Las ferias del libro, un acontecimiento cultural y festivo que, en los años oscuros de la dictadura y luego en la transición, desempeñaron una importante labor social, ya no son lo que eran. Sin embargo, por estas fechas, florecen en ciudades y pueblos, acercando al viandante su peculiar producto. El pasado viernes, la Ilustrísima Señora Alcaldesa de Jerez inauguró la propia, que no parece entusiasmar a nadie. En el artículo de El Callejón del Gato, dentro de la sección La sombra del celindo, Domingo F. Faílde reflexiona sobre este evento.
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