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CONVOCATORIAS

CONVOCATORIAS

Martes 5 de noviembre
19,00 h.
Ateneo de Jerez
Encuentro literario hispano-marroquí. Lectura poética.
Poetas marroquíes:
Hassan Najmi, Mourad El Kadiri, Boudouik Benamar, Azrahai Aziz, Khalid Raissouni, Ahmed Lemsyeh, Jamal Ammache y Mohamed Arch.
Poetas gaditanos:
Josefa Parra, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Mercedes Escolano, Blanca Flores y Yolanda Aldón.
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24 de junio de 2009

Ayer, en la Casa de las Mujeres. Acto cívico y literario en defensa de la libertad sexual















Con ocasión del Día del Orgullo Gay, diversas asociaciones, con el apoyo institucional del Ayuntamiento, a traves de la Delegación de la Mujer, celebraron ayer, a las siete de la tarde, un acto cívico y literario en defensa de la libertad sexual, que fue conducido por las poetas Dolors Alberola y Josefa Parra, y en el cual se dieron cita diversas personalidades de la vida política y social jerezana.
La delegada de Igualdad y Salud, Margarida Ledo Coelho, elogió la tratectoria de los colectivos de lesbianas y gays y su lucha por la libertad e igualdad, advirtiendo a la concurrencia de la reversibilidad de las conquistas sociales y, en consecuencia, la necesidad de defenderlas continuamente.
Dolors Alberola y Josefa Parra reivindicaron en sus respectivos discursos, jalonados de frases certeras de diferentes autores, el papel saludablemente transgresor de estos movimientos. Ahora, cuando las fuerzas de la reacción agazapan sus veleidades involucionistas en el falaz pretexto de defender la vida, reivindicar la libre sexualidad se erige como la única forma de proclamar el amor a la vida y a sus protagonistas.
Finalizado el acto, que tuvo lugar en los claustros de la Casa de las Mujeres, se sirvió a los numerosos asistentes una copa de vino.   

Redacción.-

18 de junio de 2009

Anoche, en Jerez. Poetas y artistas rindieron un emotivo homenaje a Mario Benedetti















Ayer, a la caída de la tarde, tuvo lugar en el salón de usos múltiples de la Escuela de Hostelería un acto literario, como homenaje póstumo a Mario Benedetti. Participaron en él poetas y artistas, que leyeron sus propios versos y los del autor homenajeado: Álvaro Quintero, Dolors Alberola, Mariano Rivera Cross, Javier de Miguel Cuesta, Silvina Sayago y Susana Díaz Artidiello, arropados por el público, muy numeroso, que asistió al evento.
Las palabras de Álvaro Quintero, justificando el homenaje que, en Jerez, como en otros muchos lugares de España y América, se tributa al poeta Mario Benedetti, recientemente fallecido, dieron paso a la intervención de Domingo F. Faílde, que efectuó un sucinto recorrido por las claves estéticas del gran escritor uruguayo: Quién era Benedetti; que tenía este hombre, arrancado de cuajo de las aulas para ganarse el pan; qué fuerza irresistible lo condujo en volandas a la guerrilla urbana, de la guerrilla urbana a la Universidad, de la Universidad al exilio, del exilio a la gloria. Será, sin duda alguna, que habrá grandes poetas en el mundo y muchos, incluso, mejores que él; pero él, Benedetti, supo ir más allá, fue otra cosa y el misterio de la poesía lo convirtió en poeta necesario, poeta imprescindible, una voz esencial que, por encima de estéticas y modas, conectó su clavija en las entrañas del pueblo, la gente común, el ciudadano anónimo que no entiende de versos, pero que, sin embargo, escucha con asombro esas palabras que lo nombran e identifican, que le hablan de unos anhelos íntimos jamás expresados, que le abren de par en par su mundo como los gajos de una naranja.
Faílde destacó, junto al compromiso vital, político y ético del poeta, su virtuosismo lingüístico, capaz de convertir el lenguaje vulgar de la gente e incluso las jergas locales porteñas en vehículo de poesía y ser, al mismo tiempo, el pregonero lírico de las aspiraciones colectivas.
Se refirió, por último, a los temas, sociales, metafísicos, etc., y la ironía inteligente con que solía abordarlos. Su Inventario -dijo-, ampliado y reeditado hasta la saciedad, es el más luminoso exponente de su poética. La poesía, entre otras cosas, viene a ser un recuento de todo lo que existe, un pasar lista a la realidad, sabiendo que tanto lo presente como lo ausente forman parte del mundo y afloran a cada instante, no sólo en nuestra cultura material, sino también y sobre todo en el legado de la experiencia humana: la historia y su dialéctica, que nos ata a lo bueno y hermoso del pasado, nos incita a corregir los yerros y nos proyecta hacia el porvenir.
Benedetti -añadió- es un poeta del amor, pues éste es la sustancia que unifica su obra; un amor que es placer, desde luego, y sexo y ternura, naturalmente, pero, por encima de todo, complicidad y solidaridad entre iguales: la gran fiesta de la vida.    

