Justo Navarro (Granada, 1953) vivió en Pisa durante el segundo semestre de 2009 y allí, dice que de manera fortuita, se topó con las huellas de Ezra Pound, quien, a través de la radio y otros medios, exaltaba el fascismo con tanto entusiasmo que los servicios secretos de Mussolini llegaron a plantearse la posibilidad de que el poeta norteamericano fuese un agente doble. A partir de estos hechos, concibe el autor la ficción de un Ezra Pound espía, que alimenta con datos biográficos, sucesos históricos y abundantes exploraciones en la compleja personalidad del protagonista.
Justo Navarro, estudioso de la literatura y narrador avezado, administra con tino las técnicas de su oficio y, sobre la base de un discurso en tercera persona, hace emerger con fuerza otros puntos de vista –entre ellos, el suyo, bajo la máscara de un supuesto traductor- , con lo cual se agiliza y enriquece el relato.
Desde el punto de vista estilístico, cabe destacar la concisión de una prosa cuidada con esmero, en la que se solapa cierto aliento poético.
El espía, publicado por Anagrama, fue presentado anoche por su autor y Mauricio Gil Cano en el salón de actos de la Fundación Caballero Bonald, en Jerez.
Redacción.-