Anoche, con la tarde nublada pero a flote la poesía,
Domingo F. Faílde, presentó en Alejandría,
Libros & Café su flamante libro, pocos días más tarde de haber hecho lo
propio en Madrid. La introducción al mismo estuvo a cargo de Josela Maturana,
que realizó un estudio magnífico sobre la obra, aderezando La mala letra con magníficas imágenes que enriquecieron más si cabe
su discurso. El público aplaudió absorto y atrapado tanto por la disquisición
como por los poemas con que Faílde regaló sus oídos. Una velada más, que nos
dejó la esperanza de que en una sociedad tan sucia como la que tenemos montada,
todavía queda hermosura para sobrevivirla.
Josela Maturana fue desmenuzando las tres partes
del libro con tal acierto que hasta el propio autor quedó maravillado ante su
decir y sirva de muestra también para dejar entrever cómo el autor se hizo con
el público el hecho de que se le pidieran dos repitos, tal si se tratara de un
actualísimo recital de música, hermana al fin y al cabo de la poesía bien
construida.
Sobre La mala
letra, agregar que es un libro certero, en el que la voz lírica se debate
con una existencia no de su agrado, pero de la que no desea, al fin, escapar,
gracias al don recibido de la palabra literaria. Poema a poema va repasando
momentos de la realidad y detallando, como en una especie de damero, el blanco
y el negro de cada situación, ganando siempre la partida el hecho de llevarlo a
cabo con imágenes altamente novedosas y conglomerantes y una musicalidad
perfecta. Así debieran ser todas las exposiciones en público, así debiera ser
siempre lo que se viene a llamar poesía.
Redacción.-