Redacción.-

11 de junio de 2009

Ignacia Ramos ofreció una brillante lectura en EH. Dolors Alberola definió a la poeta como “una mujer hecha de verso y verbo”
















En sus palabras de presentación, Dolors Alberola definió a Ignacia Ramos como una mujer hecha de verso y verbo, una mujer que no llega tarde a la escritura sino en su madurez más preclara, una mujer que decidió estudiar ya de mayor y así repite en ella el frescor de los primeros años y nos bendice a todos con su ternísima voluntad y su mágico decir; una mujer a la que admiro desde hace años y que, cada vez, al tomar esas libertades de la palabra en su propia persona –dime con quién juegas y te diré quién eres-, me da más miedo. Sí, a veces me aterrorizo ante ella e, incluso, he llegado a tocarle en el aula la frente por ver si deliraba. Esta mujer es grande, esta mujer está tocada del milagro que toca a los poetas do quiera que se hallen. A ella, la poesía le cedió su cetro, como a Miguel, entre sus ganados; solamente que ella tenía entre las manos un cesto para plancha o un puñado de niños a los que dejar su amor y, cómo no, su propia palabra.Y añadió: Yo me deshago en luz ante su nombre, yo doblo la cerviz ante sus infinitos verbos, que anda recopilando de todas las lecturas, imagínense la cama y el marido, el ordenador, el diccionario, los libros, los papeles, el boli por si acaso, la luz en la mesilla y la musa en el aire, cuando no sea que decida hacerse un huequecito y sumergirse en el costillar de donde dicen fuimos creadas. Esto es magia, señores, tenacidad, milagro, buen hacer, consistencia, pero ante todo, es la poesía, es la propia palabra que se nos da si quiere; es, como dijimos antes, la enorme terquedad de la palabra, su travieso dejarse y su impune nocturnidad, su alevosía; pero, ante todo, su humildísima grandeza.
Ignacia Ramos, poeta que reside en Chiclana de la Frontera, demostró con sus textos -los únicos argumentos válidos en poesía- estar a la altura de las circunstancias. Sus poemas, muy celebrados y aplaudidos, emocionaban con facilidad a un público totalmente entregado, que se rindió ante la portentosa musicalidad de la autora y, sobre todo, la originalidad de sus metáforas, llenas de fuerza telúrica.
Al concluir la lectura, Álvaro Quintero y Dolors Alberola improvisaron una breve pero certera valoración del acto, destacando las cualidades de Ignacia Ramos, a quien felicitaron efusivamente.   

Para ver un breve vídeo del acto, hacer click aquí.   

Redacción.-

7 de junio de 2009

El heterónimo de Faílde. Acerca de 'Retrato de heterónimo', Premio Nacional de Poesía “Mariano Roldán“ 2007



