio aseguraron que la publicación de Retrato de heterónimo, en la colección Ánfora Nova, tendrá lugar la próxima primavera.
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Redacción.-