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CONVOCATORIAS

CONVOCATORIAS

Martes 5 de noviembre
19,00 h.
Ateneo de Jerez
Encuentro literario hispano-marroquí. Lectura poética.
Poetas marroquíes:
Hassan Najmi, Mourad El Kadiri, Boudouik Benamar, Azrahai Aziz, Khalid Raissouni, Ahmed Lemsyeh, Jamal Ammache y Mohamed Arch.
Poetas gaditanos:
Josefa Parra, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Mercedes Escolano, Blanca Flores y Yolanda Aldón.
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18 de abril de 2007

"De piedra y sombra", en la Academia de San Dionisio


El 17 de abril, a las 20,30 horas, Dolors Alberola presentó su antología “De piedra y sombra” en la Academia de San Dionisio.
Tras las introducciones protocolarias, intervino Domingo F. Faílde, como autor de la selección y el estudio que precede a los textos, quien justificó este trabajo por la necesidad de ofrecer a lectores y crítica una síntesis clara y ordenada de la obra poética de la autora, que ha publicado hasta la fecha más de una veintena de títulos (“Cementerio de nadas”, “El monte trémulo”, “Acaso más allá”, “El libro negro”, “Arte de perros” o “Ángel oblicuo”, entre otros), contribuyendo así al conocimiento de su trayectoria, larga y fecunda.
La poesía de Dolors Alberola -afirmó- rehuye de modelos y apriorismos. La suya, una obra independiente, ajena a planteamientos de grupo o generacionales. Por esta misma causa, se recrea en lo auténtico, y atiende a la palabra más que al diseño sintáctico de sus enunciados. Es el alma de los significantes y la batuta métrica del poema. De ella dijo Josela Maturana que sus poemas no defraudan jamás.
Y es que, efectivamente, los poemas de Dolors Alberola son perfectas arquitecturas, en cuyo logro suele desplegarse toda una batería de recursos que, utilizados con destreza suma, delimitan la idea y enriquecen su contexto significativo. Célebres al respecto son la “Oda posterior a la última oda”, “El mito de Brownin”, “No hubiera amor más grande”, “Como cada domingo”... En ellos manifiesta su obsesión por la música, cuya ascendencia habría que buscarla en la estética de J. E. Cirlot, uno de los poetas a quienes reconoce como maestros, sin olvidar por ello otras presencias (Neruda, Luís Cernuda, José Hierro, Alejandra Pizarnik y Olga Orozco) que han contribuido a templar el acero hermosísimo de su voz, una de las más hondas, lúcidas y singulares de la poesía española contemporánea.Tras un cuarto de siglo de creación incesante, quien se acerque a la obra de Dolors Alberola, rica en registros, variada por su culto a la amenidad –aquel delectandum docere, que dijo Cicerón- y, por su demostrado dominio del lenguaje, llegará fácilmente a la conclusión de que, en medio de tanta abundancia y diversidad, sobresalen –es de rigor- las obsesiones fundamentales de una autora que rechaza denominarse poetisa y opta por el sustantivo poeta, porque la poesía, como la inteligencia, va más allá del sexo: el tiempo, el dolor y la muerte. Y, como todo engendre su contrario, situaremos en el otro platillo de la balanza el contrapeso hermoso del amor, el culto a la palabra y al poema y esa santa locura, casi mística, que la conduce al número pitagórico, a la armonía del cosmos y a la intuición de la divinidad. Sobre estos elementos, transgrediendo las lindes del espacio y el tiempo y usando el surrealismo como instrumento de exploración suprarracional, ha construido un universo propio que, por medio del lenguaje de la poesía, abre todas sus puertas y ventanas, se hace comunicable y se propone a la participación.
Cerró el acto Dolors Alberola, dando lectura a diez de los poemas antologados, a los cuales hubo de añadir, a petición del público, su "Oda posterior a la última oda", que puso broche de oro a la velada.
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Redacción.-