Si es cierto que gran parte de la crítica especializada en la poesía española de estas últimas décadas no parece haber querido entender de otra corriente de nuestra lírica que no fuese la de la poesía de la experiencia, ello explicaría que la obra de poetas de la talla de Domingo F. Failde (Linares, Jaén, 1948) no haya alcanzado el lugar de honor que merece entre los poetas de su generación, que viene a coincidir por edad con la de los novísimos; si bien es la suya una obra de carácter singularísimo y marcada personalidad, como así debe ser la de todo poeta verdadero. Por situar, situemos la poesía del vate linarense residente en Jerez dentro de esa poética del desencanto que anima buena parte de la poesía de fines del siglo XX y que, lógicamente, se prolonga en estas primeras décadas del siglo XXI, la cual inaugura, en consecuencia, la lírica española del tercer milenio de nuestra era.
Faílde es autor de unos veinte títulos que han merecido algunos de los más prestigiosos premios del ruedo ibérico y, entre ellos, el “Mariano Roldán” correspondiente al año 2007, que consiguió con Retrato de Heterónimo. Puede que este libro sea considerado por los más entendidos como obra de transición en la trayectoria poética del linarense; lo ignoro a ciencia cierta, aunque algunas de sus más esenciales señas de identidad se encuentran también aquí. Me refiero, cómo no, al tono pesimista y desesperanzado de su obra, al carácter desencantado que se refleja en la misma, a ese acendrado sentimiento barroco que la inspira, tanto por el tema anteriormente mencionado del desencanto como por la recurrencia a otro tema esencial: el de la muerte. Así, pesimismo, desencanto y muerte constituyen tres pilares temáticos esenciales de una poesía tocada, igualmente, por el tema del tiempo y la crítica implacable de una sociedad, la española, que desde los años de la transición democrática no ha respondido a las expectativas que muchos de nuestros intelectuales y artistas habían depositado en ella. Las voces silenciadas como inexistentes por su lucha contra el franquismo, lo han seguido siendo en estos años de democracia; aunque ahora por causas distintas. Me atreveré a decir que esas causas obedecen a una política de marketing editorial y a los intereses manifiestos de una corriente poética dominante: la poesía de la experiencia; a sus grupos, grupúsculos y camarillas, a sus poetas protectores y a sus críticos de postin; y por supuesto a los medios de comunicación que dieron y dan cobertura cobertura a este montaje de cartón piedra, siguiendo intereses editoriales y avisos de entendidos.
Dejando a un lado esta cuestión y, volviendo a Retrato de Heterónimo, hemos de señalar que los textos que integran la primera parte del poemario: La voz en el espejo (catorce en total), constituyen una especie de metapoética, en cuanto que el tema en ellos desarrollado es el de la poesía misma. Integran estos poemas un conjunto de textos lúcidos e ilustrativos de lo que ha sido el ir y venir de las diversas corrientes poéticas en las últimas décadas y, por supuesto, de la poesía del mismo Failde, siempre coherente y consecuente, de una honradez fuera de toda duda y de una singularidad que no se presta a equívocos. Así sucede en “En torno a la pureza” (p. 14), “La reina de la noche” (p. 15), “La poesía es un diálogo de sordos” (p. 17), “Poética apócrifa” (p. 19) o “Poesía en movimiento” (p. 21). La poesía, y la palabra en sí misma, se convierten así en objeto de reflexión y análisis, en tema y expresión de una preocupación relevante.
Los poemas que integran la segunda y la tercera parte (Fronteras y La senda oscura) siguen en lo esencial la estética del conjunto, si bien son más íntimos y desgarrados, más desencantados y lúcidos en el sentir que caracteriza al poeta. Y en consecuencia, también, más desolados, existenciales y metafísicos. Inquietante resulta, por ejemplo, su “Oración del desesperado” (p. 42), que nos deja sin argumentos: “Apóstate, Señor, en la esquina más próxima/ y asáltame en la noche, mientras duerme/ la ciudad y borracho, yo regreso a mi casa./ Que no tiemble tu mano/ al asestar el golpe. Sé limpio,/ pues no cabe mayor piedad que un tajo/ profesional, certero, fulminante,/ sin dar opción al tiempo y sus ardides. Date, luego, a la fuga/ y deja que mi alma muera también conmigo./ La eternidad es tuya: llévate mi cartera (…) La tristeza,/ quédatela, Señor, véndela al peso:/ ella es la suma exacta de mi vida”.
La cuestión de los heterónimos, mal que pese a algunos que han manipulado el tema a su antojo y beneficio, no es exclusiva del poeta portugués Fernando Pessoa quien, es cierto que utilizó varios a lo largo de su vida, entre ellos los de Álvaro de Campos o el de Ricardo Reis. Pero también lo hizo, sin ir más lejos, nuestro Antonio Machado con Abel Martín o Juan de Mairena. Los heterónimos de Domingo F. Failde no son otros que los grandes maestros que le han enseñado a mirar el mundo y a ubicarse en él, o a ver la vida con los ojos de la poesía. Y son muchos: desde Juan Ramón Jiménez a Antonio Machado, desde Luis Cernuda a Gustavo Adolfo Bécquer, desde Quevedo a Góngora y desde el Pablo Neruda de sus inicios hasta el mismo Pessoa o Jaime Gil de Biedma, tan reivindicados, junto a Francisco Brines, por los poetas de la experiencia. Evidentemente, la enumeración sería excesivamente larga para citarla aquí.
Sorprende y cautiva el lenguaje innovador de Domingo F. Failde, lleno de expresiones, metáforas e imágenes de inusual belleza en una poesía de honda raíz romántica y elegíaca, siempre comprometida con la verdad, siempre consecuente con sus principios morales y estéticos. Puede que el poeta no esté obligado a decir la verdad de cuanto es, de cuanto siente y lo constituye. Aun así, la poesía de Failde se ubica en la autenticidad, pues profundiza con lucidez en el desvelamiento del ser y la conciencia. Se trata, por tanto, en su caso, de una poesía comprometida con el hombre de esta hora y con su circunstancia. Es el suyo un compromiso adquirido con la honradez y la verdad, principios que ha defendido siempre desde una postura crítica rigurosa. Y ya se sabe: esa postura no puede conducir sino al ostracismo y al silenciamiento de quienes recelan de un espíritu crítico que no deja de resultar incómodo. El pensamiento libre no puede acarrear sino la soledad y el aislamiento; y ello debieran tenerlo a gala, asumiéndolo con absoluta y total dignidad quienes así han decidido conducirse por la vida. De igual manera sucedió con muchos de los grandes clásicos de la antigüedad y así ocurre ahora. Para otros, sin embargo, el pensamiento acomodaticio resulta ventajoso, pues proporciona mayores prebendas. Faílde, entiendo, no ha elegido el más fácil ni tampoco ha equivocado el camino.   

© José Antonio Sáez