Algar es un simpático pueblo de la sierra gaditana, en el que apenas viven mil seiscientas personas, rodeado por la naturaleza, verdadera reina y señora de aquellos pagos. Sus pequeñas dimensiones no son óbice, sin embargo, para exhibir con orgullo una hermosa biblioteca, cuya responsable, Mercedes Rodríguez, la mima, la proyecta a su entorno social y casi se diría la mete en las casas de sus vecinos.
Éste fue el escenario de la lectura poética que, bajo el patrocionio del Centro Andaluz de las Letras, ofreció Dolors Alberola el día 30 de noviembre, ante un auditorio que, en relación con el censo de la localidad, puede calificarse de numeroso. En efecto, ante una treintena de personas, que la siguieron con evidente interés, la autora recorrió su propia obra, a través de los textos más importantes de cuantos integran su producción, para cerrar el acto reivindicando la figura de José Ángel Valente, de quien leyó unos poemas.
Al final, tras un coloquio lleno de espontánea frescura, la poeta y sus lectores compartieron un ágape.
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© Redacción.-
Éste fue el escenario de la lectura poética que, bajo el patrocionio del Centro Andaluz de las Letras, ofreció Dolors Alberola el día 30 de noviembre, ante un auditorio que, en relación con el censo de la localidad, puede calificarse de numeroso. En efecto, ante una treintena de personas, que la siguieron con evidente interés, la autora recorrió su propia obra, a través de los textos más importantes de cuantos integran su producción, para cerrar el acto reivindicando la figura de José Ángel Valente, de quien leyó unos poemas.
Al final, tras un coloquio lleno de espontánea frescura, la poeta y sus lectores compartieron un ágape.
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