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CONVOCATORIAS

CONVOCATORIAS

Martes 5 de noviembre
19,00 h.
Ateneo de Jerez
Encuentro literario hispano-marroquí. Lectura poética.
Poetas marroquíes:
Hassan Najmi, Mourad El Kadiri, Boudouik Benamar, Azrahai Aziz, Khalid Raissouni, Ahmed Lemsyeh, Jamal Ammache y Mohamed Arch.
Poetas gaditanos:
Josefa Parra, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Mercedes Escolano, Blanca Flores y Yolanda Aldón.
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6 de octubre de 2013

"Juego de imanes": Dolors Alberola gana el premio Ramón de Campoamor


                En los imanes, como en la vida, como en la forma esférica que se atribuye al mundo, siempre hay dos polos. Todo indica, por tanto, que el ser es dual. Nos hallamos ante una de las leyes fundamentales de la dialéctica: la oposición de los contrarios, que, quizá, como dijo Antonio Machado, sean, en el fondo, complementarios. Realidad y utopía, bien y mal, día y noche, saber e ignorancia, luz y sombra, placer y dolor, amor y odio, vida y muerte… ilustran este aserto, que certifica el movimiento de lo existente y también su destino.
                Esta metáfora, magnética y atractiva, conforma los poemas de Juego de imanes, el libro con que Dolors Alberola acaba de ganar el premio de poesía Ramón de Campoamor, en la tierra natal del poeta. A través de las tres partes en que se estructura, Alberola realiza una profunda reflexión sobre la dualidad del hombre, en la que mezcla experiencia y conocimiento, en versos de gran densidad, lenguaje sencillo y tono confidencial.
                En la primera parte, titulada Astrolabio, la autora mira al mundo, constatando aquella polaridad que se erige en motor de la obra. La naturaleza asoma a sus versos a manera de marco imprescindible, nimbada sin embargo por una sombra casi imperceptible, que acecha el devenir de las criaturas. A su esplendor opone la ceniza, auténtica anagnórisis de la historia de la humanidad.
 A contracarne, la segunda, nos conduce a la esfera de la emotividad, de los sueños, del amor y el deseo como tabla de salvación: una isla, en medio de lo oscuro, donde fuera posible escapar  de la muete.
Por último, Insistencia en la noche, con su juego de luces y sombras, nos conduce al gran drama de la existencia y un destino que acaso tenga también su contradicción. Somos hijos de la noche, afirma la poeta, que, en una intensa y bien escalada enumeración,  busca a duras penas la luz en la palabra,/ la única, el venero, la hacedora de mundos tan distintos,/ la precursora, el todo, la verdad, el alimento ebrio del poema.

Redacción.-