Un jurado presidido por Carlos Álvarez e integrado también por Manuel Rico, Matías Muñoz, Manuela Tempodeli, Cristobal López de la Manzanara y Pepe Tarducci, director del Ateneo Obrero 1º de Mayo, que actuó como secretario, sin voz ni voto, concedió el X Premio de Poesía “Andrés García Madrid”, convocado por la referida entidad, a Domingo F. Faílde.
El trabajo galardonado, Confesión general, es un extenso poema que, en palabras del autor, se inscribe en el ciclo creativo de La sombra del celindo y, en consecuencia, recoge la memoria de una infancia sombría, constreñida por los fantasmas de la reciente contienda y la demoledora presión del nacional-catolicismo.
Los recuerdos del poeta se mezclan con los terribles testimonios, leídos o escuchados, de la implacable represión, componiendo un retablo sobrecogedor, cuya única luz la aporta la mirada de un niño –la propia voz lírica- que, para llevar el desayuno a su padre, recorre las calles de la ciudad y asiste al espectáculo del dolor colectivo. La pérdida de la inocencia marca el inicio de la conciencia y los orígenes de una rebeldía.
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Redacción.-
El trabajo galardonado, Confesión general, es un extenso poema que, en palabras del autor, se inscribe en el ciclo creativo de La sombra del celindo y, en consecuencia, recoge la memoria de una infancia sombría, constreñida por los fantasmas de la reciente contienda y la demoledora presión del nacional-catolicismo.
Los recuerdos del poeta se mezclan con los terribles testimonios, leídos o escuchados, de la implacable represión, componiendo un retablo sobrecogedor, cuya única luz la aporta la mirada de un niño –la propia voz lírica- que, para llevar el desayuno a su padre, recorre las calles de la ciudad y asiste al espectáculo del dolor colectivo. La pérdida de la inocencia marca el inicio de la conciencia y los orígenes de una rebeldía.
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