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CONVOCATORIAS

CONVOCATORIAS

Martes 5 de noviembre
19,00 h.
Ateneo de Jerez
Encuentro literario hispano-marroquí. Lectura poética.
Poetas marroquíes:
Hassan Najmi, Mourad El Kadiri, Boudouik Benamar, Azrahai Aziz, Khalid Raissouni, Ahmed Lemsyeh, Jamal Ammache y Mohamed Arch.
Poetas gaditanos:
Josefa Parra, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Mercedes Escolano, Blanca Flores y Yolanda Aldón.
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29 de mayo de 2006

Miguel Florián: "Gilgamesh"

Quienes se han acercado a la obra de Miguel Florián (Ocaña, Toledo, 1953) suelen coincidir en la identificación de los elementos que dan vigor, textura y sustancia a una poesía “que trasmina auténtico sabor, tacto, color, belleza”, en palabras de Julio Asencio, prologuista de “Gilgamesh”.
En nota introductoria, el propio autor advierte a los lectores que su “encuentro con la leyenda del héroe sumerio (...) se remonta a los años juveniles”, y es cierto. Algunos de estos textos fueron anticipados por el poeta en entregas ocasionales, a bordo de revistas o publicación similar. No importa. Sí, al contrario, el hecho de insistir sobre ellos, revisándolos en sucesivas lecturas hasta, al fin, alumbrarlos en este libro, cuyo título, escueto pero significativo, nos conduce al meollo de la cuestión.
¿Cuál es ésta?, se estarán preguntando. Pues muy sencillo y claro: Florián, profesor de Filosofía y estudioso de la materia, no suele dar rodeos a las cosas y va directo al grano de su esencia u origen. “El poema de Gilgamesh”, considerado, “la más arcaica epopeya de la humanidad de que tenemos noticia”, nos remite a la ensoñación de un espacio y un tiempo fundacionales: la palabra, en efecto, inicia su andadura para nombrar el mundo y expandirlo, pues en esto último consiste el lenguaje poético. Y si el ‘logos’ explica la realidad, el mito abre las puertas del misterio. A este milagro llamamos poesía.
Por tanto, si “El poema de Gilgamesh” inaugura el lenguaje creador, el “Gilgamesh” de Miguel Florián tiende un puente al origen y enlaza, justamente, con lo que la apopeya de la palabra tiene, ayer como hoy, de validez: su carácter inicial –ya se ha dicho- y, a la vez, iniciático, al expresar con hechos la continua aventura del ser humano en busca de la inmortalidad.
Los fragmentos del texto original (irrelevante, en este caso, el mayor o menor acierto del traductor, aunque hayamos de agradecer al poeta su esmerada elección al respecto) se convierten en ese primer verso que, tal suele decirse, siempre dictan los dioses al autor, aunque pueda el lector, por su parte, leerlos como citas. Sea como sea y a pesar de que, como es lógico, los poemas adquieren vida propia, la voz lírica encuentra en Gilgamesh una especie de guía o gurú que le invita a explorar las claves esenciales del texto primigenio.
El sexo, por ejemplo. La constante batalla entre el amor y la muerte. El regreso final a las fuentes de la existencia y, en palabras del prologuista, “a las raíces del conocimiento”.
Texto y pretexto configuran aquí un discurso homogéneo, que ensalza lo sencillo y natural, lo telúrico, en suma, en sintonía con los valores y aspiraciones del espíritu humano.
Todo ello, trasplantado al plano formal, obtiene un resultado matemático, en términos de claridad, expresado en poemas cuya característica más notable sea, sin lugar a dudas, el equilibrio: la música trascurre cadenciosa y serena como un blues, sin que nada perturbe la calma del discurso ni el gozo o el dolor se encaramen en sus contrarios, transmitiendo la sensación de que todas las cosas, a despecho de la dialéctica, lejos de contradecirse –ya lo escribió Machado-, se complementan.
De ahí que se destaque la armonía, enunciando, sin más, la cualidad del ser: la luz, el color, el olor, el tacto; todas las sensaciones que, procesadas por la experiencia, recomponen el mundo y dan paso al concepto. Florián, en este libro, diseña en cierto modo lo que ha sido, hasta ahora, su poética, anticipando o, por razones cronológicas, pasando oportuna revista a las claves de su escritura.
Cabe felicitarnos, en cualquier caso, por la publicación de un libro* rotundamente hermoso, que llena de sentido el gozo de leer.


* Miguel Florián: "Gilgamesh"
EH Editores, Jerez Fra., 2006
Colección "Hojas de bohemia", núm. 1
© Domingo F. Faílde
30.05.06.-