En los tiempos que corren, aventura es abrir cualquier negocio. Eso dicen. Y dicen y aseguran que, entre todos, el más ruinoso, sin lugar a dudas, es el trabajo por cuenta ajena: el de toda la vida. A éste, sin embargo, mucho me temo le haya salido un serio competidor, pues poner una librería en el país que encabeza el hit parade internacional de alergia a la lectura, se me antoja o suicidio o heroicidad.
Quiero pensar se trate de lo último, pues quienes emprendieron este albur cuentan a sus espaldas con un largo historial de negocios atípicos: primero, una editorial; segundo, una colección de libros de poesía; y, ahora, la librería. No sé qué pensará la patronal de turno ni me importa, a decir verdad; pero tengo la sensación de que empresas de esta índole andan poniendo en valor muchos sueños, a pesar de la crisis y otros conceptos talismán de un sistema empeñado en sucederse a sí mismo.
Al mediodía de hoy, un nuevo establecimiento consagrado al libro ha abierto sus puertas en Jerez de la Frontera. El acto de inauguración dio comienzo a las doce y media y fue iniciado por Francisco Romero, director de la Escuela de Hostelería, que presentó a las autoridades presentes y a las poetas que amadrinaron la botadura de la nueva nave, bautizada, cómo no, con el nombre de Hojas de Bohemia.
Pilar Paz Pasamar y Dolors Alberola arrojaron al costado de la librería el champán de sus versos y lo hicieron como ellas acostumbran a hacerlo: con seriedad, con brilantez, con belleza, engalanando un acto que tuvo todavía un colofón sabroso, con los mejores vinos de la tierra y exquisitos manjares.
Quiero pensar se trate de lo último, pues quienes emprendieron este albur cuentan a sus espaldas con un largo historial de negocios atípicos: primero, una editorial; segundo, una colección de libros de poesía; y, ahora, la librería. No sé qué pensará la patronal de turno ni me importa, a decir verdad; pero tengo la sensación de que empresas de esta índole andan poniendo en valor muchos sueños, a pesar de la crisis y otros conceptos talismán de un sistema empeñado en sucederse a sí mismo.
Al mediodía de hoy, un nuevo establecimiento consagrado al libro ha abierto sus puertas en Jerez de la Frontera. El acto de inauguración dio comienzo a las doce y media y fue iniciado por Francisco Romero, director de la Escuela de Hostelería, que presentó a las autoridades presentes y a las poetas que amadrinaron la botadura de la nueva nave, bautizada, cómo no, con el nombre de Hojas de Bohemia.
Pilar Paz Pasamar y Dolors Alberola arrojaron al costado de la librería el champán de sus versos y lo hicieron como ellas acostumbran a hacerlo: con seriedad, con brilantez, con belleza, engalanando un acto que tuvo todavía un colofón sabroso, con los mejores vinos de la tierra y exquisitos manjares.
© Domingo F. Faílde.-