A la hora de
pergeñar estas líneas, el cronista no sabe si en Jerez –el Jerez oficial, quiere decir- se habrán
organizado muchos actos por aquello del Día del Libro, aunque probablemente más
valiera que el susodicho pasase tal de incógnito por innecesario y, desde
luego, al margen de tentaciones manipuladoras, dirigistas y hasta liberticidas,
que a todas ellas nos tienen acostumbrados.
Es igual. Aquí
está, como siempre, la poesía, flameando en la adusta primavera del sur, como
esas banderas que tanto entusiasman a algunos, para que nadie quede sin su
ración cotidiana de pan ni el aire que, en palabras de Celaya –ya menos
denostado que hace una década-, exigimos nada más y nada menos que trece veces por minuto.
Aquí está, de la
mano de Dolors Alberola, esta tarde en el CEIP El Membrillar, ante padres y
madres que, a despecho de penurias, transmitidas y congénitas, recortes y
falacias, inauguraban la biblioteca del Centro, en un gesto sublime de
esperanza.
En ella, en la
palabra, en poemas de autores como Dolors Alberola, está la garantía de un
futuro de paz, justicia y libertad.
Redacción.-